(En memoria de Juan Pablo Jiménez
Garrido, dirigente sindical asesinado
y de
Mercedes Acuña, “La Meche” mirista que nos dejó lecciones de humildad)
Quiero saludar en primer lugar al autor,
compañero José Antonio Palma Ramos, Licenciado en Educación,
Profesor de Historia, Magister en la misma disciplina, integrante del Colectivo
Popular Lumpen Crew , un abrazo grande para ti, “ Replika”.
Agradezco la oportunidad de comentar y
presentar este libro, un aporte a la historia del MIR, que abrirá nuevos
debates, una provocación desde la teoría revolucionaria a escudriñar
rincones del aporte del MIR en el plano
de las ideas y de la praxis y que se edita, por parte de Editorial Escaparate,
en momentos que este debate, sobre estrategia y táctica, se vuelve imprescindible para los revolucionarios y el
campo popular en Chile.
Me permito saludar a quienes asisten a este
lanzamiento, mayoritariamente jóvenes que no vivieron las etapas que el texto
evalúa: estudiantes, pobladores,
integrantes del colectivo Lumpen Crew, muchos de ellos ávidos de conocer la historia del MIR, y por supuesto saludar a
quienes son o fueron militantes, y que
siguen construyendo alternativa revolucionaria, consecuentes con aquello a los que nos convocó
Miguel Enríquez y que para muchos de
nosotros sigue estando vigente: “…Sabemos
que en esta lucha se nos puede ir la vida, pero la continuaremos hasta la
victoria final”.
Muchas reflexiones me han asaltado tras
leer el texto que hoy presentamos. El haber sido militante del MIR y parte de
esta historia que el autor analiza, no permite que seamos neutrales frente al
texto. Su lectura nos remonta a nuestras experiencias, a las ideas que
sostuvimos y nos hace estar de acuerdo en algunas de sus hipótesis o discrepar del
autor en otras, sobre todo respecto a algunos antecedentes cuestionables.
Me ligan al autor un par de años trabajando
en temas similares, lo que puede suscitar, en más de alguien, el prejuicio de
que los autores buscan que en la presentación de sus trabajos, incondicionales
que alaben sus obras. No es el caso de este comentario, puesto que a mi juicio,
siendo una obra importante, una mirada, un conjunto de hipótesis construidas a
partir del estudio de diversas fuentes y porcontradicción no surgido de la practica
concreta, un aporte individual y por contradicción no colectivo, un intento osado
de entrar en temas que no se hablan en público, se convierte finalmente en un trabajo
fundacional respecto a la historia de un periodo del MIR complejo, doloroso
para muchos, etapa en que cristaliza la crisis del MIR, en que se generan sus
quiebres, se produce la atomización posterior y la dispersión de las fuerzas
revolucionarias que perdura hasta el día de hoy.
El trabajo de Replica es un empeño valorable,
importante, destacable en el marco de un proceso en el cual diversos compañeros
y compañeras han venido aportando para construir las historias que intentan representar
lo que fue la praxis del MIR, digo diversas historias porque como organización,
como intelectual colectivo, el MIR a partir de su división, no pudo formular
una visión única, una historia construida colectivamente.
Sin tener el mismo
valor de ser productos colectivos, se han generado diversos textos, tesis, estudios, memorias, artículos, ponencias en
determinados debates en donde militantes o ex militantes a título individual
logran desarrollar. Recientemente, entre otros muchos trabajos ha sido
publicado el texto “De Carranco a Carrran” de José Miguel Bravo Aguilera un
militante campesino, combatiente guerrillero de dos experiencias en la zona de
Neltume . A mi juicio, ha pasado el
tiempo suficiente como para, en ausencia de una síntesis realizada por la
propia organización, conozcamos públicamente las evaluaciones de la praxis del
MIR de diversos periodos, muchas de las cuales siguen aún cubiertas por la
compartimentación y el secreto necesario a la actividad revolucionara y en este
sentido el trabajo de José Antonio se atreve a entrar en ese periodo complejo
que va desde el quiebre hasta nuestros días, a pesar del silencio que muchos
dirigentes de la época guardan.
El texto de José Antonio, tiene 340 páginas
estructuradas en 7 Capítulos y 3 anexos, recorriendo conceptos de la teoría
revolucionaria, los escenarios de la formación del MIR, la etapa de la
Resistencia Popular, la Estrategia de Guerra Popular Prolongada, las
estructuras militares y milicianas, los frentes sociales, la fractura del MIR y
el mirismo disgregado, como el autor lo caracteriza. En este largo recorrido, José Antonio
establece un marco histórico y evaluaciones, no exenta de errores a los que más
adelante me referiré, y sostiene algunas hipótesis que explicarían la
incapacidad del MIR de materializar su estrategia de manera exitosa.
Osado intento, decía yo anteriormente,
porque muchos compañeros dirigentes del MIR de esa época, que tienen
antecedentes y fueron actores concretos de dicha praxis, guardan
silencio y no han publicado sus reflexiones al respecto, lo que dificulta el
trabajo del historiador y militante que tiene que trabajar con otras fuentes y
muchas veces con publicaciones anteriores las que no son necesariamente
ajustadas a la verdad histórica.
En este sentido, existen inexactitudes en
el trabajo de José que no influyen en las hipótesis que José Antonio
sostiene. A riesgo de que se moleste el
autor, debo señalar, por rigurosidad a algunos hechos, los que me parecen
antecedentes históricos erróneos:
1. La Brigada Elmo Catalán no fue una
organización paramilitar de la Democracia Cristiana, fue una Brigada de
Agitación y Propaganda, pertenecían al Partido Socialista y llevaban en nombre,
precisamente de un militante socialista que participó en la guerrilla sostenida
por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Bolivia.
2. El MIR no se retiró del GAP a
consecuencias del atentado de la VOP a Edmundo Pérez Zujovic y no existe ningún
hecho que relacione ambas situaciones. El MIR se retira del GAP cuando las
contradicciones entre la política oficial de la Unidad Popular y la política
del MIR se agudizan, principalmente luego del llamado Conclave de Lo Curro
donde se impone la visión del PC que días más tarde publica Orlando Millas en
un artículo en El Siglo como la política para una revolución democrático
nacional.
3. Sostiene el autor que el MIR guardo
silencio frente al intento golpista liderado por Roberto Viaux Marambio de
Octubre de 1969. Desconoce el autor que fueron fuerzas de estudiantes y
pobladores vinculados al MIR quienes también se lanzaron a las calles y que una
de las acciones más espectaculares es la realizada por Luciano Cruz quien
haciéndose pasar por periodista italiano, logra entrevistar al general golpista
en el Hospital Militar y permite hacer las denuncias públicas con antecedentes
fundados.
4. Igualmente comete un error de
evaluación, respecto al desempeño del MIR frente al conato golpista de Junio
del 73. Lo que el autor desconoce que miembros de la Fuerza Central del MIR,
particularmente compañeros formados como caza tanques, estaban apostados en la
zona con todos los medios materiales, mientras la Comisión Política del MIR
intentaba coordinarse con el Gobierno para lanzar una respuesta a los
golpistas. No podía el MIR actuar, en esas circunstancias de manera
unilateral, sin acuerdo con Allende y
pasando a llevar su iniciativa. Eso,
claramente hubiese abierto un escenario distinto, de ofensiva armada de la
izquierda revolucionaria de enormes consecuencias.
5. En la página 96, el autor confunde dos
acciones diferentes del MIR. Señala la muerte del compañero “Jaime”, en la acción de ajusticiamiento de Roger
Vergara, Director de la Escuela de Inteligencia del Ejército, cuando en
realidad el compañero muere tras la acción del triple asalto a sucursales
bancarias de calle Santa Elena, meses después de la anterior acción.
Reitero que estos antecedentes
erróneos no influyen para nada en las
hipótesis que sostiene el autor del texto.
¿Cuál es el valor fundamental del texto de
José Antonio?
A mi juicio, el aporte principal no es la
evaluación de la estrategia de guerra popular y las experiencias militantes
entre 1982 y 1990 como el autor lo señala en su titulo. Aun cuando trabaja este
tema y logra instalar pistas para comprender las derrotas sufridas, el quiebre
y la atomización posterior, los elementos a mi juicio aun son insuficientes y
preliminares, por lo que se constituye este trabajo en un primer paso que
necesariamente deberá enriquecerse con más antecedentes y elementos a los que Palma
no pudo tener acceso por diversas razones, entre ellos el desempeño y la
situación actual de diversas estructuras y organizaciones que se reclaman continuadoras
del MIR y que de una u otra manera están presentes en diversos frentes de
lucha.
El mayor aporte del texto, a mi juicio, es
el poner al centro del debate el tema de la estrategia político-militar como
centralidad para entender al MIR, su proyecto, su desarrollo, su propia
historia y sus luchas.
El MIR ha sido la única organización que nació
levantando una concepción de lucha político-militar por el poder y que formuló
una estrategia y una táctica que intentó jugándose por entero en ello, a diferencia
de muchas otras que han levantado programas similares, estrategias que dicen
ser político-militar, u organizaciones
construidas como brazo armado de partidos que no han sostenido como estrategia
la lucha por el poder, sino que han usado la lucha armada como un elemento más
para presionar salidas políticas. En este sentido, me permito recalcar dos
elementos claves en la historia del MIR: su concepción leninista del Estado, de
la revolución y del Partido y su vinculación con las masas, asi como su
profundo clasismo.
El trabajo de Replika es que relata este
proceso, las contradicciones en su génesis, el proceso de convergencia de
diversas fuerzas en su fundación, los problemas orgánicos que esto significo inicialmente, de la
maduración de una organización que no se caso con la moda guerrillera de la
época y que genero una concepción estratégica particular, distinta y que
materializó una táctica coherente con la anterior, de acciones directas de masas para dar
comienzo a la construcción y acumulación de una fuerza social revolucionaria.
Una organización provista de una estrategia político-militar , que debió
adaptarse a un proceso de alza de la lucha de masas y a un escenario donde la política
del reformismo materializaba su
proyecto, en fin, el relato del desarrollo de un proyecto que cruza por
diversos periodos de la lucha de clases y que finalmente es derrotado tanto por
el enemigo de clases como por sus propias contradicciones.
Es, a mi juicio, el valor fundamental del
texto de Replika: apuntar justo al
centro de un debate necesario en la izquierda revolucionaria: el debate sobre
estrategia, sobre criterios estratégicos, sobre líneas de acumulación estratégicas,
de la necesaria e imprescindible coherencia entre estrategia y táctica, todo lo
cual ha sido postergado aduciendo diversas razones: para algunos porque las
derrotas precedentes , el estado del movimiento de masas ponen como prioridad
el proceso de reconstrucción de movimiento popular como prioridad, otros porque
la prioridad es desarrollar organización preliminar para luego abordar estos
temas, no en pocos casos se plantea que
no es necesario hoy estos debates sino que son debates de futuro, incluyendo a
quienes sostienen que esto es materia del secreto y de la conspiración y que no
se deben debatir de manera abierta, finalmente existiendo quienes tiran tres o
cuatro consignas generales para la galería y otros que lastimeramente se
conforman con la copia mecánica de la estrategia desarrollada por revolucionarios de otras latitudes.
Muchos de los que hoy asisten a este evento
desconocen la tragedia que ha significado la copia mecánica de concepciones
estratégicas generadas por revoluciones triunfantes pero instaladas en otras
latitudes a contrapelo de las condiciones concretas.
Lo que quiero señalar es que José Antonio
con su texto señala el derrotero concreto realizado por una organización para
arribar a señalar criterios estratégicos. La necesidad de tener un Programa, la
necesidad de tener un análisis de la formación social concreta, la necesidad de
tener una organización de militantes organizados en función del desarrollo de
esa estrategia, la necesidad de tener una táctica coherente con esa estrategia.
Y claramente se desprende que una cosa es construir criterios o lineamientos
estratégicos o de acumulación de fuerzas, y otra cosa es materializar un
proyecto concreto, un plan estratégico especifico. Claramente se desprende de
la lectura del texto que una concepción político-militar es un todo coherente,
una visión única, no es tener una mirada o una pata política por un lado y otra
mirada y pata militar por otro. En este sentido, y permítaseme una reflexión
más amplia, la ideología burguesa que
cosifica las relaciones, que fractura, fracciona, disgrega y enajena todo tipo de
relaciones, también se instala en los modos de reflexión de muchos militantes
que tienden a separa, a aislar, a mirar unilateralmente los distintos
fenómenos, sociales y políticos incluido, de tal modo que la violencia y lo
militar aparecen, en estos casos, como elementos especiales, desconectados,
propio de especialistas o técnicos. El gran merito de Marx que partió
analizando la célula más básica del régimen capitalista, la mercancía, y que
aplicación mediante la dialéctica le llevo a la comprensión global de la
sociedad fundada en la explotación del
trabajo por parte de la burguesía y en uso de la violencia para ejercer su
dominación, violencia que nace desde la apropiación de los medios de
producción, que nace desde el establecimiento mismo de relaciones de producción
que obligan al sometimiento de las mayorías y cuya cúspide es la construcción
de un Estado, aparato de dominación que incluye la imposición de su visión de
mundo e ideología y por supuesto las fuerzas y medios materiales para frenar cualquier
intento de cambio de estas relaciones.
Lo que hoy estamos viviendo en la izquierda
y el campo popular, en el plano ideológico es abiertamente una bancarrota
abierta. Justificándose unos en las derrotas
precedentes y en los cambios operados en las formas que adquiere el
capitalismo, el estado, y la situación del movimiento de masas, muchos revolucionarios
se auto licenciaron y dieron por terminado su esfuerzo, mientras otros se
pasaron claramente a la posición mas cómoda del reformismo y revisionismo que
se contenta con luchar por reformas al interior del sistema capitalista y de
manera despreciable no pocos se pasaron derechamente al mundo empresarial y se
han convertido en patrones.
Los esfuerzos, durante los últimos años,
por mantener el proyecto revolucionario no han sido pocos, pero si han sido
insuficientes y hoy claramente se requiere de dar saltos importantes en dicho
camino, siendo el debate de los temas que aborda palma en su trabajo,
precisamente los que hoy se requiere abordar.
Detengámonos un instante. ¿Cuántas siglas
de organizaciones reclamadas como revolucionarias hemos visto desfilar las dos
últimas décadas que aparecen y desaparecen dejando más desconfianza y
desesperanzas? ¿Cuántos compañeros y compañeras no dejan los pies en las calles
intentando sumar fuerzas en base a consignas y la pura voluntad encontrándose
con masiva indiferencia a sus propuestas? ¿Cuántos compañeros no están
aburridos del trabajo asistencialista en los llamados frentes sociales que no
terminan por arrojar sumatoria de voluntades políticas revolucionarias,
volviéndose muy buenos gestionadores de
demandas reivindicativas o tareas solidarias en dichos espacios pero sin poder
proyectar políticamente esos esfuerzos? ¿Cuántas veces hemos visto el ciclo de
alzas puntuales de la lucha reivindicativa de masas y tras ello el retroceso
que arrasa con las débiles posiciones conquistadas y el regreso de la
indiferencia y el individualismo?
Ciertamente hay condiciones concretas
nuevas, ciertamente hay una profunda derrota ideológica que revertir de masas
ganadas por el individualismo, el hedonismo, el consumismo inoculado cotidiana
y permanentemente desde los aparatos, ideológicos de las clases dominantes.
Pero también es cierto que no hemos podido
superar dos graves falencias: la aguda desconfianza entre los revolucionarios,
pero principalmente las falencias en el plano teórico, en el plano de la formulación
de estrategia y de una praxis políticas que sea acorde con esa estrategia
concreta.
Es hora de decirnos las cosas por su
nombre. ¿Cuántas organizaciones se reclaman revolucionarias pero su práctica no
pasa de ser la memoria y reivindicación de luchas y hechos del pasado? ¿Cuántas
organizaciones se reclaman revolucionarias y hablan y hablan de la guerra, de
la insurrección y la lucha armada sin que exista la más mínima experiencia
práctica concreta? ¿Cuántas organizaciones se señalan vanguardia, hablan de las
masas, convocan a asonadas, levantamientos territoriales, fijan fechas y luego
no pasa nada?
Podríamos enumerar cantidad de elementos
que han estado presente estos años que tristemente nos hablan de una fractura
tremenda entre lo que se dice y lo que se hace realmente, entre el salir a
quebrar vidrieras y pelear a camotazos con los perros guardianes y construir de
verdad una fuerza revolucionaria que pelee, no con los perros guardianes sino
con directamente con las clases dominantes, los patrones y sus fuerzas
principales.
La historia del MIR nos señala que
cometimos muchos errores, pero orgullosamente podemos decir que intentamos materializar
y hacer aquello de lo que hablábamos. Construimos fuerza de masas, construimos
Poder Popular, construimos una amplia conciencia que aún persiste entre muchos
y muchas que están aquí presentes o que nos leerán desde tierras lejanas. Muchos y muchas que siguen trabajando,
aportando, y en su fuero interno, esperando que el nuevo o viejo Partido
Revolucionaria retorne con seriedad, con firmeza, a presentar su Estrategia de
lucha por el Poder, su línea de acumulación de fuerzas que permita luchar no
por reformitas, no por pequeños espacios, sino que le dé sentido histórico a
una entrega, al compromiso, al esfuerzo de luchar real y verdaderamente tras un
proyecto revolucionario.
Los desafíos del presente, justamente nos
reclaman respuestas y miradas que superen la coyuntura. Todos los presentes
saben que nos enfrentamos en los próximos meses a un momento crucial de la
lucha de clases: el ascenso de las luchas reivindicativas de las masas que se
abriera con las luchas de los meses precedentes, intentara ser bloqueado por las clases
dominantes en función de volver a legitimar los mecanismos políticos y la
institucionalidad por ellos desarrollada. Se volverá a presentar el show
mediático de la derecha versus la izquierda, cuando todo sabemos que ambas
alternativas representan solo la continuidad del sistema y del modelo. No pocos son los sectores que, por
oportunismo, por ceguera política o por pequeños intereses partidistas, a
contrapelo de la opinión de las grandes mayorías movilizadas en los años
anteriores, ingresaran al sistema político, validándole y prestándole apoyo y
legitimidad. Sin proyecto estratégico, sin táctica coherente con algún tipo de
estrategia, terminaran arrastrados al sistema jugando el mismo rol que desde
hace año juegan las dirigencias reconocidamente reformistas. Seamos claro: el periodo que se nos avecina
será difícil: las maquinarias partidistas se dejaran caer en los espacios
sociales una vez tratando de cooptar, confundir, arrastrar. Será la capacidad
de los sectores maslucidos de mantener la iniciativa, de
seguir ampliando el marco de las luchas reivindicativas y proyectándolas a
generar la crisis del modelo político y económico, lo que nos permitirá
avanzar.
Estimadas compañeras y compañeros, Este
libro traerá sin duda alguna muchas opiniones desde el mundo del mirismo activo o inactivo.
Desde ya, muchos, como ya lo han hecho en el pasado reciente negaran el
carácter político militar de la organización y su estrategia de guerra del
pueblo. Otros saldrán en defensa de tal o cual aspecto. A mi juicio, todo eso
será propio de una generación de ex revolucionarios que en su gran mayoría se
auto licenciaron. Y por supuesto de los historiadores y académicos que seguirán
hurgando en la historia.
Sin embargo, para las nuevas generaciones de
revolucionarios, de cuadros en gestación, este libro será de gran utilidad y
muy necesario porque nos reitera las preguntas definitivas: másallá de la lucha
social, reivindicativa, más allá de la lucha por las reformas al sistema y al
modelo de dominación, cual es el camino concreto para acumular fuerzas, para
resolver aquello de que la estrategia es la ciencia y el arte de construir,
organizar y conducir la fuerza social revolucionaria en el territorio chileno,
en este tiempo, para derrotar la dominación burguesa, derrotar sus fuerzas
ideológicas, políticas y militares, e instalar el poder de las mayorías, la
revolución proletaria. Porque nos replantea una verdad “verdaderamente”
olvidada: el carácter del Estado, de sus FFAA, de sus aparatos represivos, el
rol de la violencia y la necesidad de asumir esto, de asumir, como dice Silvio Rodríguez,
al enemigo verdadero: las clases dominantes y su aparato de dominación.
Gracias José Antonio Palma, Replika. Gracias porque tú, al igual que otros
compañeros, se atreven a tirarse al
agua, a dejarse de andar por las ramas y entran a los debates fundamentales.
Gracias finalmente, porque vuelven a
reinstalar el proyecto por el cual vivieron y murieron tantos compañeros
revolucionarios que resumían su práctica en tres palabras muy simple pero
inmensas:
Pueblo, Conciencia y Fusil.