José Saramago nació en Portugal en 1922 y murió de leucemia en junio de 2010 habiendo ganado en 1998 el Premio Nóbel de Literatura. Hijo de campesinos pobres, estudia en una escuela industrial sin lograr terminar sus estudios pues debe trabajar para sustentarse. Logra ingresar al trabajo administrativo en la Seguridad Social, se casa y comienza a escribir novelas que no logran éxito hacia fines de la década de 1940, para luego trabajar como periodista e involucrarse en la lucha política contra la dictadura de Salazar. Hacia finales de los años 70 se dedica fundamentalmente a la escritura como articulista y novelista.
Su obra incluye trabajos de poesía (1966 Os poemas possíveis, 1970 Provavelmente alegría, 1975 O Ano de 1993, 2005 Poesía completa, ); Relatos (1978 Objeto quase, 1979 Poética dos cinco sentidos: o ouvido, 1998O conto da ilha desconhecida , 2001 A maior flor do mundo, 2009 El cuaderno, 2011 El último cuaderno); Novelas (1947 Terra de pecado, 1952 Clarabóia, 1977 Manual de pintura e caligrafía, 1980 Levantado do chão, 1982 Memorial do convento, 1984 O ano da morte de Ricardo Reis ,1986 A jangada de pedra, 1989 História do Cerco de Lisboa, 1991 O Evangelho Segundo Jesuscristo, 1995 Ensaio sobre a Cegueira, 1997 Todos os nomes, 2000 A caverna , 2002 O homem duplicado, 2004 Ensaio sobre a lucidez, 2005 As intermitências da morte , 2008 A Viagem do Elefante ); además de diversas crónicas y trabajos de traducción de libros.
“Ensayo sobre la ceguera” es un relato de un suceso extraordinario que ocurre en un lugar, ciudad o país cualquiera. En su estilo Saramago no pone nombre a los lugares ni los personajes, de modo que sean estos universales, lo que aparentemente puede ser un obstáculo para algún tipo de lector, como podría serlo también su largas frases y descripciones donde la puntuación casi no existe y el lector debe esforzarse para entender que personaje o narrador esta hablando, dado que en su estilo pasa de un narrador omnipresente a distintos narradores en primera persona, cuestión que a poco andar en la lectura no presenta dificultades y hace el relato muy ágil, sin transiciones, adquiriendo en muchos momentos una profundidad filosófica impresionante descargadas al lector como reflexiones de los personajes que abordan la ética, la filosofía, y en definitiva la lucha entre el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto, en un mundo ficticio pero que es claramente una síntesis de las sociedades capitalistas actuales.
La trama es simple y aterradora: una persona queda ciega súbitamente y comienza un contagio masivo. Los Gobernantes (El Estado) deciden aislar a los ciegos en una especie de campo de concentración. El relato aborda en detalle los problemas de la vida cotidiana que asoman para este grupo que es discriminado, aislado, brutalmente reprimido, y la expresión en su seno de los instintos más primitivos y básicos, desde el surgimiento de grupos de ciegos privilegiados que usan la violencia, la apropiación de alimentos, la explotación sexual y abuso de las mujeres y toda una gama de personajes, sentimientos y comportamientos que impactan al lector, sobretodo a quienes vivimos en campos de concentración y6 sufrimos represión masivo y que logramos reconocer perfectamente lo que Saramago nos quiere plantear: el grado de miseria, de degradación, de inhumanidad en que podemos caer como individuos y la carencia de limites que tiene el poder absoluto sobre los desarmados, desorganizados, la masa amorfa y sin conciencia de ningún tipo manejada por el hambre, la sed, la imposibilidad de ver, de conocer, de saber, en definitiva la sociedad enajenada.
Como no recordar las propias experiencias de las salas de torturas cuando el compañero que había logrado ser quebrado se rebajaba hasta lo ultimo para congraciarse y lograr pequeños favores de los represores, del que clamaba al guardia de turno porque se había acordado del punto de contacto o de cómo llegar a la casa de tal o cual compañero o compañera buscado. Notable es la descripción de las mujeres obligadas por sus propios pares a ser monedas sexuales para la adquisición de alimentos y la reacción de la mayoría de rechazo y temor a la acción justiciadora y libertaria que realiza la única persona que ha conservado la vista, una mujer que armada enfrenta y derrota a los violadores y expropiadores. Es este personaje, el que nos permite ver el mundo de los que no ven, pero al mismo tiempo nos permite admitir que muchos que no son ciegos, simplemente no ven, como el general que declara simplemente que “muerto el perro (los ciegos) se acabó la rabia (epidemia) filosofía no muy lejana a aquella que intentó “depurar” la raza asesinando a judíos, gitanos y comunistas, misma que ayer en nuestro país nos califico de “humanoides” y hoy nos señala como “inútiles” “subversivos” y que a escala planetaria se atribuye el derecho a intervenir en cualquier país ( Irak, Afganistán, Yugoslavia, Hondura, Libia…y mañana Siria) para instalar sus razones con la fuerza y la violencia.
Luego que los ciegos “dominados” logran derrotar a los ciegos opresores, logran salir del campo de concentración y descubren que ya la epidemia domina a todo el lugar, el país, la humanidad. Es la descripción de las sociedades actuales sin horizontes, sin esperanzas, de las comunidades que vegetan sin futuro posible ni siquiera soñado. Es la derrota absoluta, el enfrentamiento definitivo del “ser humano” con una naturaleza que es en definitiva superior y a la cual, a pesar de todo, no puede dominar. En el mundo humano constituido por puros ciegos ya no hay técnica, no hay tecnología posible, no hay servicios de ningún tipo, no hay agua, alimentos, y el ser humano ciego termina disputando espacios y comida con las bestias y los animales convertidos todos en salvajes.
Premonitor de las guerras del agua y del alimento que vienen para la humanidad luego de las actuales guerras por el petróleo, premonición de las consecuencias de la desertificación, del hoyo en la capa de ozono, del calentamiento global, en definitiva de todos los males que la sociedad capitalista y mercantil genera en la explotación indiscriminada de la naturaleza y los desequilibrios ecológicos que terminaran por volverse en contra de la propia humanidad.
En definitiva este texto de Saramago es un texto que deja reflexionando, de esos libros que no puedes parar de leer una vez que empezaste y que una vez que terminante vuelve a hablarte, a instalar en tu cabeza diálogos que esbozaron caminos posibles, temas insinuados, que por supuesto tratan de la humanidad, del futuro, del presente actual. Libro que te traslada al plano de las cuestiones realmente serias y profundas.
Para terminar este comentario, un párrafo significativo:
“ Un gobierno, dijo la mujer, Una organización, el cuerpo también es un sistema organizado, está vivo mientras se mantiene organizado, la muerte no es más que el efecto de una desorganización, Y cómo podría organizarse una sociedad de ciegos para que viva, Organizándose, organizarse ya es, en cierto modo, tener ojos, Quizá tengas razón, pero la experiencia de esta ceguera sólo nos ha traído muerte y miseria, mis ojos, como tu consultorio, no han servido para nada, Gracias a tus ojos estamos vivos, dijo la chica de las gafas oscuras, También lo estaríamos si yo estuviera ciega, el mundo está lleno de ciegos vivos, Creo que vamos a morir todos, es cuestión de tiempo, Morir siempre es una cuestión de tiempo, dijo el médico, Pero morir sólo porque se está ciego debe de ser la peor manera de morir, Morimos de enfermedades, de accidentes, de casualidades, Y ahora moriremos también porque estamos ciegos, quiero decir que moriremos de ceguera y cáncer, de ceguera y tuberculosis, de ceguera y sida, de ceguera e infarto, las enfermedades podrán ser diferentes de persona a persona, pero lo que verdaderamente nos esta matando es la ceguera. No somos inmortales, no podemos escapar a la muerte, pero al menos deberíamos no ser ciegos, dijo la mujer del médico, Cómo, si esta ceguera es concreta y real, dijo el médico, No tengo la certeza, dijo la mujer, Ni yo, dijo la chica de las gafas oscuras. No tuvieron que forzar la puerta, la abrieron normalmente, la llave estaba en el llavero personal del médico, las dejó en casa cuando fueron llevados a la cuarentena. Aquí está la sala de espera, dijo la mujer del médico, La sala donde yo estuve, dijo la chica de las gafas oscuras, el sueño continúa, pero no sé qué sueño es, si el sueño de soñar que estuve aquel día soñando que estoy aquí ciega, o el sueño de haber estado siempre ciega y venir soñando al consultorio para curarme de una inflamación en los ojos en la que no había ningún peligro de ceguera, La cuarentena no fue un sueño, dijo la mujer del médico, Tampoco lo fue, no, como no lo fue la violación, Ni que yo apuñalara a un hombre, Llévame al gabinete, podría llegar solo, pero llévame tú, dijo el médico. La puerta estaba abierta. La mujer del médico dijo, Está todo revuelto, papeles por el suelo, se han llevado los cajones del fichero, Serían los del ministerio, para no perder tiempo buscando, Probablemente, Y los aparatos, Por lo que se ve, parecen en orden, Menos mal, dijo el médico. Avanzó solo, con los brazos extendidos, tocó la caja de las lentes, el oftalmoscopio, la mesa, posó las manos en el cristal que la cubría, cubierto de polvo, después dijo, dirigiéndose a la chica de las gafas oscuras, Comprendo lo que quieres decir cuando hablas de vivir un sueño. Se sentó a la mesa con una sonrisa triste e irónica, como si se dirigiera a alguien que estuviera allí, delante de él, Pues no, doctor, lo siento mucho pero su caso notiene remedio, si quiere que le dé un consejo, acójase al dicho antiguo, tenían razón los que decían que la paciencia es buena para la vista, No nos hagas sufrir, dijo la mujer, Perdona, perdona tú también, estamos en el lugar donde antes se hacían los milagros, ahora ni siquiera tengo las pruebas de mis poderes mágicos, se las llevaron todas, El único milagro a nuestro alcance es seguir viviendo, dijo la mujer, amparar la fragilidad de la vida un día tras otro, como si fuera ella la ciega, la que no sabe a dónde ir, y quizá sea así, quizá realmente la vida no lo sepa, se entregó a nuestras manos tras habernos hecho inteligentes, y a esto la hemos traído, Hablas como si también tú estuvieses ciega, dijo la chica de las gafas oscuras, En cierto modo, es verdad, estoy ciega de vuestra ceguera, tal vez pudiese empezar a ver mejor si fuésemos más los que ven…”
Para quienes quieran leer este libro, pueden bajarlo directamente desde http://www.librosgratisweb.com/html/saramago-jose/ensayo-sobre-la-ceguera/index.htm.