miércoles, 20 de marzo de 2013

PRESENTACION DEL LIBRO “EL MIR Y SU OPCION POR LA GUERRA POPULAR” DE JOSÉ ANTONIO PALMA RAMOS. (ALMA NEGRA)


(En memoria de Juan Pablo Jiménez Garrido, dirigente sindical  asesinado

y de Mercedes Acuña, “La Meche” mirista que nos dejó lecciones de humildad)

Quiero saludar en primer lugar al autor, compañero José Antonio Palma Ramos, Licenciado en Educación, Profesor de Historia, Magister en la misma disciplina, integrante del Colectivo Popular Lumpen Crew , un abrazo grande para ti, “ Replika”.
 Agradezco la oportunidad de comentar y presentar este libro, un aporte a la historia del MIR, que abrirá nuevos debates, una provocación desde la teoría revolucionaria a escudriñar rincones  del aporte del MIR en el plano de las ideas y de la praxis y que se edita, por parte de Editorial Escaparate, en momentos que este debate, sobre estrategia y táctica,  se vuelve  imprescindible para los revolucionarios y el campo popular en Chile.

Me permito saludar a quienes asisten a este lanzamiento, mayoritariamente jóvenes que no vivieron las etapas que el texto evalúa: estudiantes,  pobladores, integrantes del colectivo Lumpen Crew, muchos de ellos ávidos de conocer  la historia del MIR, y por supuesto saludar a quienes  son o fueron militantes, y que siguen construyendo alternativa revolucionaria,  consecuentes con aquello a los que nos convocó Miguel Enríquez  y que para muchos de nosotros sigue estando vigente:  “…Sabemos que en esta lucha se nos puede ir la vida, pero la continuaremos hasta la victoria final”.

Muchas reflexiones me han asaltado tras leer el texto que hoy presentamos. El haber sido militante del MIR y parte de esta historia que el autor analiza, no permite que seamos neutrales frente al texto. Su lectura nos remonta a nuestras experiencias, a las ideas que sostuvimos y nos hace estar de acuerdo en algunas de sus hipótesis o discrepar del autor en otras, sobre todo respecto a algunos antecedentes  cuestionables.

Me ligan al autor un par de años trabajando en temas similares, lo que puede suscitar, en más de alguien, el prejuicio de que los autores buscan que en la presentación de sus trabajos, incondicionales que alaben sus obras. No es el caso de este comentario, puesto que a mi juicio, siendo una obra importante, una mirada, un conjunto de hipótesis construidas a partir del estudio de diversas fuentes y porcontradicción no surgido de la practica concreta, un aporte individual y por contradicción no colectivo, un intento osado de entrar en temas que no se hablan en público, se convierte finalmente en un trabajo fundacional respecto a la historia de un periodo del MIR complejo, doloroso para muchos, etapa en que cristaliza la crisis del MIR, en que se generan sus quiebres, se produce la atomización posterior y la dispersión de las fuerzas revolucionarias que perdura hasta el día de hoy.   

El trabajo de Replica es un empeño valorable, importante, destacable en el marco de un proceso en el cual diversos compañeros y compañeras han venido aportando para construir las historias que intentan representar lo que fue la praxis del MIR, digo diversas historias porque como organización, como intelectual colectivo, el MIR a partir de su división, no pudo formular una visión única, una historia construida colectivamente. 
Sin tener el mismo valor de ser productos colectivos, se han generado diversos textos, tesis,  estudios, memorias, artículos, ponencias en determinados debates en donde militantes o ex militantes a título individual logran desarrollar. Recientemente, entre otros muchos trabajos ha sido publicado el texto “De Carranco a Carrran” de José Miguel Bravo Aguilera un militante campesino, combatiente guerrillero de dos experiencias en la zona de Neltume .  A mi juicio, ha pasado el tiempo suficiente como para, en ausencia de una síntesis realizada por la propia organización, conozcamos públicamente las evaluaciones de la praxis del MIR de diversos periodos, muchas de las cuales siguen aún cubiertas por la compartimentación y el secreto necesario a la actividad revolucionara y en este sentido el trabajo de José Antonio se atreve a entrar en ese periodo complejo que va desde el quiebre hasta nuestros días, a pesar del silencio que muchos dirigentes de la época guardan.

El texto de José Antonio, tiene 340 páginas estructuradas en 7 Capítulos y 3 anexos, recorriendo conceptos de la teoría revolucionaria, los escenarios de la formación del MIR, la etapa de la Resistencia Popular, la Estrategia de Guerra Popular Prolongada, las estructuras militares y milicianas, los frentes sociales, la fractura del MIR y el mirismo disgregado, como el autor lo caracteriza.  En este largo recorrido, José Antonio establece un marco histórico y evaluaciones, no exenta de errores a los que más adelante me referiré, y sostiene algunas hipótesis que explicarían la incapacidad del MIR de materializar su estrategia de manera exitosa.

Osado intento, decía yo anteriormente, porque muchos compañeros dirigentes del MIR de esa época, que tienen antecedentes y fueron actores concretos de dicha praxis, guardan silencio y no han publicado sus reflexiones al respecto, lo que dificulta el trabajo del historiador y militante que tiene que trabajar con otras fuentes y muchas veces con publicaciones anteriores las que no son necesariamente ajustadas a la verdad histórica. 

En este sentido, existen inexactitudes en el trabajo de José que no influyen en las hipótesis que José Antonio sostiene.  A riesgo de que se moleste el autor, debo señalar, por rigurosidad a algunos hechos, los que me parecen antecedentes históricos erróneos:

1. La Brigada Elmo Catalán no fue una organización paramilitar de la Democracia Cristiana, fue una Brigada de Agitación y Propaganda, pertenecían al Partido Socialista y llevaban en nombre, precisamente de un militante socialista que participó en la guerrilla sostenida por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Bolivia.

2. El MIR no se retiró del GAP a consecuencias del atentado de la VOP a Edmundo Pérez Zujovic y no existe ningún hecho que relacione ambas situaciones. El MIR se retira del GAP cuando las contradicciones entre la política oficial de la Unidad Popular y la política del MIR se agudizan, principalmente luego del llamado Conclave de Lo Curro donde se impone la visión del PC que días más tarde publica Orlando Millas en un artículo en El Siglo como la política para una revolución democrático nacional.

3. Sostiene el autor que el MIR guardo silencio frente al intento golpista liderado por Roberto Viaux Marambio de Octubre de 1969. Desconoce el autor que fueron fuerzas de estudiantes y pobladores vinculados al MIR quienes también se lanzaron a las calles y que una de las acciones más espectaculares es la realizada por Luciano Cruz quien haciéndose pasar por periodista italiano, logra entrevistar al general golpista en el Hospital Militar y permite hacer las denuncias públicas con antecedentes fundados.

4. Igualmente comete un error de evaluación, respecto al desempeño del MIR frente al conato golpista de Junio del 73. Lo que el autor desconoce que miembros de la Fuerza Central del MIR, particularmente compañeros formados como caza tanques, estaban apostados en la zona con todos los medios materiales, mientras la Comisión Política del MIR intentaba coordinarse con el Gobierno para lanzar una respuesta a los golpistas. No podía el MIR actuar, en esas circunstancias de manera unilateral,  sin acuerdo con Allende y
pasando a llevar su iniciativa. Eso, claramente hubiese abierto un escenario distinto, de ofensiva armada de la izquierda revolucionaria de enormes consecuencias.

5. En la página 96, el autor confunde dos acciones diferentes del MIR. Señala la muerte del compañero “Jaime”,  en la acción de ajusticiamiento de Roger Vergara, Director de la Escuela de Inteligencia del Ejército, cuando en realidad el compañero muere tras la acción del triple asalto a sucursales bancarias de calle Santa Elena, meses después de la anterior acción.

Reitero que estos antecedentes erróneos  no influyen para nada en las hipótesis que sostiene el autor del texto.

¿Cuál es el valor fundamental del texto de José Antonio?

A mi juicio, el aporte principal no es la evaluación de la estrategia de guerra popular y las experiencias militantes entre 1982 y 1990 como el autor lo señala en su titulo. Aun cuando trabaja este tema y logra instalar pistas para comprender las derrotas sufridas, el quiebre y la atomización posterior, los elementos a mi juicio aun son insuficientes y preliminares, por lo que se constituye este trabajo en un primer paso que necesariamente deberá enriquecerse con más antecedentes y elementos a los que Palma no pudo tener acceso por diversas razones, entre ellos el desempeño y la situación actual de diversas estructuras y organizaciones que se reclaman continuadoras del MIR y que de una u otra manera están presentes en diversos frentes de lucha.

El mayor aporte del texto, a mi juicio, es el poner al centro del debate el tema de la estrategia político-militar como centralidad para entender al MIR, su proyecto, su desarrollo, su propia historia y sus luchas.

El MIR ha sido la única organización que nació levantando una concepción de lucha político-militar por el poder y que formuló una estrategia y una táctica que intentó jugándose por entero en ello, a diferencia de muchas otras que han levantado programas similares, estrategias que dicen ser político-militar,  u organizaciones construidas como brazo armado de partidos que no han sostenido como estrategia la lucha por el poder, sino que han usado la lucha armada como un elemento más para presionar salidas políticas. En este sentido, me permito recalcar dos elementos claves en la historia del MIR: su concepción leninista del Estado, de la revolución y del Partido y su vinculación con las masas, asi como su profundo clasismo.

El trabajo de Replika es que relata este proceso, las contradicciones en su génesis, el proceso de convergencia de diversas fuerzas en su fundación, los problemas orgánicos  que esto significo inicialmente, de la maduración de una organización que no se caso con la moda guerrillera de la época y que genero una concepción estratégica particular, distinta y que materializó una táctica coherente con la anterior,  de acciones directas de masas para dar comienzo a la construcción y acumulación de una fuerza social revolucionaria. Una organización provista de una estrategia político-militar , que debió adaptarse a un proceso de alza de la lucha de masas y a un escenario donde la política  del reformismo materializaba su proyecto, en fin, el relato del desarrollo de un proyecto que cruza por diversos periodos de la lucha de clases y que finalmente es derrotado tanto por el enemigo de clases como por sus propias contradicciones.

Es, a mi juicio, el valor fundamental del texto de Replika:  apuntar justo al centro de un debate necesario en la izquierda revolucionaria: el debate sobre estrategia, sobre criterios estratégicos, sobre líneas de acumulación estratégicas, de la necesaria e imprescindible coherencia entre estrategia y táctica, todo lo cual ha sido postergado aduciendo diversas razones: para algunos porque las derrotas precedentes , el estado del movimiento de masas ponen como prioridad el proceso de reconstrucción de movimiento popular como prioridad, otros porque la prioridad es desarrollar organización preliminar para luego abordar estos temas,  no en pocos casos se plantea que no es necesario hoy estos debates sino que son debates de futuro, incluyendo a quienes sostienen que esto es materia del secreto y de la conspiración y que no se deben debatir de manera abierta, finalmente existiendo quienes tiran tres o cuatro consignas generales para la galería y otros que lastimeramente se conforman con la copia mecánica de la estrategia desarrollada por  revolucionarios de otras latitudes.

Muchos de los que hoy asisten a este evento desconocen la tragedia que ha significado la copia mecánica de concepciones estratégicas generadas por revoluciones triunfantes pero instaladas en otras latitudes a contrapelo de las condiciones concretas.

 Lo que quiero señalar es que José Antonio con su texto señala el derrotero concreto realizado por una organización para arribar a señalar criterios estratégicos. La necesidad de tener un Programa, la necesidad de tener un análisis de la formación social concreta, la necesidad de tener una organización de militantes organizados en función del desarrollo de esa estrategia, la necesidad de tener una táctica coherente con esa estrategia. Y claramente se desprende que una cosa es construir criterios o lineamientos estratégicos o de acumulación de fuerzas, y otra cosa es materializar un proyecto concreto, un plan estratégico especifico. Claramente se desprende de la lectura del texto que una concepción político-militar es un todo coherente, una visión única, no es tener una mirada o una pata política por un lado y otra mirada y pata militar por otro. En este sentido, y permítaseme una reflexión más amplia, la ideología burguesa  que cosifica las relaciones, que fractura, fracciona, disgrega y enajena todo tipo de relaciones, también se instala en los modos de reflexión de muchos militantes que tienden a separa, a aislar, a mirar unilateralmente los distintos fenómenos, sociales y políticos incluido, de tal modo que la violencia y lo militar aparecen, en estos casos, como elementos especiales, desconectados, propio de especialistas o técnicos. El gran merito de Marx que partió analizando la célula más básica del régimen capitalista, la mercancía, y que aplicación mediante la dialéctica le llevo a la comprensión global de la sociedad fundada en la explotación  del trabajo por parte de la burguesía y en uso de la violencia para ejercer su dominación, violencia que nace desde la apropiación de los medios de producción, que nace desde el establecimiento mismo de relaciones de producción que obligan al sometimiento de las mayorías y cuya cúspide es la construcción de un Estado, aparato de dominación que incluye la imposición de su visión de mundo e ideología y por supuesto las fuerzas y medios materiales para frenar cualquier intento de cambio de estas relaciones.

Lo que hoy estamos viviendo en la izquierda y el campo popular, en el plano ideológico es abiertamente una bancarrota abierta. Justificándose unos en las derrotas  precedentes y en los cambios operados en las formas que adquiere el capitalismo, el estado, y la situación del movimiento de masas, muchos revolucionarios se auto licenciaron y dieron por terminado su esfuerzo, mientras otros se pasaron claramente a la posición mas cómoda del reformismo y revisionismo que se contenta con luchar por reformas al interior del sistema capitalista y de manera despreciable no pocos se pasaron derechamente al mundo empresarial y se han convertido en patrones.

Los esfuerzos, durante los últimos años, por mantener el proyecto revolucionario no han sido pocos, pero si han sido insuficientes y hoy claramente se requiere de dar saltos importantes en dicho camino, siendo el debate de los temas que aborda palma en su trabajo, precisamente los que hoy se requiere abordar.

Detengámonos un instante. ¿Cuántas siglas de organizaciones reclamadas como revolucionarias hemos visto desfilar las dos últimas décadas que aparecen y desaparecen dejando más desconfianza y desesperanzas? ¿Cuántos compañeros y compañeras no dejan los pies en las calles intentando sumar fuerzas en base a consignas y la pura voluntad encontrándose con masiva indiferencia a sus propuestas? ¿Cuántos compañeros no están aburridos del trabajo asistencialista en los llamados frentes sociales que no terminan por arrojar sumatoria de voluntades políticas revolucionarias, volviéndose muy buenos gestionadores  de demandas reivindicativas o tareas solidarias en dichos espacios pero sin poder proyectar políticamente esos esfuerzos? ¿Cuántas veces hemos visto el ciclo de alzas puntuales de la lucha reivindicativa de masas y tras ello el retroceso que arrasa con las débiles posiciones conquistadas y el regreso de la indiferencia y el individualismo?

Ciertamente hay condiciones concretas nuevas, ciertamente hay una profunda derrota ideológica que revertir de masas ganadas por el individualismo, el hedonismo, el consumismo inoculado cotidiana y permanentemente desde los aparatos, ideológicos de las clases dominantes.
Pero también es cierto que no hemos podido superar dos graves falencias: la aguda desconfianza entre los revolucionarios, pero principalmente las falencias en el plano teórico, en el plano de la formulación de estrategia y de una praxis políticas que sea acorde con esa estrategia concreta.

Es hora de decirnos las cosas por su nombre. ¿Cuántas organizaciones se reclaman revolucionarias pero su práctica no pasa de ser la memoria y reivindicación de luchas y hechos del pasado? ¿Cuántas organizaciones se reclaman revolucionarias y hablan y hablan de la guerra, de la insurrección y la lucha armada sin que exista la más mínima experiencia práctica concreta? ¿Cuántas organizaciones se señalan vanguardia, hablan de las masas, convocan a asonadas, levantamientos territoriales, fijan fechas y luego no pasa nada?


Podríamos enumerar cantidad de elementos que han estado presente estos años que tristemente nos hablan de una fractura tremenda entre lo que se dice y lo que se hace realmente, entre el salir a quebrar vidrieras y pelear a camotazos con los perros guardianes y construir de verdad una fuerza revolucionaria que pelee, no con los perros guardianes sino con directamente con las clases dominantes, los patrones y sus fuerzas principales.

La historia del MIR nos señala que cometimos muchos errores, pero orgullosamente podemos decir que intentamos materializar y hacer aquello de lo que hablábamos. Construimos fuerza de masas, construimos Poder Popular, construimos una amplia conciencia que aún persiste entre muchos y muchas que están aquí presentes o que nos leerán desde tierras lejanas.  Muchos y muchas que siguen trabajando, aportando, y en su fuero interno, esperando que el nuevo o viejo Partido Revolucionaria retorne con seriedad, con firmeza, a presentar su Estrategia de lucha por el Poder, su línea de acumulación de fuerzas que permita luchar no por reformitas, no por pequeños espacios, sino que le dé sentido histórico a una entrega, al compromiso, al esfuerzo de luchar real y verdaderamente tras un proyecto revolucionario.

Los desafíos del presente, justamente nos reclaman respuestas y miradas que superen la coyuntura. Todos los presentes saben que nos enfrentamos en los próximos meses a un momento crucial de la lucha de clases: el ascenso de las luchas reivindicativas de las masas que se abriera con las luchas de los meses precedentes,  intentara ser bloqueado por las clases dominantes en función de volver a legitimar los mecanismos políticos y la institucionalidad por ellos desarrollada. Se volverá a presentar el show mediático de la derecha versus la izquierda, cuando todo sabemos que ambas alternativas representan solo la continuidad del sistema y del modelo.  No pocos son los sectores que, por oportunismo, por ceguera política o por pequeños intereses partidistas, a contrapelo de la opinión de las grandes mayorías movilizadas en los años anteriores, ingresaran al sistema político, validándole y prestándole apoyo y legitimidad. Sin proyecto estratégico, sin táctica coherente con algún tipo de estrategia, terminaran arrastrados al sistema jugando el mismo rol que desde hace año juegan las dirigencias reconocidamente reformistas.  Seamos claro: el periodo que se nos avecina será difícil: las maquinarias partidistas se dejaran caer en los espacios sociales una vez tratando de cooptar, confundir, arrastrar. Será la capacidad de los sectores maslucidos de mantener la iniciativa, de seguir ampliando el marco de las luchas reivindicativas y proyectándolas a generar la crisis del modelo político y económico, lo que nos permitirá avanzar.

Estimadas compañeras y compañeros, Este libro traerá sin duda alguna muchas opiniones  desde el mundo del mirismo activo o inactivo. Desde ya, muchos, como ya lo han hecho en el pasado reciente negaran el carácter político militar de la organización y su estrategia de guerra del pueblo. Otros saldrán en defensa de tal o cual aspecto. A mi juicio, todo eso será propio de una generación de ex revolucionarios que en su gran mayoría se auto licenciaron. Y por supuesto de los historiadores y académicos que seguirán hurgando en la historia.

Sin embargo, para las nuevas generaciones de revolucionarios, de cuadros en gestación, este libro será de gran utilidad y muy necesario porque nos reitera las preguntas definitivas: másallá de la lucha social, reivindicativa, más allá de la lucha por las reformas al sistema y al modelo de dominación, cual es el camino concreto para acumular fuerzas, para resolver aquello de que la estrategia es la ciencia y el arte de construir, organizar y conducir la fuerza social revolucionaria en el territorio chileno, en este tiempo, para derrotar la dominación burguesa, derrotar sus fuerzas ideológicas, políticas y militares, e instalar el poder de las mayorías, la revolución proletaria. Porque nos replantea una verdad “verdaderamente” olvidada: el carácter del Estado, de sus FFAA, de sus aparatos represivos, el rol de la violencia y la necesidad de asumir esto, de asumir, como dice Silvio Rodríguez, al enemigo verdadero: las clases dominantes y su aparato de dominación.

Gracias José Antonio Palma, Replika.  Gracias porque tú, al igual que otros compañeros,  se atreven a tirarse al agua, a dejarse de andar por las ramas y entran a los debates fundamentales.

Gracias finalmente, porque vuelven a reinstalar el proyecto por el cual vivieron y murieron tantos compañeros revolucionarios que resumían su práctica en tres palabras muy simple pero inmensas:

Pueblo, Conciencia y Fusil.