lunes, 22 de agosto de 2011

¡SOLO LA LUCHA DA LO QUE LA LEY Y LOS PATRONES NIEGAN! (ALMA NEGRA)

La crisis política se profundiza y se prolonga.

Durante los últimos días hemos asistido a la profundización y continuidad de la crisis política nacional provocada por el ascenso de las luchas de masas y principalmente por las luchas de los estudiantes y las fuerzas políticas y sociales que le acompañan, cuyas demandas cuestionan las bases del sistema de dominación, principalmente porque se enmarcan en el rechazo generalizado al gobierno de los patrones, al sistema político incluyendo al parlamento, a los Partidos políticos, a la educación de mercado, rechazo generalizado constatado por las encuestas y las propias fuerzas y extensión del respaldo popular a las diversas jornadas de movilizaciones convocadas.

Señalábamos en posteos anteriores los peligros que se cernían sobre el movimiento tanto de parte de las maniobras del poder para llevar la fuerza social al terreno donde pueden contener, diluir y derrotar la fuerza popular, como por las contradicciones internas del movimiento que el poder buscarían profundizar para dividir al movimiento.

Hasta ahora, ambas líneas han sido majadera e inútilmente explotadas desde el poder con resultados adversos. Ni la búsqueda de la Iglesia como mediadora, ni el Parlamento como escenario de negociación ha sido aceptada, menos aún las migajas que desde el Gobierno se han propuesto. La cosecha para los poderosos, finalmente en esta etapa ha sida magra debiendo recurrir una y otra vez al desalojo de liceos y facultades, a la represión y a los llamados histéricos y nostálgicos a las FFAA, al Estado de Sitio y amenazas similares. Tan magra como las maniobras de la derecha más recalcitrante de la Democracia Cristiana que a través de Zaldivar (si, el mismo que conspiraba para impedir el ascenso de Allende al Gobierno) expresaba la necesidad de defender el Estado, los consensos, la “democracia” pactada con las fuerzas pinochetistas y resolver en el parlamento las demandas estudiantiles, tiro que finalmente le salio por la culata frente a una verdadera rebelión de bases que están a favor de las movilizaciones y por apoyar el Paro de la CUT.

Pero también la crisis política esta sirviendo para que las mascaras de algunos personajes, entre ellos sostenedores y profesores que pasan por “progresistas” y “buena onda” se muestren en su máxima miseria: es el caso, por ejemplo de los profesores del histórico Colegio Latinoamericano, que no encontraron nada mejor que desalojar ellos mismos a los alumnos, entregarlos a las Fuerzas Especiales de Carabineros ante el asombro, confusión y desaliento de jóvenes que creían estar estudiando en una comunidad con sensibilidad social. Claro que la diferencia la pusieron entre otros un profesor sobreviviente del rapto y asesinato de profesores realizado por la CNI en tiempos de la dictadura, enfrentando hasta hoy a quienes hacen gárgaras de revolución y progresismo y no vacilan en vender a su madre para mantener sus parcelas y privilegios.

La hipocresía de las clases dominantes respecto a la violencia.

Tan vil como la actitud antes descritas, es la feroz campaña orquestada desde varios espacios del estado, desde los medios de comunicación (que ya sabemos que responden a los intereses de dos o tres monopolios) respecto a la violencia y los encapuchados. Son los mismos que aplauden la violencia presentada de manera aséptica en los noticieros respecto a las intervenciones armadas de los Estados Unidos en diferentes países del mundo. Son los mismos que aplauden a la “ciudadanía” que protesta con cañones, morteros y tanques en el norte de África. Que nada dicen respecto a las “otras violencias” como los sueldos miserables, la reconstrucción que nunca llega, el robo y apropiación escandalosa del agua por parte de las grandes empresas que tiene a miles de pequeños agricultores con sus pozos secos y destinados a la miseria, en fin, la violencia de un sistema que día a día beneficia a un puñado de familias que se apropia de toda la producción social con estándares de vida vergonzosos mientras el resto de la población vive endeudándose, estafadas por casas comerciales y sus famosas tarjetas, estafadas por la colución de las farmacias, estafadas por una educación de mercado, negados en el acceso a la salud de calidad, a viviendas de calidad, a una vida simplemente decente y digna. Hipócritas que callan cuando las fuerzas represivas arremeten contra adolescentes desalojándolos, que callan frente al feroz acosos represivo que viven las comunidades mapuches, aun ahora mismo en medio de las movilizaciones nacionales, guardando silencio frente a los allanamientos nocturnos, uso de escopetas, carros de asalto, lacrimógenas en las comunidades.

Es patético como felicitan las marchas “pacificas” y aplauden a los ingenuos que entregan a los encapuchados a carabineros. Como si veinte años de marchas pacificas no fueron suficientes para resolver la crisis educacional, como si veinte años de estar engañando a los dirigentes estudiantiles, metiéndolos en mesas de negociación, engrupiendolos con reformitas y maquillajes.

Cierto es que la cantidad de gente movilizada hoy los atemoriza y los tiene urgidos, pero digámoslo claramente que sin las barricadas, sin las tomas, sin las capuchas, no tendríamos al pueblo movilizado como esta hoy. Han sido las posturas más combativas de los secundarios, de las universidades que se han negado a negociar y que se movilizan constantemente saliendo a la calle, construyendo alianzas sociales, luchando, lo que ha permitido llegar al estado en que estamos hoy.

Ingenuos quienes “compran” el discurso oficial que pretende meter una cuña entre estudiantes y “encapuchados”, entre violentos y pacifistas, entre políticos y “gremiales”.
Las capuchas nacieron como aprendizaje tras los miles y miles de reprimidos en Chile. Nacieron como protección frente a un tremendo aparato que conjuga sapos, periodistas vendidos, cámaras de todo tipo, para individualizar a quienes participan de las protestas y movilizaciones. Es la estupidez de olvidar la tremenda lección histórica que los poderosos y las clases dominantes en Chile nos dieron dolorosamente: existió y existe un aparato represivo que no vacilará en golpear, detener, torturar, hacer montajes, exiliar, encarcelar, ejecutar o hacer desaparecer a dirigentes sociales y luchadores de cualquier sector social. Que lo digan las cruces y los nombres en los memoriales de victimas de la represión que se extienden por todo Chile.

Los verdaderos “encapuchados” son los grandes propietarios, los grupos económicos, los poderes fácticos, todos aquellos que desde la sombras acumulan las riquezas, sobre explotan a las masas y con su dinero compran los servicios y las conciencias de buena parte de la sociedad.

Ninguna migaja. Es preferible un repliegue transitorio para acumular nuevas fuerzas que bajar las movilizaciones estableciendo acuerdos para remozar o reformar un sistema en crisis.

Pocos días quedan para el Paro Nacional convocado por la CUT y las movilizaciones que se aproximan en Septiembre. Como hemos sostenido en nuestros últimos posteos, el movimiento tiene aún grandes espacios donde crecer. Son muchas las fuerzas obreras y campesinas que no se reconocen en la CUT y que no están organizadas. Son muchos los sectores poblacionales que vacilan o solo miran con simpatía las movilizaciones, sobretodo como nos decía un poblaros, porque si ellos se mueven, no son precisamente lacrimógenas las que caen en las poblaciones.
Falta mucha organización, coordinación, asambleas territoriales, embriones de poder popular que se planteen incorporara a deudores de crédito, a sin casas, a deudores habitacionales, a la juventud pobladora.

En cualquier caso, la fuerza que trae la movilización, el ejemplo de quienes marcharon bajo la lluvia y la nieve, el ejemplo de muchachos y muchachas secundarias que llevan demasiados días en huelga de hambre son el sustento para decir que no se aceptara ninguna migaja, ninguna reformita cosmética. La decisión de muchos es arriesgarse perder un año pero ganar dignidad y ser historia para toda una vida.

Y el ejemplo de Gloria Negrete, alumna del Liceo de Buin que ya cumple 34 días en huelga de hambre debe impulsarnos a continuar.

¡Solo la lucha da lo que la ley y los patrones niegan!
¡A convertir la rabia en resistencia y rebeldía organizada!
¡A convertir el Paro de la CUT en PROTESTA NACIONAL!