(¿Quo Vadis?: Quien es, Donde va. En chileno: pa'onde va la micro)
“El modo de producción de la vida material condiciona los procesos de la vida social, política e intelectual en general. No es la conciencia de los hombres la que determina su ser, sino al contrario: es su ser social el que determina su conciencia.” (Carlos Marx, Contribución a la crítica de la economía política)
En nuestro último artículo, nos preguntábamos sobre el carácter de las movilizaciones que se están desarrollando en nuestro país, al tiempo que posteábamos acerca de la situación internacional, el surgimiento de diferentes movimientos de resistencia y movilización de masas tanto en Europa (Grecia, Islandia, España) como en el norte de África, mostrando la agudización de las contradicciones entre USA- China, el descalabro de la Unión Europea y la estrategia militarista de Estados Unidos pretendiendo mantener a punta de bombas e intervenciones militares la hegemonía que en el ámbito económico está siendo seriamente cuestionada. Intentamos en este articulo, con nuevos antecedentes reflexionar sobre las perspectivas internacionales y nacionales de esta coyuntura, no exclusivamente en el ámbito de conocer las condiciones para el desarrollo de luchas reivindicativas parciales o locales, sino en la perspectiva más amplia de los escenarios políticos nacionales que comienzan a dibujarse como potenciales salidas de más largo plazo.
Leer más[+/-] - En relación a la crisis económica de USA, vale la pena señalar, simplemente como un indicador más de la profundidad que tiene esa crisis, que desde la semana pasada las agencias calificadoras de riesgos vienen amenazando con una mala calificación a USA: La agencia de calificación de riesgo Fitch amenazó hoy con revisar a la baja la calificación que otorga a la deuda soberana de Estados Unidos si el Congreso no alcanza un acuerdo sobre el máximo permitido de endeudamiento público. La advertencia de Fitch se une a la que lanzó la semana pasada Moody's, que dijo que si no hay acuerdo en el Capitolio puede poner en revisión su calificación de la deuda estadounidense para un posible descenso de "estable" a "negativa". Si no se sube el techo en la fecha prevista por el Tesoro y se garantiza el pago de todas sus obligaciones a tiempo, la calificación de la deuda soberana de EEUU se colocará bajo observación negativa (RWN)", alertó hoy Fitch en un informe. El Gobierno de Estados Unidos ha pedido a los congresistas que aprueben una subida del techo del endeudamiento permitido para evitar que el país caiga en mora, lo que, según los analistas, podría generar una nueva crisis financiera internacional. La agencia añadió que en el "improbable caso extremo" de que el Gobierno de Estados Unidos incurra en el impago de bonos del Tesoro se procederá a una rebaja de su calificación del actual "AAA" a "B+". Se suma a lo anterior las noticias de aprobación de una enmienda en la Cámara de Representantes de USA que excluye a todas las compañías que sean propiedad de o estén afiliadas al gobierno chino de participar en licitaciones del Departamento de Defensa de ese país es una violación de las reglas del comercio internacional, lo que viene a indicar el nivel a que están llegando las inversiones de China en USA y al mismo tiempo las barreras defensiva que USA debe levantar, acudiendo al proteccionismo como medida económica violando las reglas por ellos mismos impuestas en el comercio internacional. Pero, mas allá de ambas noticias coyunturales, la reflexión mayor es sobre las perspectivas a mediano y largo plazo que tiene el escenario internacional, escenario que define el comportamiento de las clases dominantes y grupos de poder en las economías y países que participan subordinadamente en el sistema económico mundial. A nuestro juicio, la crisis se seguirá desdoblando en diferentes episodios coyunturales que tienen una dirección meridianamente clara: la perdida de hegemonía económica de USA y un periodo agudo de replanteo de una nueva hegemonía a escala planetaria, que necesariamente será resuelta mediante luchas económicas, políticas y militares por el control de zonas geopolíticas regionales y locales, por realineamiento en los bloques USA, China, Rusia, Europa (principalmente Alemania) y el rol de las llamadas “economías emergentes” en que destaca Brasil y el creciente rol político en la región, como lo fue en las elecciones peruanas. En este cuadro, estamos ingresando en un periodo de mayor inestabilidad y en la que no existirán certezas, un periodo después del cual surgirá un bloque triunfante y uno derrotado, con las consecuentes perdidas de poder en los escenarios internacionales, regionales y locales. Es en ese marco en los que se están moviendo los escenarios políticos locales (nacionales) y regionales, entre la incertidumbre de sus clases dominantes y el riesgo de asumir posiciones que afecten en el futuro. Lo que no quiere decir que los poderosos de cada región y localidad no tengan claro que es un conflicto al interior del mismo sistema económico por cuanto una alternativa diferente (revolución proletaria, socialismo) a escala mundial o regional no tiene por ahora la fuerza como para convertirse en factor determinante de la coyuntura. Quizás, a modo de hipótesis, esto explica los giros que viene asumiendo Chavez, que ha privilegiado una política de acercamiento e influencia en Centroamérica (Honduras y la restitución de derechos del ex presidente) en desmedro de la solidaridad que venía demostrando con fuerzas beligerantes como ELN y las FARC colombianas. Dicho de otro modo, agrupar fuerzas regionales en torno al eje Venezuela-Brasil para resistir, defender y mantener autonomía frente a los nuevos escenarios que se aproximan, sacrificando las perspectivas de apoyar las fuerzas revolucionarias locales y regionales por la estabilidad y defensa de lo ya alcanzado. Problema que no es nuevo y que ya los revolucionarios de anteaños debatieron en torno a la guerra, contradicciones imperialistas y el papel de las organizaciones revolucionarias (Véase los debates de Lenin, Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht) y la vieja polémica entre Reforma o Revolución). Aterrizando a escala nacional esta perspectiva mundial, nos entrega señales, entre otras que intentaremos ver mas adelante, del porque las clases dominantes chilenas han entrado en una suerte de status quo, de atenuar sus contradicciones y los llamados urgentes a la unidad nacional que se verifican desde La Moneda en un contexto local de una aguda caída de confianza del gobierno, de los partidos políticos del poder, de creciente desconfianza de las masas respecto al Estado, de las instituciones y del marco político y constitucional que se nos ha impuesto. Más allá de las luchas reivindicativas que se vienen desarrollando y que analizábamos en posteo anterior (medioambiente, agua, salud, educación, vivienda) significativas por la cantidad y simultaneidad en que se están desarrollando, que potencialmente pueden significar la apertura de un proceso ascendente de la lucha de masas y que entre en la escena política con fuerzas el actor sometido y dominado que los bloques políticos dominantes quisieran mantener fuera del escenario, nos interesa observar un solo hecho que nos permite desnudar todo el andamiaje político y económico existente: el destape de la crisis de La Polar. La Polar era “el” ejemplo que se estudiaba y mostraba de una empresa pequeña, emprendedora, que crecía a gran velocidad insertándose incluso en países limítrofes con el negocio del retail. Como su slogan lo dice (Llegar y llevar) sin consultar a los clientes de sus créditos, subía y manejaba a su antojo los intereses, con re-pactaciones de deudas ficticias, cometiendo dos graves delitos: robar directamente a las personas que habían pactado créditos, mentir al mercado financiero ocultando el nivel de deudores crónicos existentes convirtiendo, según el mismo modelo que generó la crisis subprime en USA, los números rojos de deuda impaga en números azules de sujetos de crédito confiables. Por un lado está el delito directo contra las personas (renegociación impuesta sin acuerdo con los clientes) pero al menos dos fenómenos interesa observar: ¿Quién en definitiva terminará pagando? Es posible que el lector no sepa que son las AFP, entre otras, las que invierten el dinero de los trabajadores en La Polar y que serán justamente las AFP (o sea los usuarios del sistema, los trabajadores) que verán sus ahorros afectados. Por otro lado, la pregunta del millón y que nos permite develar un poco más como funciona el sistema: ¿Quién controla esto? ¿Donde estaba la superintendencia? Donde están los sistemas de control del Estado? Al igual que en el caso de la “colusión” de las farmacias o en los miles de negociados destapados durante estos años, existen solo para pagar el sueldo a funcionarios pitutos de los partidos políticos del sistema, pero no para defender los intereses de las mayorías. Porque en verdad el sistema esta fabricado precisamente por ellos: por los poderosos que no les importa pagar una miserable multa irrisoria cuando se descubren los negociados. Como LAN que está pagando multas irrisorias al ser sorprendida junto a otras líneas áreas internacionales manipulando los precios, como los sujetos de Chile Deportes y tantos otros que asumen las ridículas condenas muertos de la risa, como los empresarios de la construcción responsables del desplome de tantos edificios durante el terremoto que, care’palo ellos, asumen puestos vitales en los procesos de la pseudo reconstrucción. ¿Y los diputados y senadores? Por supuesto que harán una comisión y se mataran trabajando para elaborar un informe final que no tiene ninguna fuerza frente a los poderosos porque los resultados de las comisiones de investigación de las cámaras no son vinculantes, no tienen poder ninguno, son como SERNAC, un simple saludo a la bandera, sin capacidad ninguna. Interesa develar esto, sobretodo por las perspectivas de la coyuntura política nacional. Más Estado, gritan algunos. Educación, Salud, Vivienda en manos del Estado pontifican otros. ¿En manos de éste Estado? ¿De este Estado de los patrones que viene a ser más de lo mismo? Interesa saber porque ahora, justamente ahora, se plantean movilizaciones desde el reformismo y parte de la Concertación respecto a demandas que son irresolubles dentro del actual Estado, demandas que siendo justas y necesarias solo se resuelven con una transformación radical y revolucionaria de la sociedad. Precisando: no se trata de negar que las luchas reivindicativas permiten el desarrollo del movimiento de masas, de las organizaciones, de la acumulación de fuerzas, pero esto se cumple siempre y cuando en el proceso de lucha se devele claramente los limites que tiene el modelo y por tanto se gana en conciencia cuando las masas aprenden que dentro del marco del capitalismo los triunfos y demandas conquistadas son transitorias, que el reajuste conquistado hoy se diluirá en cuanto suba el IPC, que tras la vivienda conquistada vendrá la lucha por el crédito, la educación, la salud, el transporte, las horas de trabajo, en definitiva, por mejorar la precaria calidad de vida que el actual sistema nos impone. Observemos un poco el panorama: Un gobierno que tiene un 36% de adhesión y que va cayendo en picada. Un bloque de partidos de derecha que lo sostiene que ha entrado en una crisis profunda al punto que Longueira de la UDI señala ante sus militantes que es un gobierno personalista, que tiene mucha “letra chica” (lo que para los chilenos significa trampas, condiciones no explicitadas), un gobierno que tiene a RN y la propia UDI en un tarro de la basura en La Moneda (imagen cierta que uso en un encuentro). Una Concertación que no ha sido oposición, ambigua y trastabillando como Lagos que aparece un día apoyando el proyecto Hidroaysen y al siguiente condenándolo, que ha perdido significativamente apoyo en las bases sociales, responsable absolutamente las políticas publicas que hoy las masas cuestionan en educación, salud, medioambiente, pueblos originarios, vivienda, derechos humanos. En el actual sistema político ambos bloques se necesitan para mantener sus cuotas de poder, necesitan demostrar que fuera de ellos, fuera del actual sistema político y económico (que también favorece a los interese económicos de los concertacionistas) no hay alternativa. Necesitan urgentemente relegitimar el sistema político, necesitan urgentemente recuperar apoyo de base social y esto con plazo fijo: las próximas elecciones municipales. Estas son las exigencias del poder político: relegitimar un sistema que poco a poco esta cayendo en el descredito de las masas, relegitimar la credibilidad en los partidos del poder, y por ello la UDI mueve a sus bases sociales y lanza una manifestación de los patrones del agro. ¿Y el reformismo? En lo que ellos denominan política “realista” de luchar dentro de la institucionalidad y dentro del “sistema político” se plantean necesariamente aumentar su presencia en el parlamento, obtener cupos que “alguien” de la Concertación deberá ceder, incrementar su presencia política en el escenario y tinglado en que se mueven los poderosos. De allí su interés en participar activamente de las movilizaciones para constituirse en interlocutor y representante de esa fuerza social y política que hoy no se expresa en el sistema político. Proyectemos un poco los escenarios posibles para los próximos años con al menos en tres alternativas posibles, todo ello en el marco regional e internacional de mantención y desdoblamiento de la crisis global: Alternativa uno: No hay cambios políticos significativos. Se mantiene el desgaste del Gobierno actual, con los bloques políticos actuales sin grandes modificaciones. Lo que significará un aumento progresivo y constante de las luchas del movimiento de masas lo que tenderá a una crisis política y social donde el sistema como totalidad sea puesto en cuestión. Alternativa dos: Se constituye un polo RN-DC-y segmentos del PR, PPD y PS con lo que volvería a constituirse la llamada política de los tercios (UDI/ Centro derecha hegemonizado por RN y la DC/ Izquierda socialdemócrata y reformista con PPD/sectores PS y PC arrastrando localmente a todos los que intentan ingresar al sistema político. Alternativa tres: Se mantienen las actuales alineaciones pero con hegemonía en la Concertación de un eje PPD/ PS/ PC., alternativa que necesariamente pasa por un cambio importante en la conducción y línea del PS (Para Camilo Escalona la prioridad ha sido siempre la alianza con la DC) y que implica un mayor respaldo y control a nivel de masas para darle seguridad a las clases dominantes que sus intereses profundos no serán afectados. En estos escenarios señalados, es el proletariado (quienes venden su fuerza de trabajo para subsistir) y todos los sectores sociales y excluidos, factor determinante. Su capacidad de organización y lucha, su capacidad de mantener la lucha por sus intereses de manera independiente de los poderosos, los grados de unidad o coordinación que alcance. Y por supuesto, la capacidad de los sectores revolucionarios de constituirse en un aporte concreto a las luchas, de estar en las luchas reivindicativas y develar los limites de esta para hace avanzar la conciencia de que solo la lucha por el poder y la trasformación revolucionaria del Estado permitirá en definitiva conquistar y construir una sociedad mas justa, donde efectivamente se asegure la educación, la salud, la vivienda, el poder para las grandes mayorías. De ello trataremos en un próximo articulo. (Articulo en homenaje a los 12 miembros del FPMR asesinados el 15 y 16 de junio en la Operación Albania o Masacre de Corpus Cristi y en homenaje Charles Ramírez “Beño” miliciano y militante del MIR que cayó protegiendo nuestra retirada en la expropiación del Banco El Faro de Apoquindo el 22 de junio de 1981)
Combatientes del FPMR asesinados en Corpus Cristi.