martes, 28 de agosto de 2012

INTERVENCION EN FORO DE CODEPU: “DERECHOS HUMANOS, ASUNTOS PENDIENTES” (ALMA NEGRA)


Quiero, en primer lugar,  saludar a los asistentes  y agradecer la  presencia, sobretodo porque  ustedes son padres, madres  y abuelos muy preocupados respecto a  hijos, hijas, nietos y nietas que hoy día, a esta misma hora se movilizan luchando por una educación gratuita y de calidad, resistiendo los embates represivos para levantar sus voces y ejemplo de lucha, al igual que los hermanos mapuches, al igual que quienes luchan hoy por el agua, los que luchan en defensa de sus cuotas de pesca, igual que los trabajadores que se levantan hoy  a luchar por sus reivindicaciones. Vaya para todos ellos nuestro saludo, solidaridad y compromiso.

Saludar  también a Natividad LLanquileo ex vocera de la Coordinadora Arauco Malleco, a Monseñor Baeza y a Alejandra Arriaza abogada y secretaria ejecutiva de CODEPU. Agradecer  la invitación que CODEPU nos hizo de participar de este foro, sobretodo porque parte de mi propia historia esta muy ligada a esta Corporación de Defensa de los Derechos del Pueblo surgida en los años 80, que tuvo un desempeño de enorme importancia en la lucha contra la dictadura disminuyendo ostensiblemente su actuar durante la eufemísticamente llamada “transición a la democracia” y que en los últimos meses parece gozar de un nuevo reimpulso y energía, volviendo a estar muy presentes en las luchas por los derechos del pueblo.

Fue CODEPU quien asumió mi defensa frente al Consejo de Guerra que me juzgó en 1981. Mantengo una deuda moral con Fernando Zegers Ramirez, con Fabiola Leterier, asi como con la doctora Paz Rojas que debió enfrentar junto con el doctor Manuel Almeyda el envenenamiento que sufrí junto a otros cinco presos por toxina botulínica fabricada por Estados Unidos, ingresada ilegalmente al país por oficiales de las FFAA y usada en una de las tantas operaciones de extermino y asesinatos organizado por los aparatos represivos de la dictadura.  Este sobreviviente de envenenamiento y Consejo de Guerra aprovecha la oportunidad de agradecer públicamente a CODEPU esas y otras muchas gestiones realizadas.

El tema que nos convoca, “los asuntos pendientes”, es un  titulo a mi modo de ver un poco ambiguo.
Puede ser visto desde la perspectiva de la existencia de “asuntos” que si  se realizaron durante los últimos gobiernos  y que existirían por tantos otros asuntos que aun no se han enfrentado por diversas razones, asuntos por tantos que estarían  pendientes.  Esa lectura probablemente puedan hacerla quienes creen que fue correcta, por ser lo único posible,  la negociación con la dictadura militar para instalar el Chile que vino después, el Chile de la llamada transición democrática, el Chile bajo la Concertación y hoy bajo gobierno de la derecha.
Prefiero entender por tanto,  el titulo del foro desde otra perspectiva, desde la perspectiva  de los asuntos que nunca fueron asumidos en plenitud y para todos los cuales las fuerzas políticas negociaron una salida o una legalidad que en definitiva no hizo mas que mantenerlos pendientes de manera indefinida, o como lo expresara lacrimosamente un mandatario, como única justicia posible.

En la defensa política que desarrollé frente al Consejo de Guerra que mencioné  al inicio, sostenía que frente a cualquier  régimen dictatorial sostenido por el hambre y la opresión era y es legítimo el derecho de los pueblos a la rebelión.  Y es precisamente ese régimen dictatorial el que  instauró una Constitución y un conjunto de leyes construidos conscientemente para favorecer los intereses  de las clases patronales y los principios  ideológicos  de los sectores más reaccionarios de este país, sectores que claramente no han tenido ni tienen ningún interés en resolver  “asuntos pendientes” , que se refieren de una parte a todos los crímenes y violaciones a los derechos humanos cometidos bajo esa dictadura que respondía a sus intereses y menos aun asuntos pendientes que se refieren a los grados de explotación y miseria de las masas que requiere mantener el gran capital para seguir incrementando sus ganancias.

El Estado, las leyes, las instituciones que hoy nos rigen, son producto de operaciones y negociaciones  espurias, ocultadas al país por dirigentes que se instalaron en representación de los miles y miles que lucharon, para acceder ellos  a cuotas de poder y representación política  a cambio de mantener los pilares centrales del modelo económico y político instalado por la dictadura.

Hoy , tras veinte años de pseudo democracia,  una amplia mayoría de personas, sobretodo jóvenes rechazan  el modelo político, rechazan las instituciones republicanas mas  “sacrosantas” como el parlamento, justicia, medios de difusión, rechazan el  modelo económico, la educación de mercado y el lucro en ella, rechazan el sistema de  salud y previsión donde solo tienen acceso a la calidad  quien tiene recursos financieros, rechazan el daño que las grandes empresas están haciendo al  medioambiente, rechazan que la minería, sobretodo cobre y litio sea entregada al capital extranjero, rechazan que en  la pesca se entreguen  garantías a los grandes empresas a costa de los pescadores artesanales, rechazan que en los territorios mapuches se  privilegie la instalación de empresas madereras, de electricidad,  de salmones en desmedro del hábitat, el medioambiente, la cultura y la economía del pueblo mapuche.

Y este rechazo incluye a los ex presos políticos, quienes como el resto de organizaciones sociales que luchaban contra la dictadura nos vimos chantajeados, divididos, fraccionados, por quienes impulsaron una estrategia de salida negociada con la dictadura. En una de las lógicas del poder, la de dividir, se destruyó la fuerza unitaria que existía entre los presos bajo dictadura para poder así imponer las leyes Cumplido, esas leyes que nos dividieron en presos de conciencia y presos por hechos de sangre, leyes que vergonzosamente aceptaron  organizaciones y presos que obtenían su libertad unos y financiamientos otros, a cambio de mantenernos presos a quienes teníamos altas penas  o simplemente lanzados a un nuevo exilio.

No nos engañemos. Los veinte años de la mal llamada transición fue instalada por la fuerza de unos y la humillante abdicación de otros que miraron para el lado, aceptaron puestos y prebendas, se convirtieron en “actores” políticos del nuevo tinglado volviendo la espalda a la gran mayoría de “asuntos pendientes” que mantenía y mantiene la sociedad en su conjunto.

Veinte años de Concertación y tres de la derecha en que los asuntos pendientes siguen siendo la gran mayoría de los asuntos.  Desde la Constitución espuria, pasando por el sistema binominal y una larga y urgente cantidad de reivindicaciones de los mas explotados y marginados de la sociedad, entre ellas las leyes laborales, la mantención de poderes facticos, entre muchos otros.
Cierto que hay algunos espacios de libertad y que los ciudadanos pueden votar cada tanto. Pero en nada a cambiado el poder ni quienes lo detentan. Es muy poco los “asuntos pendientes” que se han resuelto.
Muchos ex presos viven aun el exilio. Muchos ex presos no tenemos derechos a ser ciudadanos, los familiares de muchos ejecutados aun no tienen justicia, los familiares de detenidos desaparecidos siguen sin respuestas. Son demasiados los agentes represivos que asesinaron, torturaron, quemaron vivos, violaron a mujeres, y otras atrocidades, que aun gozan de libertad y viven cómodamente  con pensiones estatales.
Peor aun, bajo los llamados “gobiernos democráticos”  se ha seguido reprimiendo, encarcelando y asesinando a luchadores sociales, volviendo a usar los montajes tal como lo uso la dictadura para encubrir sus asesinatos como en el caso de los 119 detenidos desaparecidos, vuelve a usar la represión masiva contra comunidades completas como son los allanamientos hoy en territorio mapuche y en el paroxismo que retrata claramente los intereses que defienden, hoy tratan de instalar nuevas leyes represivas para contener a un movimiento popular que va germinando en su lucha por sus derechos.

Al igual que el año 73 cuando se aprobó la Ley de control de Armas, se encarceló a los marinos constitucionalistas que se oponían al golpe,  se allanó fabricas industrias logrando con ello desarticular las fuerzas populares, hacerlas retroceder e instalar el miedo para luego desatar el golpe militar, hoy los mismos de ayer, intentan instalar nuevas leyes represivas para contener a esas fuerzas nuevas que se levantan sin miedo a luchar por sus derechos.

Solamente decir al final de esta exposición, que se equivocan los que juegan con este fuego amenazador. Porque si cierran los pequeños espacios de libertad existente hoy en día, si cierran las posibilidades que se manifiesten los pobres y desposeídos de este país, nuevamente el derecho a Rebelión será legitimo.
Y ya no habrá Concertación ni medidas intermedias, ni mal menor que obstaculice el avance del pueblo tras sus objetivos de una sociedad libre y justa.

¡La lucha continua!