Libro escrito por
Gustavo Rodríguez Ostria, editado por Grupo Editorial Kipus, Septiembre 2006.
650 páginas que incluyen texto, croquis, fotografías, un prólogo y una presentación, bibliografía consultada, listado de
participantes en la guerrilla y en las redes urbanas del ELN.
Se estructura de la
siguiente forma:
1º Parte: Volveremos
a las montañas, desglosada en siete capítulos: El legado del Che, El sol
tras la cordillera, Viejos y nuevos aliados, En el Caribe socialista, Si vas
para Chile, Armando escenario en Bolivia, Armas y palabras.
2ª Parte: Tiempo
de Desastre, que incluye los capítulos:
Represión y muerte, Ultimas semanas del destino, Triunfo del militarismo, La
cruz y el fusil, muerte en la retaguardia cochabambina.
3ª Parte: Volvimos
a las montañas: cuyos capítulos son: Primeros pasos, Morir en la puerta del
teatro, La columna perdida, Por el sendero de la derrota, La columna que no
fue.
4ª Parte : Un
balance necesario: que contiene: Biografía
de una derrota, Mas allá de Teoponte, Imágenes en los bordes.
El autor nació en La
Paz en 1952, es Economista, tiene una Maestría en Ciencias Sociales y otra en Historia
Andina, ambas de FLACSO. Docente y Decano dela Facultad de Ciencias Económicas
y Sociológicas de la Universidad de San Simón,
siendo Viceministro de Educación Superior del 2003 al 2005, bajo el Gobierno de
Carlos Mesa Gibert que duró similar tiempo y que debió renunciar por
la presión y las movilizaciones de masas, tomas de carreteras y bloqueos en La Paz, El Alto y Santa Cruz.
El libro es presentado en su contratapa como el libro de un autor
que sostiene que la guerrilla guevarista no termino en 1967 con la caída del
Ché, sino que se prolonga hasta la llamada guerrilla de Teoponte de 1970 que
dura 100 días y que el autor revela de
manera documentada y critica la desconocida
presencia de Cuba, de sectores
del Partido Socialista Chileno, de trotskistas del Secretariado Unificado, de guevaristas argentinos y de cristianos y
marxistas bolivianos en esta guerrilla.
Este un libro que debe ser leído y conocido por
todos quienes pretenden formarse ideológicamente para luchar por transformar revolucionariamente
la sociedad capitalista bajo la cual vivimos. Pero, a mi juicio debe ser leído cuidadosamente
porque como todo texto, este texto no es “neutral” ni “objetivo” (cosa que no
existe en ningún texto) ni tampoco es escrito por sobrevivientes ni militantes
del ELN. El propio autor en el prologo señala que su libro es una investigación
que se inscribe en la corriente denominada “historia del presente” es decir “de
los individuos y de los grupos en cuya coetaneidad se desenvuelve el historiador
que registra la historia y escribe su
discurso”, lo que implica, en definitiva, que no son los protagonistas los que
hablan, analizan, evalúan, olvidan, manipulan los datos, sino que es el
historiador, en este caso el autor, quien selecciona los recuerdos, profundiza
en tal o cual mirada o testimonio, para presentar su discurso, su propia interpretación
de los hechos, discurso que en definitiva es construido desde una postura política
o ideológica si es que se quiere, y en este caso, el del libro que comentamos
es la postura ideológica del autor que explicita “su rechazo al método de lucha
que acude a la impaciencia de las armas, a la intolerancia y al culto a la
violencia”.
Un libro que es una investigación histórica sobre una organización
que se definió así misma como Ejercito, que su esfuerzo central fue la lucha
armada, pero realizada por una persona que ideológicamente no comparte el método,
que participa como ministro de un gobierno
derribado por las movilizaciones de masas insurgentes en Bolivia,
persona que tiene acceso “confidencial y personal” a fuentes de las mismísimas FFAA
(y a alto nivel) y que por el contrario presenta muy pocos documentos oficiales
de la organización investigada (ELN) y escasísimos testimonios directos de sus
principales protagonistas vivos y que se sostiene explícitamente con el aval de
un protagonista de la red urbana (“Ramiro”, quien presenta el libro) cuyo
devenir posterior a la guerrilla lo lleva a estar en una de las tantas
fracciones en que se atomiza el ELN (historia bien conocida en Chile por miristas,
frentistas, lautaristas) el PRT-B que luego se disolvería.
La riqueza del libro esta dada porque es una investigación
que permite hacerse un cuadro general del proceso que asume una generación de
luchadores latinoamericanos para hacer realidad una de las tesis fundamentales
del Mensaje del Che a la Tricontinental: Crear un, dos tres Vietnam como camino
concreto para enfrenta al Imperialismo.
Se trata por tanto de una estrategia global, a escala planetaria, que
intenta ser asumida por centenares de latinoamericanos articulados primero en
torno al Che, apoyados por Cuba, y que se juegan absolutamente en una
estrategia y en un método de lucha: la lucha guerrillera.
El libro esta escrito para dejar en claro que la lucha
armada no sirve y pude ser absolutamente legitimo por parte del autor
escribirlo, pero son demasiado notorias las ausencias de protagonistas vivos que
defiendan con su testimonio y su evaluación lo realizado, y por el contrario
son resaltado todos los errores, los aspectos negativos de la experiencia y
caricaturizados al máximo como la propia frase que escoge el autor para cerrar
el libro aduciendo que los guerrilleros “no tenían tiempo para la palabra”.
Quien escribe estas líneas tiene la misma edad que el
autor del libro, es por tanto de la misma generación, vivió y participó de la lucha armada derrotada
en Chile, pero también asistió a la felicidad de ver triunfar la lucha en Vietnam,
en Laos, Cambodia, Argelia, Angola, Nicaragua, así como el enorme desarrollo de
fuerzas sociales, políticas y militares en El Salvador, Colombia, por solo mencionar
algunos escenarios, conociendo a muchos compañeros revolucionarios tanto de
Chile ( y principalmente del ELN chileno y protagonistas de esta historia) como
para aceptar las caricaturas que de ellos se presentan, casi como personas que
buscan la muerte para realizarse como individuos.
De este libro yo rescato la recuperación histórica de la
gesta heroica de combatientes latinoamericanos que recogen el llamado del Che
para enfrentar al imperialismo y desarrollar la lucha en momentos de polarización
a escala mundial y de ascenso de las luchas a escala mundial. Rescato los
antecedentes que permiten ver a un grupo de compañeros que se sobrepone a la
muerte del Che y que inmediatamente comienzan a trabajar para continuar con su
intento concreto en momentos de crisis de las formas y métodos de lucha de la
vieja izquierda latinoamericana que actuaba como furgón de cola de las burguesías
y que apostaba al desarrollo del reformismo y la lucha parlamentaria como única
propuesta. Ciertamente es la época en que surgen en toda Latinoamérica corrientes
trotskistas, maoístas, guevaristas, que tratan de ir más allá de la política reformista,
camino que es incierto, camino que se sabe puede ser de fracasos o triunfos, de
vida o muerte como lo sentencia Guevara desde su carta de despedida a Fidel (en
una revolución se triunfa o se muere, si es verdadera). Ese el tremendo aporte de esta generación de
latinoamericanos que incluye a Tupamaros, al MIR chileno, al PRT-ERP que trazan
una estrategia de lucha por el Poder. Y ese es e objetivo central del empeño
que el libro trata pero que no lo evidencia, convirtiendo la experiencia en un
anecdotario rico en antecedentes y hechos, pero sacado del contexto político real. Pero la experiencia desarrollada por el ELN
se sostiene sola, habla a la historia por si misma y a pesar de los esfuerzos
del autor por descalificar a sus conductores, al propio ELN en un acto digno de
magia valorando el compromiso y calidad humana de los combatientes pero al
mismo tiempo presentándolos como inmaduros, emocionales, militaristas,
ingenuos, “fierreros”, despolitizados, doblegados por un verticalismo extremo, desacreditando
a sus lideres: Inti ( Peredo murió finalmente según el autor porque en medio de
un golpe represivo pidió a su guardia privacidad para hacer el amor y lo
descubrieron solo, Chato retratado permanentemente como líder solo por su
nombre, sin capacidades, vacilante,
fusilando a sus compañeros, “Ricardo”
Elmo Catalán asesinado por un compañero que no quería ir a la montaña ) )
la historia relatada es fascinante: boliviano, chilenos y argentinos articulándose
en un proyecto de lucha armada que parte desde la derrota profunda, logra
recomponer fuerzas de todo tipo, levanta estructuras, resuelve temas de logística,
establece alianzas sociales y políticas extensas (con bases del PC boliviano,
con maoístas, con trostkistas, con cristianos de base). Y lo hace desde las
fuerzas propias, sin contar con la retaguardia ni los recursos de Cuba,
enfrentando la represión, obligándose a actuar en la ciudad como guerrilla
urbana para conseguir recursos, hasta lograr construir una fuerza guerrillera
de casi 50 hombres que suben a la
montaña.
Ciertamente se cometen errores, muchos errores. Lo cierto
es que quien nada hace nunca comete errores, y en este caso, donde no hay
camino fácil, donde se enfrentan todo tipo de dificultades y caminos inciertos,
los errores son más que los aciertos.
Personalmente comparto alguna de las críticas al foquismo
y a la repetición mecánica de la guerrilla rural como método, sobretodo en un país
como Bolivia donde el minero y el indígena como fuerza principal de lucha por
los cambios se ha demostrado como históricamente mas potente que el campesinado
al que apela la guerrilla rural de este esfuerzo. Critica que comparto en tanto el grupo es mas
militar que político militar, pero nunca ingenuo o despolitizado y al margen de
la coyuntura política nacional e internacional.
Los errores de conducción guerrillera, la enorme desproporción
de fuerzas que enfrentan puesto que luchan no solo con los militares
bolivianos, sino con todo el aparato de informaciones norteamericano, de
asesores, de recursos y tecnología, llevan al descalabro a la fuerza
guerrillera que finalmente ni siquiera puede rendirse porque cada detenido,
prisionero, colaborador es simplemente asesinado al momento de ser capturado
sobreviviendo muy pocos al acoso, muriendo varios de ellos de hambre, de
heridas graves que no pueden ser atendidas.
Para muchos jóvenes del Chile de hoy que hablan de guerra
de clases, de lucha armada, de enfrentamiento y de guerra, la lectura de este
libro los puede llevar a enfrentar la verdad de este tipo de lucha donde no
basta la determinación, ni la sola voluntad, ni el ejercicio teórico o ideológico
de comprensión. Como en ningún otro
libro en este (al igual que el texto escrito por los sobrevivientes de Neltume)
se palpa la fatiga, el dolor, el hambre con mayúscula, la debilidad extrema, la
adrenalina, lo contradictorio del ser humano que en cuestión de segundos es un héroe
y luego villano, héroe y miserable, audaz y valiente en grado sumo y vacilante,
paralizado por el miedo segundos después. No es el relato tipo realismo
socialista de Asi se templo el acero o
el libro El Comité Regional Clandestino actúa
en que los protagonistas armados del
infalible marxismo leninismo son siempre analíticos, valientes, ordenados, metódicos
y saben siempre que al final van a triunfar. Este texto nos muestra, quizás en
extremo, las miserias humanas del combatiente, de los mandos, en medio de la
lucha. Las penurias, el desaliento, el robo de comida, los líos de faldas, las
desconfianzas, el ambiente real en que se mueven las fuerzas revolucionarias
cuando finalmente se atreven a salir del panfleto, de la declaración, del
pliego reivindicativo, del análisis de lo que podría ser y pasan a ser actores,
protagonistas del intento por cambiar el mundo, de asumir aquello que
sostuviera Marx: se trata no de entenderlo, sino de entenderlo para cambiarlo.
Y en ese sentido este texto tiene el altísimo valor de presentarnos el esfuerzo
de esta generación de revolucionarios en toda su magnitud.
Y a contrapelo quizás de las intensiones del propio
autor, el texto nos da señales claras del rol de la lucha armada. Justamente el
autor se contradice respecto a la afirmación de que la guerrilla estaba aislada
políticamente porque las masas andaban en otra, cuando describe la efervescencia
que se produce en las ciudades cuando se conocen los asesinatos de los
guerrilleros, al punto que desestabiliza al propio gobierno y posteriormente lo
tumba a partir del intento de golpe de
estado de los sectores mas cavernarios,
o la propia sorpresa del autor de no explicar con claridad como es que tantos jóvenes
y sobretodo cristianos quieren sumarse a
la lucha a pesar de los reveses, o de los esfuerzos de los mineros que finalmente
rescatan a los pocos sobrevivi9entes de esta experiencia.
Aquí es donde, a mi juicio, se devela el problema de
enfoque del autor: porque en definitiva es un enfoque que solo mira al grupo
directo implicado en el esfuerzo guerrillero (guerrilleros y redes) pero no
visualiza correctamente lo que la guerrilla esta impactando en la coyuntura
nacional e internacional: las preocupaciones de USA, las simpatías que se van
traduciendo cada vez mas en apoyo de sectores de masas que llega a todos los
rincones de la sociedad y de las organizaciones políticas como la propia DC
cuyos jóvenes se suman, maoístas que intentan abrir su propio frente,
trotskistas que salen de su eterno discurso obrerista para asumir las lucha
armada. Porque el autor se para desde la ética, la condena a la violencia a
priori, no puede ver la lucha de clases como totalidad de fuerzas que se
influyen, que se afectan, que se correlacionan permitiendo dar esos saltos o
cambios cualitativos en la lucha de clases que nosotros ya muy bien conocemos
en Chile de masas que pueden avanzar rápidamente a construir poder popular o
que pueden retroceder rápidamente, lo que Trotsky llamaba la compulsión en la
lucha de clases.
Finalmente en este comentario agradecer al autor y al
libro porque me han hecho conocer facetas de queridos compañeros que no conocía.
Me toco la suerte de ser parte integrante del
sistema defensivo del Presidente Allende conocido como GAP, cuando tenia
apenas veinte años. Y en esa época conocí a muchos de los actores de esta guerrilla, compañeros del Partido Socialista fracción
ELN. A pesar de convivir casi dos años con ellos nunca hablaron de esta dramática
historia. Por cierto conocía sobre Elmo Catalan y Tirso Montiel, pero no sabia
del primerísimo rol jugado por Arnoldo Camus, “Tati” Beatriz Allende Bussi, “Fernando”
Francisco Gomez Cerda ni por “Luisito”
con quien mas cercanía tuve en esos años. Luisito fue detenido herido después del
golpe y trasladado Tejas Verdes desde donde se perdió su rastro.
Vaya para los que pertenecieron al PS- ELN un abrazo
fraternal y reconocimiento sincero, porque a pesar de todos los errores y
criticas que se pueden hacer, por sobretodo eso se levanta una verdad
indesmentible: hicieron lo que sus conciencia política le dictaba e intentaron,
como los de la comuna de Paris, tomar el cielo por asalto.
Para los que desde la academia, desde fuera de la lucha
concreta pontifican sobre lo que pudo ser, estas palabras que pertenecen a otro
cubano que vivió la guerra de Angola para decir en propiedad lo que dice:
Que fácil es agitar un pañuelo a la tropa
solar
Del manifiesto marxista y la historia del hambre
Que fácil es suspirar ante el gesto del hombre
Que cumple un deber
Y regalarle ropitas a la pobrecita
Hija del chofer
Que fácil de enmascarar sale la oportunidad.
Que fácil es engañar al que no sabe leer
Cuántos colores, cuántas facetas tiene el pequeño burgués.
Que fácil es trascender con fama de original
Pero se sabe que entre los ciegos el tuerto suele mandar
Que fácil de apuntalar sale la vieja moral
Que se disfraza de barricada
De los que nunca tuvieron nada
Qué bien prepara su mascara el pequeño burgués.
Viva el harapo señor
Y la mesa sin mantel
Viva el que huela a callejuela
A palabrota y taller.
Desde una mesa repleta cualquiera decide aplaudir
La caravana en harapos de todos los pobres
Desde un mantel importado y un vino añejado
Se lucha muy bien
Desde una mesa gigante y un auto elegante
Se sufre también
En un amable festín se suele ver combatir.
Si fácil es abusar más fácil es condenar
Y hacer papeles para la historia para que te haga un lugar.
Que fácil es protestar por la bomba que cayó
A mil kilómetros del ropero y del refrigerador
Que fácil es escribir algo que invite a la acción
Contra tiranos, contra asesinos
Contra la cruz o el poder divino
Siempre al alcance de la vidriera y el comedor.
Viva el harapo señor
Y la mesa sin mantel
Viva el que huela a callejuela
A palabrota y taller.
Del manifiesto marxista y la historia del hambre
Que fácil es suspirar ante el gesto del hombre
Que cumple un deber
Y regalarle ropitas a la pobrecita
Hija del chofer
Que fácil de enmascarar sale la oportunidad.
Que fácil es engañar al que no sabe leer
Cuántos colores, cuántas facetas tiene el pequeño burgués.
Que fácil es trascender con fama de original
Pero se sabe que entre los ciegos el tuerto suele mandar
Que fácil de apuntalar sale la vieja moral
Que se disfraza de barricada
De los que nunca tuvieron nada
Qué bien prepara su mascara el pequeño burgués.
Viva el harapo señor
Y la mesa sin mantel
Viva el que huela a callejuela
A palabrota y taller.
Desde una mesa repleta cualquiera decide aplaudir
La caravana en harapos de todos los pobres
Desde un mantel importado y un vino añejado
Se lucha muy bien
Desde una mesa gigante y un auto elegante
Se sufre también
En un amable festín se suele ver combatir.
Si fácil es abusar más fácil es condenar
Y hacer papeles para la historia para que te haga un lugar.
Que fácil es protestar por la bomba que cayó
A mil kilómetros del ropero y del refrigerador
Que fácil es escribir algo que invite a la acción
Contra tiranos, contra asesinos
Contra la cruz o el poder divino
Siempre al alcance de la vidriera y el comedor.
Viva el harapo señor
Y la mesa sin mantel
Viva el que huela a callejuela
A palabrota y taller.