The Clinic: Firme junto a los patrones
El día Lunes 25 de Marzo, el pasquín seudo-humorístico “the clinic”, publicó una crónica[1] en relación con el asesinato de nuestro compañero Juan Pablo Jiménez Garrido, dirigente sindical asesinado en dependencias de la empresa para la que trabajaba, AZETA, subcontratista de Chilectra.
El propósito de dicho artículo es quitar legitimidad a la movilización que se ha generado en torno al asesinato de Juan Pablo, dando soporte y sustento a la tesis inicial que emitió la PDI respecto de que una bala perdida, ahora conocida como “loca”, que habría matado a Juan Pablo Jiménez.
El principal sustento de esta crónica, es el informe de la PDI, al cual el autor del artículo habría tenido acceso privilegiado y del cual nutre su acerada objetividad periodística. Sin embargo, al día de la fecha de publicación del presente artículo, los abogados de la familia de Juan Pablo aún no habían tenido acceso al mencionado documento, debido a que este aún se encuentra en manos del fiscal del caso, en proceso de lectura. El informe contendría, entre otros, el reporte balístico que, “científicamente” validaría la tesis de la bala perdida.
La validación de la tesis de la bala “loca” implica dejar a los autores del disparo en la más completa impunidad, ya que dicha postura actualmente no entrega mayores antecedentes, debido a que la PDI no cuenta ni con el arma homicida ni con un autor confeso. Al leer la crónica, nos resuenan titulares de la prensa fascista tales como “Muertos como ratas”, “Terroristas se acaban entre ellos”; “Líos Amorosos”. “La Bala Loca que Mató a Juan Pablo Jiménez”, es cualquiera de esos titulares, intentando explicar lo inexplicable, lo evidente, lo injusto de una empresa que expone a sus trabajadores a “frecuentes balaceras”. Este artículo es, por lo menos, la justificación y el estímulo para que un crimen quede impune.
¿Qué pretende el pasquín al publicar en extensas tres planas esta información “exclusiva”?
¿Cuál es el interés del semanario de orientación wiskierdizta de denostar la posición de la familia y de quienes conocieron y fueron compañeros de Juan Pablo?
¿Qué motivaciones existen detrás del interés de iniciar una campaña desinformativa respecto de este caso, intentando instalar en la opinión pública “progre” la tesis favorable a la empresa involucrada?
¿Por qué “the cinic” valida la tesis que la PDI declaró sin antes haber hecho absolutamente ningún peritaje?
¿Cuál es el interés de la PDI de sacar un trascendido con las conclusiones de la investigación, sin antes haberlo entregado a la parte querellante?
¿Por qué debemos creer las tesis y conclusiones de los organismos represivos que se han encargado de perseguir, torturar y asesinar a los dirigentes populares honestos durante los últimos 40 años?
¿En el proceso de lucha de clases actual, son independientes los diversos organismos del estado tales como Poder Judicial, Policías y otros? ¿Operarán estos contra sus propios amos, contra quienes mandan de verdad en el país, es decir, los empresarios?
La “prolijidad” de la PDI
El día en que mataron a Juan Pablo, varios compañeros de las organizaciones de trabajadores y populares en las que participaba, llegamos al sitio en donde lo asesinaron, para intentar proteger el sitio del suceso, ingenuamente, intentando evitar la intervención de terceros. Y señalamos “ingenuamente” puesto que habían pasado al menos 6 horas desde que Juan Pablo había sido retirado del lugar. Los compañeros de trabajo, tuvieron la buena idea de colocar algunas cintas, con el mismo propósito, evitar que se contaminara el entorno en donde había sido hallado.
Lamentablemente cuando la PDI arribó al lugar, observamos con estupor, que ellos previo a cualquier toma de fotografías o toma de huellas o muestras, procedieron a escarbar, pisotear y remover el lugar del suceso. Miraron con linterna, escarbaron las piedrecillas, movieron la banca en donde yacía Juan Pablo, se pararon encima de donde estaban unos restos de sangre, todo con total descuido. Por supuesto que removieron las cintas que delimitaban el perímetro, unos tres o cuatro metros cuadrados. Luego de hurguetear bastante, la perito fotográfico, comenzó a sacar fotografías del lugar. Relato esto porque nosotros estuvimos ahí, en el lugar, antes que la PDI, antes que la prensa, y vimos como fue el procedimiento. De esto podemos concluir que la PDI hizo su tarea con descuido al menos, y con desidia y desinterés, siendo indulgentes. A esto además, podemos sumar un antecedente adicional, los peritos de SAV[2] declararon en La Red[3], que ellos con frecuencia veían en el actuar de PDI desinterés e incluso flojera, cuando no intencionalidad, al realizar sus peritajes. Es más, en octubre de 2011, los PDI balearon a algunos jóvenes[4], falseando el parte policial y acusando a las víctimas de haber disparado contra ellos, peritajes balísticos demostraron lo contrario.
Por si fuera poco, todo el mundo conoce o recuerda al menos dos historias recientes de estos muchachos de la PDI que luchan contra el mal y la injusticia. ¿Recuerdan la red de prostitución infantil en Valparaíso[5], en donde los señores PDI eran clientes frecuentes? Y por último, un hecho más reciente, el paco asesinado por los PDI en San Joaquín[6]. ¿Lo recuerdan? Lo interesante de este último hecho es que el paco pertenecía a la misma comisaría que está cerquita de la empresa AZETA, comisaría vinculada con problemas de corrupción por drogas. En el sector es conocida la relación afable entre narcos y polícías (de ambas instituciones). ¿Por qué razón se agarrarían a balazos? ¿Qué piensan ustedes, problemas de faldas?
Bueno, anécdotas podríamos contar muchas, basta agregar sólo una final, previo al asesinato de Juan Pablo Jiménez, otra bala “loca” cayó cerca de un dirigente sindical de AZETA. Y esto también es señalado en la crónica del pasquín. El contexto de este suceso fue el siguiente, el dirigente fue acusado de robo al interior de la empresa, y milagrosamente llegaron pacos de civil, a interrogarlo al interior de la empresa, sin orden, sin ninguna regularidad, es decir, los patrones chispearon los dedos, y los esbirros llegaron corriendo, sin identificación a interrogar a un obrero acusado de robo. El mismo día o pocos días después, cayó una bala “loca de remate”, que por suerte o porque el propósito era amedrentar y no matar, no tuvo mayores consecuencias.
Entonces, tenemos que, surge un trascendido desde la PDI para el reportero este, Jorge Rojas, que deslegitima la tesis del asesinato por encargo, que desacredita el movimiento social y político que se ha generado en torno a esta situación, a los asesinatos de dirigentes honestos y no corruptibles. Propiciado por una institución, la PDI, que no es de los trigos más limpios, que por otro lado está al servicio de los patrones, de la clase dominante, por ser uno de los aparatos represivos de primera línea. Que realiza una investigación inicial displicente y sin interés, y que emite velozmente un juicio respecto del origen del disparo. Que además, tiene líos con el narcotráfico del sector, es decir, los pacos. Líos y probablemente acuerdos también. Y oh! Vaya, resulta que mágicamente nuestro feliz reportero del crimen descubre que todos los resultados de las investigaciones de la PDI son tan fiables, pero tan fiables, que no merecen ninguna duda.
Ni siquiera tocaremos en este escrito, las violaciones y torturas que los PDI hicieron en dictadura, y que continúan haciendo contra, por ejemplo, los extranjeros detenidos ilegalmente en uno de sus cuarteles hace pocos días.
Que es el pasquín The Clinic
The Clinic nació en noviembre de 1998, creado por Patricio Fernández, Enrique Symns, Marco Enríquez-Ominami y Guillermo Tejeda. Posteriormente se uniría Pablo Dittborn como socio, al mismo tiempo que se retiraba Tejeda. Este proyecto fue apoyado por Ricardo Lagos Escobar.
Algunos de los actuales dueños según el ex director Symns son Dittborn, Ricardo Solari ex ministro del trabajo y el empresario Mario Lobo.
Respecto de su postura política, la línea editorial de Dittborn es marcadamente PS-PPD, también mantiene una línea militante frente a Ricardo lagos, guardando silencio frente a las reformas laborales, las reformas de TLC, y las concesiones del MOP, incluso en el involucramiento de senadores de la concertación en el caso Spiniak. En sus Publicaciones existe un silencio sobre estos temas durante los gobierno de la Concerta.
The Clinic tiene un vínculo con patagonia sin represas. Esta ONG ha sido fuertemente criticada por su postura conciliadora y sistémica dentro de los movimientos ambientales.
En apariencia este semanario pretende ser de un humor avezado, atrevido e insolente frente al poder. Ridiculiza constantemente a los políticos, de izquierdas, derechas y de todos los centros existentes. Banaliza la política y los hace ver a todos ridículos. Una de las víctimas predilectas del pasquín es Sebastián Piñera, a través de las “Piñericosas”, una ridiculización de la estupidez y torpeza del presidente.
Pero reflexionemos que significa todo esto, toda esta “humorada” tan simpática, sobre todo, pongámosla frente a la seriedad con que se toma en la crónica a la cual hacemos referencia, en donde ya nada es broma sino que con toda seriedad el periodista intenta indagar en la intimidad de la familia de Juan Pablo, pasando una semana completa junto a sus cercanos, intentando obtener algún reflejo de duda sobre sus convicciones, intentando descubrir la manipulación política de que es víctima la familia, averiguando como los paranoicos y conspirativos inventan asociaciones de sucesos aislados y aleatorios, de manera de poder generar todo un movimiento social pro trabajadores, basados en una teoría artificiosa, propia de la imaginación de un esquizofrénico. Bueno, en resumen, en la desacreditación de un dirigente sindical honesto, The Clinic pone todo su esfuerzo de seriedad y “objetividad”.
Sin embargo ante el poder de los ricos, ante la violación flagrante de los derechos de los trabajadores, esta bazofia de periódico, no hace más que “realizar humor” y banalizar a los depredadores del ser humano y de la naturaleza, ridiculizándolos para hacerlos más digeribles, soportables y simpáticos. La opresión y dominación del capitalismo y todos sus abusos no son más que “Piñericosas”. El asesinato de un dirigente sindical honesto, es para ellos, una vil manipulación, una ensoñación, una oportunidad de pantalla para quienes fueron sus amigos más íntimos, sus compañeros y para su familia.
The Clinic, y como vimos más arriba, quienes lo dirigen, no son más que una de las expresiones de la peor de las lacras de este país, los lacayos de la burguesía, disfrazados de demócratas y “progres” luchadores por la democracia, burguesa por cierto. No son más que una expresión de la dominación, que operan, y están al servicio de todo el chancherío PS-PPD, que son parte de su maquinaria instrumental y clientelar, que lo único que quieren es asegurarse el retorno al poder, asegurarse sus asesorías y puestecillos y para eso, intentarán bajar cualquier expresión y peligro que asome desde el verdadero mundo popular y de los trabajadores, y para eso, utilizarán todas las maniobras y trucos que muy bien conocen. La mentira, la traición, la manipulación, la delación y por cierto, el chancherío con quienes se revuelcan a diario.
Relato de una infamia. El mito en defensa del patrón
El solo hecho de partir de la premisa de la bala loca, justificada en la mala fortuna, es motivo de desconfianza y si con eso no basta, el relato de cómo esa bala, que al parecer tenía vida propia, sortea toda clase de obstáculos, para calar en la vida de Juan Pablo nos parece absurdo. El mismo Jorge Rojas tacha de increíble al trayecto del proyectil. Tanto y más increíble como este artículo que construye una historia íntima tergiversada, de gente, que más allá de su dolor, al parecer sufre graves problemas emocionales e incluso mentales (por como relata la participación de la abogada sindicalista), que dista de sobre manera del estoicismo, coraje y entereza con el que la familia de nuestro compañero asesinado ha enfrentado este grave asunto. A medida que avanza el reportaje, este diarucho nos quiere convencer de la inocencia de algunos, de la locura y contradicción de otros y del imán de balas que es esta empresa, pero nos preguntamos ¿de quién es la responsabilidad de la seguridad de un lugar que ofrece estas condiciones laborales? Y ¿A quién quiere favorecer este artículo?
Se puede ver en esta estructura de la infamia, un relato en defensa de los patrones que se quiere construir. El periodista habla ciegamente de la imposibilidad del asesinato, tal y cual la oficialidad y sus perros falderos han construido su relato durante los últimos años de esta autodenominada democracia. Y para no mitificar (A pesar de tener razones de sobra, ante la falta de justicia) podemos ver los casos de Rodrigo Cisterna, de Matías Catrileo, de Manuel Gutierrez, por poner ejemplos de compañeros caídos a los cuales se les ha querido construir una falacia que con el tiempo se ha caído a pedazos. La nula búsqueda de justicia, la ficción construida por la prensa y la defensa acérrima de todas las ratas serviles y guardianas del empresariado, nos llevan a desconfiar y a desmentir estos relatos de la infamia; con el fin de construir los sólidos cimientos de una justicia popular que con la memoria activa busca en cada calle, en cada espacio usurpado, en cada espacio conquistado por la infamia, la verdad, el juicio y el castigo de nuestro(s) compañero(s) asesinado(s) por esta malparida democracia.
Conclusiones
El poder Judicial y las policías son parte del Estado. El Estado en general no es independiente del poder económico, no se encuentra por encima de las clases sociales sino que, es un órgano especial de opresión y dominación de una clase sobre otra. En particular, el Estado chileno, no es más que la expresión del aparato de dominación construido a partir del 11 de septiembre de 1973, por la burguesía monopólico-financiera internacional (el imperialismo), y sus lacayos y siervos nacionales, a la cual se suman a partir del primer gobierno de la concertación, la ex burguesía nacional desarrollista y toda la pléyade de miserables aspirantes a burgueses provenientes del socialismo y otras vertientes de izquierdas.
Por lo tanto, no nos merece ninguna confianza lo que pueda concluir la policía en sus informes, sabiendo ya, por lo dicho más arriba, que su profesionalismo varía según sea la clase de la víctima del crimen. Si es burgués, en 5 minutos tienen a por lo menos 20 sospechosos de terrorismo, en cambio si es proletario, trabajador, inmediatamente la conclusión es “bala loca”.
Por otro lado, en cuanto al papel de The Clinic, es similar al de las policías pero en su propia especificidad, en cuanto a medio informativo. Este pasquín no es más que otro instrumento al servicio de los poderosos, en este caso, al servicio de una operación política que pretende acallar las voces que piden verdad y castigo por Juan Pablo. Operación de desinformación que se lleva a cabo justamente a dos días de la llegada de la Bachelet al país, intentando manipular a la opinión pública en torno a este caso, tratando de bajar el proceso de movilización que se ha generado en torno a este tema. Y como en todo aparato, siempre existen sus soldaditos, y aquí está nuestro periodista, el señor Jorge Rojas, miserable esbirro a sueldo de la causa de la burguesía, que por unas luquitas, es capaz de creerse el mismo los cuentos que escribe, es capaz de creerse el mismo el mito de la pequeña burguesía que reza así: la justicia existe, la democracia existe, las policías investigan y son profesionales, las instituciones funcionan, todos somos iguales ante la ley.
Verdad y Castigo para Juan Pablo Jiménez Garrido
Dirigente Sindical Asesinado por la Patronal
Vocería Única Verdad y Castigo