En este 1° de Mayo, deseamos entregar un afectuoso y revolucionario saludo a todas y todos los trabajadores que día a día venden su fuerza de trabajo y también a quienes pudiendo hacerlo, se desviven entregando curriculum en las oficinas de los siniestros departamentos de RRHH, como ejercito de cesantes del capitalismo.
Trabajadores y Trabajadoras que al igual que millones en el mundo, no ven retribuido el esfuerzo y sacrificio diario por dar mejores condiciones de vida a sus familias, en el cual la precarización laboral, las jornadas extenuantes, la subcontratación, los “contratos” a honorarios, los “tratos” en sector agroexportador, la inseguridad laboral, etc. Consumen de manera acelerada nuestras vidas y hacen engordar y enriquecerse de manera grotesca a Patrones y su ejército de sanguijuelas.
Hoy, cuando conmemoramos la muerte de los trabajadores de Chicago, vemos que su principal reivindicación, la jornada laboral de 8 horas, ha sido sistemáticamente abolida por los sucesivos gobiernos del bloque en el poder, ¿Quiénes aparte de gerentes y empresarios puede decir que trabaja ocho horas diarias en Chile?, ¿Son ellos los que se levantan a las 6 de la mañana para volver a sus hogares pasadas las 8?, ¿Quiénes somos los que finalmente producimos y generamos las riquezas?, la lista de preguntas podrían ser muchas, pero la respuesta es una sola, en este sistema existimos los que trabajamos y los que se apropian de nuestro trabajo.
En Chile, vemos como un puñado de ricos y poderosos en alianza con el imperialismo ostentan del poder económico, político y militar. Familias como los Luksic, Angelini, Matte, Solari, son amos y señores en el sector agroindustrial, forestal, financiero, retail y comunicaciones. Se han hecho dueños del país y de nuestras vidas, hacen leyes a su conveniencia y por cada peso de impuesto que pagan, ganan diez. Los trabajadores respondemos con negociaciones colectivas, huelgas legales e ilegales, sabotaje de maquinaria, sacar la vuelta, etc. Pero esto no nos asegura en nada la posibilidad de generar cambios ni de mejorar nuestras condiciones de vida.
El 1° de Mayo, no debe ser un día de fiestas, ni de llanto, este día debe y tiene que servirnos como clase para revisar nuestra organización, para fijar mejor la puntería, para construir sindicatos clasistas y combativos, para fortalecer la unidad, para coordinar y proyectar las experiencias, para sembrar luchas que cosecharan victorias. Este 1° de mayo tiene y debe servir como otro pequeño paso en la ardua y dura tareas de construir y acumular Fuerza Social Revolucionaria, Este 1° de mayo, los trabajadores y el pueblo debemos y tenemos que volver a ser el foco del proyecto revolucionario, Este 1° de mayo: debemos y tenemos desalojar a oportunistas, burócratas y traidores de nuestras organizaciones sindicales, Este 1° de mayo debemos y tenemos que aportar a la construcción de un Partido Revolucionario de los Trabajadores para la toma del poder y el socialismo.
Construyendo y Luchando Para Vencer:
¡TRABAJADORES AL PODER!