Recuerdo claramente esta película de los años 50 donde Gary Cooper es un sheriff del viejo oeste a quien todo el pueblo le da la espalda cuando el matón recién liberado de la cárcel se acerca para enfrentarlo. El “realismo” asumido por todos es que el sheriff, que esta a días de terminar su misión, no debe enfrentar al “malo” que lo tiene amenazado para un día y a una hora concreta. Es el viejo dilema de lo ético, moral, correcto versus el realismo, el oportunismo, la conducta zigzagueante.
Y en Chile estamos prontos a llegar “a la hora señalada”. Las cartas están tiradas. El movimiento político social construido a partir de las movilizaciones estudiantiles enfrentado a las clases dominantes, sus aparatos orgánicos, ideológicos e institucionales de todo tipo y por cierto también la fuerza de la represión.
Quedan aún algunas escaramuzas pero el reloj se acerca “a la hora señalada”.
La burguesía a través de su gremio la CPC ya hablo. No quieren impuestos, no van a aceptar cambios en el modelo. Exigen orden y paz ciudadana para que sus negocios sigan floreciendo. Los partidos reaccionarios cierran filas para defender su gobierno y más allá que algunos díscolos con tufillo a liberales y buena onda declaren la justeza de las demandas económicas de los estudiantes son atendibles, los Larrain y Novoa declaran el NO a todo.
El gobierno sigue dando volteretas y piruetas apostando al desgaste de la movilización y calculadamente muestra la billetera y al mismo tiempo la represión. Garrote que cobro ya dos victimas fatales y zanahoria que esta vez se trata de un cara a cara con el mismisimo presidente de la republica.
¿Que puede decir la Iglesia , la DC , los “profesionales progresistas”, los PS, los renegados del MIR; MAPU, PC, ex FPMR respecto al conflicto si ellos mismos son poseedores o funcionarios directivos de Universidades, Institutos, ONG, Corporaciones, Escuelas, Jardines, Liceos, OTEC, instancias de capacitación y un sinfín de instituciones que lucran con la educación y viven de proyectos y fondos Concursables? ¿Imparciales?¿Neutrales? A la hora decisiva sus condiciones de vida concretas se enfrentan a la “pará progre” que sostienen.
Para los reformistas la cosa no es muy diferente.
Son parte del movimiento que ya hemos definido como heterogéneo, con diversas corrientes en su interior. No solo me refiero al PC sino que a toda la pléyade de sectores que han intentado vanamente llevar la lucha actual al escenario de Plebiscito, nueva Constitución, trasferir la acumulación de fuerzas hacia el plano electoral o yerbas similares. A la hora señalada buscaran alzarse con algunas migajas para mostrarlas como triunfo concreto. O en el paraxosismo del oportunismo aceptaran el mal menor (negociación, migajas) señalando “condiciones” para no quedar tan mal parados y su juego al descubierto: la lucha en verdad era hasta por ahí no más.
Es claro: el movimiento tiene en algunas regiones un gran desgaste. Estudiantes que antes de esta coyuntura ya llevaban un par de meses en lucha. Otro gran sector, principalmente universitario motivado por reivindicaciones económicas concretas que con toda honestidad han planteado sus demandas, diferentes a la postura más radicalizada pero de menos organización de los estudiantes secundarios que enfrentan el modelo en su conjunto. A la hora señalada es muy claro quienes serán el jamón del sándwich.
También es muy claro que hay muchos sectores sociales y del conjunto del pueblo que no se ha subido a la lucha. Es cierto que el movimiento podía y puede crecer hacia nuevos sectores sociales, sobretodo en la articulación de Asambleas Territoriales verdaderas (no una serie de asambleas “mulas” que surgieron por doquier montadas por los mismos de siempre, sin ropa social o con los ya activados). Procesos en curso, pero que en tiempo no llegaran a la hora señalada y que ya está enfrentando una fuerte represión (decíamos anteriormente que a las marchas se les reprimía con lacrimógenas y palos, pero a las poblaciones se les reprimía a balazo limpio)
Línea para la suma y la resta: Más allá de las movilizaciones pendientes o en curso (como la de Calama en estos mismos momentos) se llega a la hora señalada con un gobierno que maneja el garrote y la zanahoria, con fuerzas de reserva que aun no entran a tallar (las masas fascistizadas que han debutado atacando escuelas y liceos tomados) y que sabe va a dividir el movimiento poniendo más plata en la mesa de negociación pero no accediendo a las demandas de fondo del movimiento estudiantil porque son in absorbibles por el actual modelo político y en la actual correlación de fuerzas globales.
Los revolucionarios debemos ser muy claros en la coyuntura, mirando sobretodo el futuro y los procesos de acumulación de fuerzas. Debemos reconocer la heterogeneidad de las fuerzas que componen el movimiento y que no tenemos la conducción de él, Debemos reconocer y acatar la decisión que asuma la mayoría señalando claramente que es un error aceptar la negociación y las migajas, que no estamos de acuerdo pero que aceptamos si el la decisión de la mayoría señalando claramente que trabajaremos por levantar nuevos escenarios de lucha y movilización en el futuro.
Nosotros no podemos hacernos parte ni de la negociación ni responsable del resultado de estas. .
En esto radica toda la fuerza que podamos tener en el futuro. ¿Cómo podemos convocar a nuevas luchas si no somos claros en señalar nuestro rechazo y la equivocación de negociar?
Al contrario, el escenario de negociación permite desenmascarar a los reformistas, a los oportunistas que se sumaran a mostrarse triunfadores con migajas en las manos. Pero también y aquí radica lo mas importante, nos permite educar a las fuerzas sociales respecto al limite que tiene la lucha reivindicativa y económica en general, porque es el mismo fenómeno que existe para los revolucionarios del sindicato o de la población que luchan por reivindicaciones parciales: la luchas de este tipo permiten sumar cantidad de fuerzas, despertar a la actividad social y reivindicativa a centenares y miles, pero es precisamente el desarrollo de esta lucha que permite ir mostrando que solo la lucha política global por la trasformación radical de la sociedad, por la revolución social permite alcanzar logros definitivos y que toda lucha reivindicativa local, parcial, económica, llega justamente al punto en que estamos arribando: solo la acumulación de fuerza social y política de carácter revolucionario nos permite proyectar la lucha por las trasformaciones más radicales de la sociedad.
Esto implica mantener los procesos de lucha y actividad local, territorial, seguir avanzando en el desarrollo de instancias de poder popular, incrementando las fuerzas para los nuevos desafíos que vienen.
A no aceptar las migajas ni las salidas negociadas.
A asumir con claridad que si estas se imponen es por debilidad de nuestras fuerzas.
A defender la unidad de los espacios sociales aceptando la determinación que asuma la mayoría, pero señalando nuestras diferencias y dejándolas claramente establecidas.
A fortalecer y articular la corriente revolucionaria en el campo estudiantil.
Ninguna concesión al reformismo y al oportunismo.
A crear y desarrollar órganos de poder popular.
A protegerse y enfrentar los embates represivos que se dejaran caer.
¡ Solo la lucha da lo que la ley y el patrón niegan!