jueves, 28 de abril de 2011

COMENTARIO AL LIBRO “EL FANTASMA DE CHILE” DE ZENON ALVARADO ACEVEDO


Zenón Alvarado se presenta así mismo como hijo de minero Sewel, nacido en 1949, dirigente vecinal, estudiantil, sindical y político en la región, exiliado en Suecia, con un regreso frustrado al país en la década del 90 y viajante por diversos países de África y Asia. Señala en la presentación del libro que no es escritor y que escribe por imposición de las circunstancias habiendo sido actor directo e indirecto de los sucesos que analiza en el libro: la crisis política chilena y el golpe de estado.
El libro tiene 564 páginas estructuradas en cuatro partes:
I. La estrategia que articuló al ramillete derechista.
II. La perspectiva de Allende y las diferentes perspectivas de quienes lo recuerdan.
III. ¿Qué proponía la izquierda para salvar la situación?
IV. Reflexiones finales.
Este es un libro auto editado (no hay editorial por medio, solo se menciona la Imprenta) y puede ser encontrado como libro electrónico gratis, en formato pdf , en varios portales de la web.
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    Es, sin duda alguna, un libro que debe ser leído, conocido y discutido por quienes se interesan por una reflexión que supere la superficialidad con que a menudo se trata el tema del golpe de Estado, presentándose muchas veces el golpe de Estado como una “traición” de un grupo de generales, otras veces como resultado del la intervención directa de los EEUU, y no pocas veces como el resultado de un presidente buena onda y justo “desbordado” por una izquierda que sobrepasó el Programa de la Unidad Popular, creando caos y conflicto social que llevó a las FFAA a “poner orden”. Las tesis más importantes que plantea el texto es la existencia de una crisis política y social desde mediados de la década del 60´, con un movimiento de masas que va creciendo en organización, fuerza y calidad en un contexto de alza de las luchas revolucionarias y antiimperialista a escala mundial, contexto en el que, las clases dominantes toman opciones diferentes en cuanto a enfrentar este movimiento de masas, lo que posibilita el ascenso al gobierno del Presidente Allende. Señala el autor, que no solo la dupla Nixon- Kissinger asume que “hay que pulverizar” la experiencia de la UP y revisa el “ramillete” de opciones que desde la derecha surgen. Repasa el autor la estrategia de Jarpa, de Patria y Libertad, de la DC, amen de revisar posturas de la iglesia, de la oficialidad, de los gremios. Desde esa perspectiva el golpe no es solo y exclusivamente para derrocar a Allende, sino principalmente para frenar al movimiento más consciente y organizado que se ha ido constituyendo durante el periodo pre-revolucionario y para refundar la dominación burguesa en sus distintas expresiones. No es Allende el enemigo principal sino esta masa que se expresó en los órganos de poder popular constituidos en la época, y entre ellos, los marinos y suboficiales que tratan de levantar una alternativa en el marco de la crisis abierta y el golpismo galopante, ante el cual no hay respuestas adecuadas ni desde la izquierda reformista ni desde “el polo revolucionario”. Aporta el texto numerosos antecedentes, siendo algunos de ellos bastante sorprendentes, como las negociaciones iniciales que permiten la instalación del Gobierno UP (traducidas en el Pacto de Garantías Constitucionales), las negociaciones de Allende para el ingreso de las FFAA al gabinete, los manejos respecto al asesinato del Edecán, respecto al Tancazo, las conversaciones de los marinos con dirigentes de la izquierda, el hecho sorprendente que el plan de defensa ante un posible golpe militar desarrollado por los dirigentes de la UP y de la CUT había sido construido con apoyo de ¡Pinochet!, el manejo frente a la crisis con la FACH y la salida de su comandante para instalar a Leight, las enormes contradicciones del gobierno de Allende frente a la detención y torturas aplicada a los marinos que trataban de impedir el golpe de Estado, etc. Pero el texto no se queda en evaluar a la derecha y al reformismo, sino que “saca al pizarrón” a la izquierda revolucionaria y señala las contradicciones de de ésta en el periodo, particularmente las del MIR que un par de meses antes del golpe llega a la conclusión de que no habrá golpe militar porque las clases dominantes se han centrado en la “salida del golpe blanco” como se bautizó a la salida institucional que pretendía Allende con la convocatoria a plebiscito en la segunda semana de septiembre del 73. El texto fustiga a esta izquierda revolucionaria que, aunque señala que lucha por el poder, pierde iniciativa. El texto se desarrolla muy líricamente respecto a una frase que señala Allende refiriéndose a los marinos en términos “que no entienden nada…”, y el texto expone que tanto Allende, el reformismo y los revolucionarios no entienden que se trata de la ducha directa por el poder, que no hay espacios para la muñeca, ni los acuerdos, ni las salidas intermedias. Los marinos, según el autor, asumen que “o golpean ellos (la derecha y los patrones) o golpeamos nosotros como pueblo”. Por supuesto que el texto toca otros temas no menos relevantes: la critica a la política militar sostenida por la izquierda en la época (entre otras cosas niega la conocida sentencia del PC del “vacio histórico” señalando que si tenían una: la de confiar en militares constitucionalistas como Pinochet y el Coronel Souper que fueron parte de una delegación de las FFAA invitadas nada menos que a Cuba), las contradicciones de la CUT con los órganos de poder popular, el rol del poder judicial y el parlamento, entre otros. Hay aspectos discutibles en el texto, particularmente respecto a una suerte de visión espontaneísta del desarrollo del poder popular y desconocimiento de la discusión (al menos en lo que respecta al MIR) de los temas de la política militar desarrollada en la época y al trabajo concreto de agitación y organización desarrollado hacia los soldados, marinos, aviadores y carabineros en la apoca. De todas maneras, dichas falencias o puntos de vista contradictorios, no cambian en nada el resultado final del texto, que en lo medular compartimos. A nuestro juicio otras debilidades que se pueden señalar es el rol jugado por los gremios, clases medias, por sectores de clase obrera (del cobre principalmente) y estudiantes que fueron ganados y movilizados por el golpismo que manejo la estrategia de amarrar a Allende mediante la presión social, la actuación del parlamento y la justicia, mientras avanzaban en su proyecto golpista de manera central. El reconocer el papel jugado por estos sectores sociales, evidentemente organizados y financiados con recursos imperialistas, no exime de la necesidad de entender en como y porque fueron ganados para dicho proyecto, sobretodo pensando en el futuro. Un lugar muy importante en el texto, es la recuperación del “pueblo con uniforme”, los soldados, marinos, aviadores, carabineros y gendarmes que en medio de la crisis social tomaron abierto partido por la causa del pueblo y pagaron, durante la Unidad Popular y después del Golpe, con sus vidas, la cárcel, el exilio su lealtad. Y no solo los marinos que el texto menciona. Cabe mencionar que algunos de ellos fueron miembros destacados de la Resistencia y cayeron asesinados como el cabo Alberto Salazar (1979) y el marinero Ernesto Zúñiga (1982), el cabo de aviación Enrique Reyes, o el soldado Michael Nash Sáez, de 19 años, recluta fusilado que asumió no disparar contra el pueblo. Finalmente señalar que este texto se inscribe, junto a otros, en el marco de la gran batalla que se teje hoy por la MEMORIA. No se trata de una batalla solo por recordar nombres o de que manera sucedieron los hechos, sino que y principalmente para conocer la actuación de sectores políticos, sociales, asumir las experiencias mirando hacia el futuro. Sabido es que, la amnesia, el olvido, la tergiversación de los hechos expropia también a las futuras generaciones del caudal de ricas experiencias necesarias a tomar en cuenta en cualquier proyecto futuro. Por ello es que este texto es bienvenido a este frente de batalla que en palabras de la historiadora María Angélica Illanes es adentrarse en la memoria de la política, en hacer revivir a nuestros compañeros y compañeras a través de la restitución en nosotros de su habla crítica, de su ideario revolucionario, de su proyecto de sociedad humanista y solidaria y romper el peso inmovilizador de la ideología del determinismo histórico, retomar el ideario del cambio social, asumir la crítica de la estructura de dominación, recuperar el ideario socialista. Sólo en ese sentido la memoria trabaja conjurando la derrota de la muerte sin causa. (Alma Negra, abril 2011, como homenaje en la “previa” del 1º de Mayo a los constructores del poder popular y también al verdadero “pueblo con uniforme”)