viernes, 13 de julio de 2012

TRES RASSSS POR RICARDO FAUNES (Martín Faunes Amigo)


ESCRIBO ESTAS LÍNEAS sobre hojas amarillentas sin saber si alguien alguna vez se interesará por leerlas. Ya sé que no al menos mi madre. Para qué si hoy divaga entre un presente ambiguo y La Serena de épocas confusas y, en su mundo de destellos, te imagina debajo de la higuera o a punto de volver de la Escuela de Derecho, aunque ésta no esté siquiera en La Serena, sino lejos, al otro lado del Mapocho. No dejaste tampoco descendencia, muchachos que habrían tenido como tú: el cabello rizado y los ojos sonrientes. Nadie quedó para que yo les pudiera pedir que recorrieran estos renglones, o que hicieran un amago por entender todo lo que siento e intento plasmar en ellos. Pese a eso insisto en escribir esta carta sin dirección y lo hago en estas hojas que ya parecen envejecidas, quizá como un adelanto de lo que inevitablemente les espera: cubrirse de polvo y amarillarse aún más por ahí en un cajón como esos papeles que a nadie le preocupan y a nadie le importan. Quién las leería si incluso esas familias adoptivas que eran nuestros amigos y los amigos de nuestros amigos, eran personas que no tenían posibilidades de encontrarse. Mundos separados.

Ricardo, hablo de convicciones. Hoy me pesa decir cuán distintas parecían las de ustedes con las nuestras. Y por causa de esas diferencias nuestros amigos y nuestros compañeros se habían alejado también entre ellos, tal como yo y como tú nos alejamos, a pesar de haber sido los que fuimos: hermanos amigos, hermanos corsarios, no piratas, un escalafón más arriba y más noble en la hermandad de los océanos.

Hablo de juegos a los que ningún niño de hoy jugaría. Juegos amarillentos por los años como estas hojas que he elegido para escribirte quizá para que parezca que ha pasado tiempo desde que las escribí ahorrándome la vergüenza por no haberlo hecho antes. Pese a eso persisto, aunque reconozco que si algo hoy me impulsa es la suerte de haber encontrado por ahí a una muchachita de padres perdidos -como te perdiste tú-, cuyo padre adoptado, o cuyo padre verdadero, pudiste ser tú también o pude ser yo mismo.

Nada es sencillo, como ves, y me voy dando vueltas mientras digo en mi favor que hacía mucho que deseaba escribir todo esto que quería que supieras, y si bien es cierto que esa huérfana maravillosa es la que me impulsa, reconozco que mis motivos son confusos, siendo mi única certeza el que escribo como una vieja deuda que hoy por fin tengo claridad para saldar.

Tal vez sea por eso Ricardo, que lo primero que digo es que la vida es un puñado de mentiras, de errores garrafales, Es necesario que lo reconozca antes de que continúe diciendo tonterías, aunque ya no importe quién tenía la razón, si tú, con tu postura de la sensatez, del análisis de las condiciones objetivas, si yo con mi voluntarismo, con mi rebeldía, ésa que tú condenaste tantas veces. Es que tú aprendiste a amar los cambios a la manera ordenada de como sugerían tus patriarcas, y yo pasé por Marx y me fui directo al Che y a su diario libertario.

Desde aquí, esto ya no es cierto, Ricardo, piénsalo bien: es mentira que el señor Délano con su famoso libro "La base", y lo del Diario de Guevara no es verdad tampoco. El padre de nuestra madre fue quien nos contagió su solidaridad, y lo hizo con los cuentos maravillosos que hincados a la orilla de su cama solía relatarnos, ¿te acuerdas?: la zorra pícara y la historia del buey "tengo", Pedro Urdemales. Espero que todavía los puedas recordar y que te acuerdes también de cómo nos maravillaban y de cómo nos maravillaban también aquellos rebeldes, héroes y antihéroes, que entre las historias de navegantes vengadores que él mismo inventaba, nos iba contagiando espíritu de bien, espíritu solidario.

"El tonto de la puerta, no era nada de leso, chiquillos. Fíjense que hubo un terremoto tremendo. ¿Irá haber otros terremotos como ése, tatita?
Chiito... ya no hay terremotos como ésos. Pero entonces sí los había, y éste tocó justo donde vivía el tonto de la puerta. Pucha, tatita. 
Sí, pucha. No quedó nada en pie en el pueblo, y la gente tuvo que irse buscando lugares como éste donde ya no terremotea. Ah... ¿y el tonto, tatita?
Bueno, el tonto se tenía que ir también, no había remedio, pero como les dije, no era nada de leso, así que dijo, "bueno, me voy, pero me llevo la puerta de mi casa que quedó sola ahí paradita". Y partió, fíjense, por los caminos, con la mole de roble al hombro junto con todos los otros. 
¿Y para qué quería la puerta el tonto, tatita, si ya no tenía casa que cerrar?
Chiito, ¿no les dije que el tonto no era nada de leso? Es que esa puerta era maravillosa con ensambles cola de milano y si venía un forajido a molestarlos, ¡zape! que el tonto le atracaba un portonazo. Y si se mandaba a llover, ponía la puerta en las ramas de algún árbol bajo, y se cubría con ella y cubría también a sus amigos que iban con él.
Pero eso no es nada, si venía el rico del pueblo a echarlos, él los defendía con su puerta como escudo de madera, porque los ricos son abusadores por naturaleza y no reconocen justicia ni reglamentos, por eso, ¡zape!, hay que darles con todo, con piedras y con palos.

Los cuentos del tata fueron nuestra base, Ricardo, ni Luis Enrique Délano ni Ernesto Che Guevara, eso no es algo que pueda negarse, aunque ya no importe, aunque a nadie le importe. Para mí, tu libro "La base", no era más que basura, un folletín amanerado, y así mismo, tu planteamiento del ejército respetuoso de las leyes, una patraña imposible de creer. Ése era yo, y no estaba dispuesto a perder las discusiones. Pero para ti tu visión de mis asuntos no era mejor tampoco: "intelectuales de salón, puñado de aventureros". Puntos de vista diferentes, hermano. Y en todo: para mí la mujer era un animal bello de piernas hermosas, para ti, no sé qué era, pero era más, mucho más. Para ti el amor tenía que ser completo, único, indivisible. La mujer se acercaba al concepto de diosa.

Yo te admiraba por eso y hoy reconozco que me habría gustado haber sido como tú, sólo que para mí habían demasiadas diosas, diosas mundanas, y a todas las amaba, cómo las amaba. La admiración que sentía por ti era porque tú sólo amabas a la tuya, aunque no fuera más que un anhelo o un propósito que difícilmente cumplirías. Aún así, tu propósito era admirable, quién no dice por lo demás que quizá eso sea lo que verdaderamente cuente: las buenas intenciones.

Distintos, bastante distintos. Tú tras una diosa, yo tras varias, aunque eso quizá fuera porque yo no había encontrado a mi diosa verdadera. Pero tú tampoco. Tú, cada vez que creías haberla encontrado, acababas dándote cuenta de que ésa al menos no era. Pero no te importaba, y en tu obstinación empezabas de nuevo. Amores y desamores, amores perfectos, también leyes y reglamentos perfectos. El amor perfecto no sé si lo encontraste, pero gracias a esa segunda convicción tuya te convertiste en abogado, "licenciado en derecho", y como tal, empezaste a repetir que el ejército era respetuoso de las leyes y de la constitución. Yo te golpeaba la mesa insistiendo en que no, pero tú contra atacabas y yo insistía diciendo que el ejército era el brazo armado de la burguesía, pero entonces tú insistías otra vez, y eso terminó por alejarnos.

"La gente como tú nos perjudica, no podremos defendernos con banderas ni pancartas", eso argumentabas, y yo: "por eso se necesitan fierros, posiciones como las de ustedes sólo nos llevanrán al fracaso". Qué importa ahora quién estaba equivocado, a quién puede importarle. Pero entonces sí era importante, y para mí que ante la certeza de que ese tiempo de la Unidad Popular no era sino un paraíso transitorio que se derrumbaría, encontré entre los que se preparaban para esa contingencia a la verdadera diosa, y era quizá la que tú soñabas y no alcanzaste a encontrar. Cómo lo lamento por ti querido hermano.

Ha pasado tanto tiempo, Ricardo, y la hecatombe en que no creías fue incluso más grande de lo que nosotros que sí la esperábamos la pudimos imaginar: una ola de fuego que nos pasó por encima y ya nada volvió a ser como antes. Para entonces ya no pudo importar menos quién tuviera la razón. La ola de fuego nos cogió a todos y produjo dramas como el de la muchachita de quien te hablo, cuyo padre adoptivo, ése que tuvo la suerte de casarse con su madre, fue un antiguo amigo tuyo, abogado también, gente de tu familia partidaria. Familia alejada de la mía Ricardo, porque para entonces nosotros ya nos habíamos alejado.

Místicas diferentes, convicciones diferentes. Son los errores a los que intento referirme. Si es para no creerlo: nos habíamos alejado nosotros que nos fuimos a La Serena con nuestra madre hermosa para transformarnos en corsarios, y allá llevamos a echar nuestras embarcaciones por ese torrente que era el Canal de La Pampa, nuestro riachuelo, ¿te acuerdas? Alejados nosotros, Ricardo, que fuimos testigos de cómo nuestra madre se ganaba el amor del cantante principal en el carnaval de Rivadavia, Valle del Elqui. Maravillosa nuestra madre, para eso le bastaba una sonrisa. No puede creerse Ricardo: alejados nosotros que en una tarde de acierto, pudimos ver desde arriba de un palto, cómo la muchacha del lado, cuatro años mayor que nosotros, mocosos de once o doce, desnuda ante un espejo sufría y se contemplaba con la mano entre las piernas.

Esos éramos nosotros que nos habíamos distanciado por cuestiones que ahora a nadie le importan. Yo seguí en lo mío junto a mi diosa y junto a mi dios pequeño nacido un poco antes de las llamaradas. Tú partiste a defender a tus camaradas en desgracia para quienes los dictadores levantaban juicios que no tenías cómo defender. En esa tarea te ayudaban otros abogados de tu partido, entre ellos el padre adoptivo de la muchacha que de alguna manera me motiva a escribirte. Te voy a contar que ella conoció no hace mucho la voz de su padre verdadero por una cinta vieja grabada por amigos suyos y olvidada por años en un cajón de su abuela paterna. Buena cosa para ella y también para mí, pues su experiencia me anima a continuar en esta carta, ya que si el destino de esa cinta olvidada fuera el que le pudiera esperar a estas hojas, qué aliciente el pensar que tal vez años más tarde a alguien le sirvieran.

Abogados defensores de causas perdidas. Pero cómo pensaban ustedes que iban a defender a sus camaradas con sus leyes, si los propios militares eran los jueces. Tú mismo, en alguna de las pocas oportunidades que se dieron, me contaste desesperado que te atacaban siempre con nuevos reglamentos y decretos que ellos mismos se sacaban de las mangas.

Vino entonces la segunda ola de sangre, y la tercera y la cuarta, y después muchas otras que, a diferencia de la primera, eran ahora selectivas. Esas terribles olas selectivas empezaron a alcanzar a mis compañeros de familia. "Compadres" nos llamábamos, algunos habían sido amigos tuyos antes de que nos alejáramos. Hablo de Federico Álvarez Santibáñez, de Claudio Contreras, del propio Horacio Carabantes. ¿Te acuerdas de él?, ¿de las canciones que inventaba? ¿Y de Federico, el que amaba muchachas en el tren a Rivadavia? Esos, mis amigos, que podrían haber seguido siendo amigos tuyos, fueron cayendo en diversas casas de tortura desde donde los convertían en desaparecidos.

Triste Ricardo, yo en mis cosas, tú en las tuyas. Yo en las mías escapando con mi diosa y mi dios pequeño que se portaba como un valiente, tú en cambio en esos juicios sin destino que te agujereaban el espíritu y no te dejaban encontrar a la diosa que buscabas. Pese a eso, viniste a ayudarnos, será algo que jamás te agradeceré lo suficiente. La ola de llamaradas se acercaba a nosotros, ya habían caído Bauchi y Miguel y a María Cristina López, jefa de mi unidad, la habían atrapado, así es que con mi diosa-compañera tuvimos que pasar a la clandestinidad, ya no podíamos ir por ahí juntos. "Asílense", nos rogabas, y nosotros, que no, que la lucha a toda costa había que continuarla. "De qué lucha me hablas si los están destrozando, de ustedes van a quedar apenas rastros". Pero nosotros, que no, cegados por el voluntarismo.

Siempre he dicho que por esos días me escondía en un altillo de pintores. Y decía eso, porque como tú bien sabes, yo también soy un romántico. Pero no es cierto, nada de eso es cierto. Hoy, aunque ya no importe, cuento que de verdad no había tales pintores, ni talleres de tales. Era en tu humilde oficina de abogado defensor de causas perdidas donde en realidad acudía a esconderme. Todo el día en las tareas del partido y por las noches llegaba a tu oficina antes de que te fueras, fingía para eso ser tu cliente. Tú te ibas entonces y yo me quedaba a dormir en tu sillón. Así había que hacerlo porque en realidad tu oficina no era más que un cuarto en una casona donde la dueña no permitía que sus inquilinos alojaran, por eso no debía entonces darse cuenta de mi presencia. Al día siguiente llegabas con comida para mí, el que había aborrecido tu libro "La base", y al que sólo le interesaba el de Lenin "Qué hacer".

Qué hacer... así la pasaba por mi lado, lejos de mi diosa y de mi dios pequeño, el que tú soñaste que nacía aún antes de que fuera realidad, ése que en tu sueño lo adivinaste hombrecito y que lo bautizábamos como el guerrillero-redentor anti yanki, el gran Ho-Chi-Min. Ellos vivían en casas de seguridad que yo les conseguía o me conseguían mis queridos compañeros, pero ya casi nadie se arriesgaba a ayudarnos, el cerco se estrechaba y la solidaridad se convierte en estos casos en telas de cebolla, sobre todo después de la caída del Nano De La Barra que nos traía la remesa: unos pocos billetes para sobrevivir y las notas con el qué hacer revolucionario. Lo asesinaron a cinco cuadras antes de encontrarse con mi diosa que hacía de mi enlace. Pasó con su compañera a buscar a su hijo al jardín, pero los sicarios los estaban esperando. Sus fragmentos quedaron esparcidos por ahí, muy cerca de Bilbao.

Descolgados de las estructuras partidarias entonces, mi diosa con mi dios serían presa fácil, y, sin nadie a quien recurrir, una pariente suya que decía que más que quererla la amaba, muerta de miedo porque la pudieran acusar de colaboradora, le dio asilo pero a los tres días la arrojó después a la calle con nuestro Ho-Chi-Min, chiquito, que tú adorabas. Y si algún Dios verdadero existe, esa noche, unas pocas horas antes de que el toque de queda comenzara, a pesar de que estaba prohibido por la seguridad, ese Dios que nunca creí que existiera, me empujó a telefonearle y a enterarme así de lo que en ese mismo momento ocurría, y la pude entonces rescatar. La encontré con mi dios chiquito para llevarla a tu oficina-covacha. Nos quedamos agazapados esa noche con ella y cuando el chiquillo se durmió, hicimos el amor calladamente para no despertarlo y para que no nos descubrieran.

Es que sólo así podríamos continuar escondiéndonos y amándonos ahí en tu oficina, en un amor que hacíamos con la absoluta conciencia de que eran minutos precarios, amor que robábamos a los perros, pero que de igual manera disfrutábamos aunque no nos pudiéramos abstraer de pensar en si no sería acaso ésa la última vez que pudiéramos.

Sin embargo la ola de crueldad no pudo alcanzarnos. Yo me cuidaba muy bien. Me ayudó el haber caído por unos pocos días al comienzo, cuando la represión no era selectiva, y no tenían oficio ni buenos registros. Sabía entonces a qué atenerme, tú no, quizá por eso podías ser presa más fácil, paradoja de nuestras controversias: yo que parecía condenado a que me asesinaran me salvaba y tú con tu escuela de la constitucionalidad y del derecho, aparecías muerto allá en el norte. Injusto Ricardo, terriblemente injusto. Tú no tenías por qué morir, eso a mí me correspondía, y si pasó como pasó es una prueba más de que ninguna ley es valedera, ningún reglamento. Un injusticia como ésta sólo prueba que Dios no existe.

Se ahorcó le dijeron a nuestro padre cuando te fue a buscar. Yo no pude acompañarlo porque los perros andaban tras mi caza. Mi padre volvió contigo en urna sellada contando una historia oficial cuyo consuelo era que al menos teníamos tu cuerpo para enterrarlo y hacer nuestro duelo, un consuelo estúpido que muchos no tenían: tenía razón en eso. Consuelo estúpido y estúpida situación que no se puede creer ni creeré. Digo en su favor que su actitud fue pragmática, ésa quizá sea la palabra: pragmática. Para él tú ya estabas muerto y nada se podía hacer que te recuperara, para la muerte no hay remedio. Aunque no niego que debió sentir también un miedo tremendo. ¿Te has preguntado alguna vez a qué martirios lo habrán sometido cuando se lo llevaron de la universidad a ese estadio que hoy llaman Víctor Jara?

De cualquier manera mi madre no lo creyó, no creyó ni una palabra, yo mucho menos. Por qué ibas a ahorcarte tú, presidente de centros de alumnos, dirijente político importante, joven abogado triunfador. Es que no son cosas que puedan entenderse. Me doy por eso vueltas y más vueltas y me digo que si así ocurrió, pudo ser, tal vez, porque no encontrabas a la diosa que anhelabas, o porque asesinaban a la gente que defendías, o qué sé yo. Igual no lo creo, pero indago atrás en el tiempo pensando en que si pudo ocurrir un disparate como ése, debió haber sido por un conjunto de razones mezcladas con la decepción de darte cuenta de que la gente rica y sus servidores militares jamás entregarían sus riquezas sólo porque los miserables les ganaran en unas porquerías de elecciones. Qué es una elección para la gente poderosa, Ricardo, qué puede importarles a ellos una elección, qué les puede, de verdad, importar la opinión que tengan los humildes, qué les puede importar que tengan o no tengan razón. El tata era tremendamente visionario después de todo. Me pregunto si no tenía toda la razón: había que darles de a portonazos, con piedras y con palos; aunque quizá él quizá también se equivocaba y de nada hubiera servido una puerta por muy de roble que hubiera sido. Qué puede un portón así trancado contra balas de cañones.

Te comparo tanto con el tata, Ricardo. A veces me pregunto si te acuerdas de él, de su jaula para hacer charqui, de su lija y sus formones, de su cola carpintera calentada al baño maría, de la uva que nos ponía en la boca, de los gajos de naranja, de sus treinta mil historias. El tata murió maravillado, Ricardo, ¿te acuerdas? Ya venía enfermo el pobre viejo y Salvador Allende se venía fuerte, tremendamente fuerte. El tata nos dijo que por fin surgían posibilidades para que el pueblo llegara al gobierno y, como prueba de ello Naranjo ganó unas elecciones complementarias en Curicó. "Hoy Naranjo, mañana Allende", gritaba la muchedumbre al compás de un bombo. Sin embargo faltaba un año todavía para el triunfo de Allende. Durante ese año se unió la derecha e hizo retirar su candidatura a Julio Durán para asegurar el triunfo de Eduardo Frei, "el mal menor". Pero de eso el tata nada supo, se murió un par de días después del triunfo de Naranjo, murió por eso maravillado. De muerte y maravillas, cómo le habría gustado al tata la poesía de Teillier,

Ricardo: "morir maravillado", qué diferencia de tus circunstancias, cuánto lo lamento hermano. Por suerte el tata no pudo ver lo que pasó después cuando la derecha no pudo unirse, y para aniquilar a Allende debió recurrir al holocausto.

Si fue por una mujer, Ricardo, me parece imposible, insisto. Imagínense, por una mujer matarte tú que tuviste a Lina, la reina de la FESES. Tú que en la playa de Peñuelas apoyaste la cabeza sobre la cintura de la hermana de Sixto de bikini como si fuera una almohada, tú de catorce, ella de diecisiete. Por una mujer tú, pero si hace muy poco me encontré con una muchacha que supo que éramos hermanos y me preguntó por ti, no sabía de tu muerte. No sé si ella te amaba, pero claramente percibí el deseo en el verdor de sus ojos cuando te nombró. Así también percibí la tremenda pena que tuvo cuando le conté de tu naufragio: "mi hermano corsario navega por mares oscuros que nadie conoce y su muerte nada tuvo que ver con maravillas". Pero ella era una mujer de verdad maravillosa que te amaba o deseaba, Ricardo. Muchas mujeres te deseaban, hermano. Es probable que no te amaran como tú esperabas que te amaran, o no sé, o sí sé: ¿si te amaban o te deseaban esas muchachas que eran tus alumnas del colegio donde hacías clases, para qué ibas a matarte por una apenas?, ¿por lo del amor?, ¿por el deseo?, ¿qué diferencia al amor con el deseo?, ¿acaso el deseo no se puede separar del amor?, ¿eso es lo que crees todavía? Capaz tengas razón y yo esté aquí hablando tonterías. Pero no, no tienes razón. O sí, ¿qué habrá mejor que acostarse con una mujer que desee realmente acostarse con uno?, ¿qué importa si no te ama o tú no la amas? Siempre que se hace el amor surge cariño y ternura, y aparece además una complicidad que de otro modo no se daría. Es distinto decir "amigo" que "amiga", de un amigo se espera un apretón de manos, un abrazo cariñoso, bromas simpáticas. De una amiga se espera lo mismo, pero a veces también un momento grato que esa amiga te puede brindar pero no un amigo. Es probable que esa complicidad y esos momentos gratos linden en el amor. O tal vez no, quién se atrevería a adelantar una palabra.

Carisma Ricardo. Las amigas se enamoran del carisma, o eso me parece. Uno se enamora de ellas por su sonrisa, por sus movimientos, por su forma de mostrar los ojos, por lo que se insinúa mientras van de allá para acá. Somos más salvajes los hombres, Ricardo, más corporales: animales casi elementales. Ellas sin embargo se enamoran de nuestro carisma. Y tú lo tenías hermano, la mujer que te recuerda, de quien tengo la impresión de que pertenecía a tu familia partidaria, me lo trae a la memoria con sus ojos brillando y por la amargura que percibo en ellos cuando le digo que estás muerto. Tenías carisma Ricardo, no me olvido y hoy te lo confieso: cuando volviste de Rusia y de Cuba y todas nuestras primas se sentaban en tus rodillas para que les contaras de esto y de lo otro y tú empezabas con aquello de Camagüey y la Isla de la juventud, y con lo de la zafra y los pioneros, créeme que a pesar de yo ya estaba con mi diosa, por los celos que sentía, tenía que contenerme para no pescarte a garrotazos. Así somos los hombres de salvajes, Ricardo. Lo que no daría por verte con ellas de nuevo: joven abogado con primas y amigas de las primas en las rodillas, y yo por ahí en algún rincón ignorado.

Si fue por tus convicciones rotas Ricardo, si fue por eso que te ahorcaste, sería algo que tampoco aceptaría. Para qué ibas a hacer algo como eso, o por qué tú, si mis convicciones también estaban por el suelo. Es más, los sueños de nuestra generación entera se habían ido por desagües y parecían condenados a perderse. Entonces por qué tú, por qué no me cuentas la verdad porque esta basura no me la creo. Además qué hacías allá por el norte, el único norte nuestro era La Serena, Antofagasta es demasiado lejos. Te asesinaron, ¿no es así? Te fuiste al norte a buscar antecedentes para tus defensas, a Cerro Moreno, quizás. A eso fuiste a Antofagasta, hermano, ¿o los malditos te llevaron?. ¿Te confundieron conmigo? Esa es otra posibilidad que ni pienses que no me ha estado atormentando. Sin embargo, aunque parezca que la descarto de manera mañosa, afirmo que me parece poco probable. Nosotros usábamos "nombres supuestos" y a mí me buscaban por ese nombre supuesto que parecía real. Fíjate que ni siquiera mi jefa conocía el verdadero. En su homenaje te cuento que en todo caso ella no reveló ni el uno ni el otro, y eso quizá le costó la vida, mujer valiente. Es por eso que te digo que la posibilidad de un alcance de nombre es muy poco probable, nula diría, la descarto.

Me devano los sesos y me resisto a aceptar que lo que de verdad pasó contigo jamás podremos saberlo. Por eso cuando vuelvo por las noches, a veces me tiendo junto a nuestra madre, y después de besarla intento buscar al fondo de sus ojos, entre sus restos de recuerdos, quisiera encontrar ahí tal vez indicios, un rastro. Capaz el papá le haya contado algo más después de todo. Pero nada me dice, no podría decirme, y descubro ahí apenas sus maravillas de hermosa, de buena maestra. Detrás de sus ojos claros aparece sólo la casa de Anima de Diego de La Serena y el cantante del conjunto "Los Mayares". Nada más, aunque miento: a veces la encuentro en esas rondas de delantales flameantes que hacía con sus alumnas, esos puñados de niñas locas que terminaban inevitablemente enamoradas de nosotros, Ricardo, cuestiones que se daban sin que nadie supiera por qué. Surge también a veces en sus ojos el silabario "Lea" y sus pinturas de caballos errantes. Errantes como tú y como yo por esos años. Errante como nuestro padre a quien jamás pudo anclar. La he visto también en sus ojos a ella misma, en esa vez cuando iban a nombrarla reina de la primavera de La Serena y se negó porque ser casada, ¿te acuerdas?, ¿te acuerdas de que nos llevaba de la mano a cada uno disfrazados de conejos? La gente que vive de destellos, solo recuerda los destellos deslumbrantes hermano, no los que les trajeron angustia. Será por eso que veo también al fondo en sus pupilas, algunas de esas noches de cuando veraneamos en Rivadavia, ¿te acuerdas? Nos alojamos en un carro-dormitorio que le prestaron estacionado en uno de los desvíos que ya no ocupaban del mítico Tren Elquino, última estación de ese valle generoso. Fue esa noche al final del carnaval cuando los dos nos enamoramos de la hija del jefe de estación, y a la mamá le cantó públicamente ése del conjunto Los Mayares. Una buena noche Ricardo, aún tengo en la garganta la fiebre y el nudo del primer amor, el mismo que tú sentías. Aún tengo también en mis ojos el brillo de los ojos de nuestra madre. Todo el amor y el claro de la luna elquina en sus pupilas, así fue esa noche. Destellos demasiado brillantes, hermano, y ésos opacan sus amarguras, todas sus tristezas. Opacan todo lo tuyo, lo que pasó contigo. Sólo quedan en sus ojos sus noches maravillosas, esa noche maravillosa, pero nada de lo tuyo. A mí en cambio me quedó tanto de lo que tú diste como ya puedes ver.

Te cuento que una de esas noches en que nos amamos con mi diosa sin hacer ruido en tu oficinilla de la casona de la calle Catedral, ella me dio su segundo milagro: un muchacho que ahora es músico, catedrático de su universidad. Tiene el cabello crespo como tú y una sonrisa como la tuya. Se diferencia contigo en que es de pocas palabras y se expresa principalmente con música. A veces fantaseo pensando que es así tan silencioso porque lo creamos en tu oficinilla, ya te dije, muy en silencio. Te habrías sentido orgulloso de él, tal como te sentiste de Ho-Chi-Min. Este segundo Dios chiquito nuestro nació cuando tú ya te habías perdido, y yo, a pesar de que a veces ocupaba tu oficina de escondrijo y me reía de tus leyes y recibí tantas veces tu apoyo incondicional, no supe entender que ese chiquillo que nos llegaba venía en tu reemplazo. Mucho me pesa por eso no haberle puesto tu nombre. No obstante le hemos contado de ti, le hemos dicho que se parecen, aunque él nada entienda de leyes y se llame Nicolás. Y quisiera contarte también que tenemos con mi diosa una diosa pequeña que te la menciono aunque no quería, porque ella nació mucho después, por los ochenta, y justamente por eso me delata. Qué saco con escribir en estas hojas amarillentas que parecen viejas y que deseo que parezcas viejas y escritas hace tiempo, si te hablo en ellas de cosas que ocurrieron mucho después.

Cuántas cosas Ricardo, así alejados como estábamos te la jugaste con nosotros aunque yo bien poco haya hecho por ti y tenga que acabar estas líneas reconociendo que yo, que ahora soy un pájaro pardo y vuelo por ahí juntando fragmentos de nuestras utopías e intentando saber también qué pasó con nuestros compañeros para que se les recuerde cómo eran de militantes y cómo más allá de militantes, siento que debí hacer más por ti, mucho más, y si no lo hice fue porque me cercaban pero también por una tremenda ceguera relativa a nuestras diferencias que no me dejó comunicarme con los de tu partido. Ni siquiera pude acercarme a ellos cuando te hicieron esa guardia de honor en que se irguieron donde te velaban. Una guardia de honor con tu bandera partidaria que había sido también la del tata, una bandera roja con la hoz y el martillo puesta por tus camaradas a quienes no pude encontrar después en la vorágine de acontecimientos que se desencadenaron. Digo en mi defensa que aún ahora no sé qué más pude hacer y de haberlo hecho, no sé si hubiera servido para algo.

Tranvías equivocados: si esa maldita historia oficial hubiera sido cierta me faltó estar contigo cuando los senderos de la depresión empezaron a acecharte, pero siento también que si no, igual debí estar contigo como cuando éramos corsarios, así habríamos enfrentado juntos a los perros. De haber ocurrido así, quizá habría podido caer yo también, como era el curso lógico de nuestro holocausto, como lo era el que tú te salvaras, porque tú no creías que fuera necesaria la violencia, a pesar de todas las enseñanzas del tata, Ricardo, las mismas que tú, en vez de aceptar te empeñabas en hacerlas aparecer como metáforas.

Metáforas... "El tata no habría levantado un arma jamás", decías, pero capaz no lo supieras. De hecho no ibas con nosotros la vez que pasamos con él por La Moneda sólo para insultar a Ibáñez llamándolo "abusador con los profesores jubilados". Pero a lo mejor tenias razón, quizá él lo hubiera insultado así como lo hizo pero no le habría dado un balazo. Se me ocurre que no a Ibáñez, pero si a Pinochet, a Pinochet sí, el dictador se merecía cien balazos. O no, a nadie, o ya no sé. Mejor borra todo esto que digo, no lo tomes en cuenta. Lo cierto es que no sé si debí hacer más ni qué más, pero sí estoy seguro de que me faltaron cosas que pude hacer y no hice.

Los hombres estamos llenos de debilidades hermano, espero que lo entiendas y puedas entender también y me perdones por no haber escrito antes todo esto que necesitaba que supieras y que en definitiva no importa si nadie se interese por leer. Quedará como un diálogo entre nosotros, hermanos corsarios, que se lea bien: corsarios, un escalafón más noble en la hermandad de las banderas, qué importa si éstas sean rojas, o rojo y negras.

Cuántas cosas hermano querido, ha pasado tanto tiempo. Ojalá pudieras entender también que termine estas líneas amarillentas que no tienen dirección ni remitente, con un grito de alegría como el que lanzaba la gente de tu base. Ese grito que yo critiqué tantas veces por poco político, por descomprometido. Lo que no daría por escucharlo una vez más de tu propia garganta. ¡Tres raasss por Ricardo Faunes...!

Martín Faunes Amigo
  
PARTE DE LA REAL HISTORIA

María Cristina López Stewart, llamada también "Carolina", "Patricia Castellanos", o "la Rucia", estudiaba Historia en la Universidad de Chile y militaba en el MIR, organización revolucionaria donde dirigía una estructura de informaciones.

María Cristina fue raptada desde una casa de Las Condes para ser llevada a José Domingo Cañas donde fue torturada salvajemente y hecha desaparecer. Tenía entonces 21 años.

En su homenaje se ha escrito el cuento "Urracas y zorzales", escrito por Martín Faunes Amigo, que aparece en "Las historias que podemos contar, volumen uno" y en múltiples antologías, y la novela "Viajera de los nombres supuestos", escrita por el mismo autor, EDEBÉ 2002.

Alejandro De La Barra Villarroel, "Nano", y Ana María Puga Rojas, cientista político y profesora y actriz, respectivamente, ambos militantes del MIR y él dirigente de dicha colectividad, fueron emboscados el 3 de diciembre de 1974 cuando se dirigían a buscar a su hijo a la salida de su jardín infantil en calle Pedro de Valdivia con Andacollo.

A Alejandro y Ana María se les disparó sin que hubiese habido orden de detención ni resistencia de su parte, por lo cual se tiene la convicción de que fueron ejecutados. El jardín en cuestión, había sido visitado con anterioridad por agentes de la DINA que por esa vía habrían podido dar con sus víctimas.

Claudio Ricardo Faunes Amigo, abogado, era dirigente del Partido Comunista en la Universidad de Chile y la Provincia de Santiago. Es encontrado muerto en Antofagasta, en circunstancias en que trabajaba en la defensa de los soldados constitucionalistas de la FACH.


Primer plano a la izquierda, mi hermano Ricardo, a su lado nuestra madre, segundo plano atrás, este pájaro pardo.

Sigue leyendo...

jueves, 12 de julio de 2012

Entrevista a Portavoz, un MC que escribe Rap con R de Revolución (Espartaco Gatti)

Publicado en el nº12 del periódico "Solidaridad"

http://periodico-solidaridad.blogspot.com/

“Portavoz”, es la chapa de Andi, un joven cantante de Rap (MC) originario de una humilde población de la comuna de Conchalí. “Portavoz” es miembro del connotado grupo de rap combativo “Salvaje Decibel”, actualmente colaborador de “La Clazze” y militante del Colectivo Hip Hop “Lumpen Crew”. 


Hace poco lanzó su disco solista “Escribo Rap con R de Revolución”, el cual desde un inicio liberó gratuitamente desde su facebook, y que ya cuenta con varias decenas de miles de descargas. 



El Rap no es solo una manifestación cultural, sino una herramienta, que está al servicio de la lucha por la libertad, contra la explotación y la opresión; “no hago rap por el rap, hago rap pa’ pensar, pa’ revelar verdades que la prensa no te va a mostrar, pa’ dar nuestra versión y visión de lo contingente, por la reconstrucción de nuestra población rebelde ¿Comprendes?”. 


Cuando charlamos, Andi venía llegando de participar de una actividad social en Puerto Montt, en apoyo a las Comunidades Mapuche del Pilmaiquén; una nuestra más de que el Rap es mucho más que solo frases rimadas rítmicamente.


Brevemente, ¿qué entiendes por RAP y Hip Hop?

El Rap, “Ritmo y Poesía” (en inglés “Rhythm and Poetry”), es una de las tantas ramas del HipHop, junto al breakdance, el Dj, el Graffiti y otras más que algunos le agregan. El Rap tiene que ver con el loco que rapea, canta, improvisa y hace rimas, encima de una instrumental hecha generalmente en un computador. El Hip Hop es un movimiento o cultura que depende del contexto, de donde se ha ido desarrollando: es algo más amplio que el Rap y que lo incluye.

Yo personalmente, junto con otros compas con los que participo en el Colectivo “Lumpen Crew”, concebimos al Hip Hop no como un fin en si mismo, como lo conciben quizás muchos jóvenes. Nosotros creemos que es una herramienta, un medio de lucha, que tiene que estar al servicio de las luchas que se están dando hoy en la sociedad.

¿Por qué “Rap Combativo”?

Porque no creemos en las manifestaciones culturales o el arte neutral. El arte no está desapegado de la realidad social y de las contradicciones propias de una sociedad de clases, como es en la cual vivimos. Nosotros nos posicionamos desde nuestro pueblo, desde nuestra clase y desde ahí construimos cultura, el Rap y todo lo que es el Hip Hop. Además, tratamos de construir organización fuera del Hip Hop, que es algo que creemos fundamental para pasar hoy del “mensaje a la acción”, como decían los cabros de “HipHopLogía” (H2L).

¿Cuáles son tus influencias artísticas en lo musical? ¿Qué figuras rescatas en lo político?

En el plano musical tengo distintas influencias, no solo desde el Rap, sino también de la música popular chilena en general; la Violeta Parra, Víctor Jara, etc. Desde el Rap, Public Enemy, Inmortal Technique, los mismos cabros que hacen Rap acá en Chile; Subverso, etc. También saco elementos desde la poesía y de la misma realidad, que cada día nos va dando elementos para ir creando.

En lo político, rescato muchas experiencias de lucha de los movimientos populares, tanto en Chile, como en Latinoamérica, sobretodo los que han tratado de construir alternativa revolucionaria, desde los diferentes sectores del pueblo (trabajadores, pobladores y estudiantes), frente a la elite política o la política tradicional. De acá en Chile, rescato al MIR histórico de las décadas del ‘60 y ’70, también la experiencia de los trabajadores con Clotario Blest, las mancomunales con Recabarren, etc. De Latinoamérica, toda la experiencia de los movimientos revolucionarios, como los Zapatistas, Nicaragua Sandinista, etc.

¿Qué paso con “Salvaje Decibel”? ¿Qué es “La Clazze”?

Existe Salvaje, y seguimos haciendo música. Lo que pasa es como individualidades teníamos proyectos en mente, y paralelamente al trabajo de Salvaje, decidimos ir concretándolos. El “Funky Flu” está pronto a sacar su disco, yo hace poquito que saque el mío, el “Revilo” tiene una banda de cumbia (“Anarkía Tropical”) y el “Ezer” también está en un proyecto con otro compa de su población. Todo eso no implica que no sigamos como Salvaje Decibel. Continuamos tocando y dándole con el disco nuevo; ya tenemos cerca de 10 temas, nos falta desarrollar y terminar otros cuantos.

“La Clazze”, son amigos y compas, que empezaron como un grupo de Rap (por lo que ellos mismo me han relatado), conformado inicialmente por “Zonyko”, la “Michu”, el “Erko”, “Profeta Marginal” y el “Guerrillerokulto”. Lo particular de este grupo, es que pertenecía a la Red de Hip Hop Activista (RH2A) y al momento de que ésta última se disolviera y terminara su proceso, el grupo de Rap sufrió modificaciones. Después, fuimos haciendo temas juntos. Uno de los principales objetivos, por lo menos, desde que yo empecé a participar, es hacer temas bien contingentes, dándole harto a las cosas que iban pasando en el país.

¿Cómo viviste las coyunturas sociales del año pasado, que abrieron un nuevo ciclo de luchas que se mantiene hasta hoy?

Participe a través del Colectivo “Lumpen Crew”. Está conformado por gente que era de la RH2A y gente nueva, que crearon un colectivo Hip Hop, con el horizonte de estar al servicio de la lucha popular. Dentro de la misma coyuntura, lo que pudimos hacer, fue insertarnos en los liceos, ayudando a través del mismo Hip Hop, generando fondos para las tomas, como en el “Darío Salas” y en el “Cristóbal Colón”. Además, aportamos haciendo temas que tenían que ver con el contexto de lucha.

Creo que la coyuntura que generó el movimiento estudiantil fue muy importante, porque fue redefiniendo a las organizaciones sociales y políticas. Ahí se abre un nuevo ciclo de ascenso de la lucha social, desde mi perspectiva. Una de las cosas que develó el movimiento estudiantil y sobre todo sus sectores más revolucionarios, fue que el lucro de la educación responde a un modelo, y la gente comenzó a leer eso, se dio cuenta que era algo estructural. El contexto objetivo, y algo de esto, también ayudó a generar la pelea después en Aysén. Eso sí, no creo que el movimiento estudiantil sea la panacea, desde donde se vayan a construir las transformaciones revolucionarias de la sociedad, pero no hay que dejar de señalar la enorme relevancia que tuvo en el contexto chileno. También es importante lo que pasó en Freirina, lo que pasa con los pescadores artesanales, con los portuarios, que son muestras que de a poco se está avanzando, dando luchas con un carácter cada vez más clasista, develando las contradicciones propias del modelo capitalista neoliberal.

¿Cómo ha sido la acogida de la gente de tu disco “Escribo Rap con R de Revolución”? ¿Piensas hacer un lanzamiento oficial?

Es disco ha gustado harto y eso me pone contento. Varios de los objetivos que yo me propuse se cumplieron. En este disco pretendí, no solo rapearle a los “convencidos” o a los que están políticamente activos, sino que trate de ser un poco más explicativo y contextualizar el discurso político. Por eso mismo no solo le ha gustado a gente que escucha Rap. He tocado caleta, acá en Santiago y en regiones, tanto en actividades Hip Hop, como en espacios sociales de organizaciones.

El lanzamiento lo estamos pensando con gente amiga y compañeros, estamos viendo espacios y el carácter que le vamos a dar. Por lo mismo estamos pensando quizás hacer distintos lanzamientos. Se viene sí, luego, en Julio o en Agosto.

Algún mensaje final, para aquellos que leen estas líneas y/o escuchan tus canciones…

Decirles a los raperos y raperas, que una de las cosas que nos ha demostrado estos últimos meses álgidos en la lucha, es que la liberación y emancipación de los oprimidos, es un tema mucho más importante y trascendental que el Hip Hop mismo. Hay que romper las barreras y los sectarismos que el Hip Hop se ha autoimpuesto y que son más nocivos que un aporte, porque en ciertos momentos nos ha aislado de nuestro mismo pueblo y gente. Hay que caminar con el fin de construir un Hip Hop cada vez con los pies más en la tierra y al servicio de las distintas luchas que se estén dando en el país. Hay que crear un Hip Hop que se perfile como movimiento y no tan solo como una herramienta cultural, porque eso no basta. No solo basta con rapear, hay que dar el paso político y organizativo. Hay que perderle el miedo a vincularse con nuestra gente.

El Hip Hop, yo creo que es fundamental que se vincule y construya organización desde lo territorial. No hay que desapegarse de la realidad propia de los raperos y hiphoperos: la población. La organización Hip Hop, desde allí, debería generar vínculos con otras organizaciones sociales y políticas. Hay que romper el sectarismo, o lo que nosotros llamamos “hiphopismo”. Hay que dejar de concebir al Hip Hop como un dogma o religión; es un arma que hay que disparar contra nuestros enemigos y ponerla al servicio de nuestros iguales.

A toda la gente que nos escucha y que no es rapera, le agradecemos el apoyo. Nuestro Rap manifiesta la realidad y las luchas que se dan día a día. Gracias por la entrevista y arriba los medios de comunicación de nuestra clase.

Espartaco Gatti

Link de algunos de sus temas:
http://youtu.be/iHoo6BIWKg4
http://youtu.be/CFOBrlGMEyg
http://youtu.be/sLFn6ltR65s

Sigue leyendo...

“Latinoamérica sigue siendo el epicentro del altermundialismo” ( Àlex Romaguera / La Directa

FRANCK GAUDICHAUD

“Latinoamérica sigue siendo el epicentro del altermundialismo”

jueves 12 de julio de 2012 ¿Cuáles son las tensiones entre los nuevos poderes y los movimientos sociales emancipatorios en América Latina? ¿Qué papel juega Estados Unidos o la Unión Europea en la región? Estas son algunas de las preguntas que se plantea 'El volcán latinoamericano' y su coordinador, Franck Gaudichaud responde a algunas de ellas en esta entrevista publicada por el semanario Directa, en Catalunya.
Latinoamérica es un embrollo de movimientos indígenas y de base que se afanan en corregir la tendencia de los gobiernos progresistas instalados en el continente durante la última década, la mayoría de los cuales continúan sometidos a un sistema productivo extractivista que, en manos de las multinacionales, causa infinidad de perjuicios sobre las comunidades y sobre el ecosistema.
También es el turno de una nueva generación de jóvenes y colectivos que, en el actual contexto, plantean superar el modelo de Estado centralista en el que se han forjado muchos de los países de la zona. Un escenario de oportunidades, no exento de amenazas externas, del que nos habla ampliamente Franck Gaudichaud, politólogo, editor del colectivo  del portal Rebelión y coordinador de la obra El volcán latinoamericano. Una radiografía, la primera del nuevo sello editorial Otramérica, en el que veinte autores de ambos lados del Atlántico ofrecen una visión desde la izquierda del heterogéneo mapa latinoamericano y donde Gaudichaud, profesor de ciencias políticas en la universidad francesa de Grenoble 3, analiza todo ese intríngulis.
 En el prólogo de El volcán latinoamericano, sitúas 1998 como el inicio del período histórico en el que se encuentra inmersa Latinoamérica. ¿Qué pasa a partir de ese año?
Es difícil escoger una fecha, pero, si nos referimos a un cambio de ciclo, 1998 podría elegido como un punto de inflexión hacia posiciones de izquierda en todo el continente. Sobre todo a raíz de la entrada de Hugo Chávez en la presidencia de Venezuela, si bien también sería justo referirnos al levantamiento Zapatista de 1994. En cualquier caso, durante la década de los 90, nos encontramos frente a la reformulación de nuevas izquierdas a partir de grandes fenómenos y experiencias de movilización social. Los sectores que no contaban en la sociedad comienzan a incidir porque, a pesar del poder de la oligarquía, quieren ser protagonistas de la vida pública. También surgen nuevos actores institucionales en cada país, como el caso del Movimiento al socialismo (MAS) de Evo Morales en Bolivia.
* Algunos de estos actores enarbolan el llamado “Socialismo del siglo XXI”. ¿Es el gran movimiento de cambio?
Es más bien un eslogan simbólico, pero no supone hasta el momento una ruptura con el capitalismo, como representó la revolución sandinista en Nicaragua, el castrismo en Cuba o potencialmente el proceso de poder popular durante el gobierno de Salvador Allende en Chile. En todo caso, recoge dinámicas de empoderamiento que contienen un sentido antiimperialista y reformas democráticas y sociales de gran calado. Así lo hemos visto en Bolivia, Ecuador o Venezuela. Más que acontecer una ruptura frontal con la lógica capitalista, diría que apuntan hacia modelos postneoliberales, ya que mantienen acuerdos con las multinacionales para facilitarles cuotas de poder y acceso a los recursos. 
* ¿No es posible generar un modelo propio?
La mayoría de los países de Latinoamérica parten de un crecimiento dependiente, basado en gran parte en la industria extractora de recursos naturales, por ejemplo del petróleo y en la producción intensiva de cereales y otros alimentos. La pregunta, pues, es como superar estas dependencias hacia en capital transnacional y crear un modelo productivo adaptado a las necesidades de las comunidades y respetuoso con el ambiente.
* El acuerdo de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), surgido en 2004 por iniciativa de Venezuela y Cuba, ¿es un intento de buscar alternativas?
Sitúa en la agenda el proyecto de integración a escala regional, capaz de ir más allá de una simple unión económica, tal como se limitaban a hacer el Tratado de Libre Comercio, el Mercosur y otras propuestas de corte liberal. Busca la complementariedad reconociendo las asimetrías entre los países y el intercambio entre ellos, incluyendo las olvidadas islas del Caribe. De momento, sin embargo, es una iniciativa reactiva frente a los Estados Unidos, muy interesante, pero que no aborda los verdaderos desafíos que tiene Latinoamérica, entre otras cosas por falta de apoyo de grandes países como Brasil.
"Hace falta un cambio a escala regional que incorpore países como el Brasil, que hoy día tiene sus propios planes estratégicos"
* ¿Cuáles destacarías?
Alcanzar un cambio profundo a escala regional significa lograr incorporar países como Brasil, que -por el momento- tiene sus propios planes estratégicos, o más bien su clase dominante tiene otros planes. Y después que, internamente, estos países sean capaces de responder y escuchar los movimientos sociales que apuestan por ir más allá de las reformas vigentes y quieren romper con el modelo extractivista y desarrollista que mantienen sus gobiernos progresistas. Esta tensión entre gobiernos nacional-populares reformadores y movimientos sociales se hace sentir, en el ultimo periodo, en particular en Venezuela, Ecuador o Bolivia. Sin olvidar que algunos movimientos o movilizaciones pueden ser meramente corporativistas o incluso obedecer a intereses conservadores, como ha pasado en Bolivia con el movimiento autonomista de la “media luna” que pretende separar las regiones ricas de las pobres.
* Un caso paradigmático de esta dependencia de la industria extractora también es el del Perú, donde Ollanta Humala reprime a las comunidades que se oponen a la minería...
Humala se define como nacionalista y, ya de inicio, tenía una visión nacional-interclasista que renegaba de las izquierdas y de las derechas, como lo declaró en varias oportunidades. Continúa abriéndose a las multinacionales y eso ha provocado una gran grieta con los movimientos que le habían apoyado. El conflicto Conga y el proyecto nefasto de la megaminería Yanococha resume perfectamente qué pasa en otras zonas de Latinoamérica: las poblaciones luchan para defender sus derechos frente a unos gobiernos, a veces con pátina progresista, que optan por mantener los privilegios de los inversores extranjeros. Es aquí donde se libra el combate por la defensa del medio y por un sistema productivo más sostenible.
* En Argentina, el gobierno de Cristina Fernández se resiste a reconocer el derecho del pueblo mapuche a gestionar sus recursos. ¿Reproduce los mismos déficits?
Es una de la asignatura pendiente a la que se enfrenta Latinoamérica, junto con la descolonización interna. La creación de sociedades realmente plurinacionales y democráticas todavía está en pañales debido a siglos de poder colonial y a pesar de avances importantes  con procesos constituyentes avanzados en Bolivia, Ecuador y Venezuela. De aquí que el proceso de reconocer los derechos indígenas sea bastante lento en países del área andino, y menos aun en América central. Esto se muestra con mucha crueldad en Chile, donde el pueblo mapuche se enfrenta a las corporaciones hidroeléctricas o forestales que destruyen sus tierras y la biodiversidad. Esta lucha pone en contradicción a los estados oligarcas, centralistas o federales, que hemos conocido desde el siglo XIX. También sería el caso de México, con la lucha zapatista en el Sur del país.
"El intervencionismo estadounidense pasa por el 'soft power'; el control de la opinión pública a través de los medios de comunicación"
* En cuanto a la injerencia exterior, ¿ya no estamos en tiempos de dictaduras que tienen el apoyo militar de Estados Unidos, como Chile mediante el Plan Cóndor?
El intervencionismo continúa existiendo, pero cambió y se rearticuló. Primero, con la inclusión de muchos países en el mercado internacional vía la firma de TLC y también mediante el Plan Colombia, con el que los Estados Unidos han encontrado el aliado para imponer su estrategia de dominio, un poco como con Israel en Oriente Medio. Este esquema explica la presencia de la Cuarta Flota en aguas de la zona y también las tentativas de golpe de estado contra Hugo Chávez en Venezuela en 2002; poco después, el intento de desestabilización en Bolivia; la expulsión de Manuel Zelaya de la presidencia de Honduras en 2009, o ahora, en Paraguay, con la destitución de Fernando Lugo. Después, hay que sumarle el soft power; es decir, las tentativas de influenciar la opinión pública -por ejemplo durante en procesos electorales- a través de los medios de comunicación corporativos. Los EUA han invertido gran cantidad de recursos en este terreno con el objetivo de generar comportamientos determinados entre la población, para lo que también ha creado lobbies, oenegés (como la USAID), movimientos sociales conservadores y llamados grupos de apoyo “a la democracia”.
* En la pugna entre esta ofensiva neoliberal y la nueva izquierda que se reclama desde los movimientos populares, parece que la juventud y las mujeres están teniendo un papel importante. ¿Es así?
Sin duda. Latinoamérica ha sido el epicentro del altermundialismo  y todavía lo vemos con el resurgimiento de una nueva generación de estudiantes, mujeres y sindicatos de trabajadores. En Chile, ha aparecido un movimiento muy importante contra el modelo educativo heredado de la dictadura y ahora gestionado por el presidente conservador multimillonario Sebastián Piñera; en Colombia, se ha conseguido parar un plan similar, y en México, hay que destacar la irrupción del movimiento “Yosoy132”. Son expresiones de indignación que, a imagen de muchas aparecidas en todo el mundo, cuestionan los partidos tradicionales, el capitalismo financiero y el menosprecio de las instituciones hacia los sectores subalternos.
* ¿Esta eclosión se puede articular a escala regional?
Varias ejes de movilización transversal lo podría hacer posible: por ejemplo, la defensa de la soberanía alimentaria. Muchos pueblos y organizaciones campesinas comienzan a darse cuenta de los efectos catastróficos del Tratado de Libre Comercio firmado por algunos estados latinoamericanos con Estados Unidos o la UE. En México mismo, un país vanguardista en la producción de maíz, tienen que importarlo de Estados Unidos y pierden su capacidad productiva. La lucha contra la crisis climática y sus efectos también ofrece experiencias interesantes de reivindicaciones del “buen vivir” o sea del respeto por la biodiversidad y la “pachama”, como las que han aparecido en Bolivia o en la zona del Yasuní, en la selva amazónica de Ecuador, dónde se ha declarado un área libre de explotación petrolera. Seguramente, estas luchas no romperán con la lógica desarollista-extractivista de un día para otro, estos pueblos necesitan desarrollarse en servicios públicos, infraestructuras, etc, pero plantean una posible transición ecológica que nos lleva a un nuevo paradigma energético y de vida .
* Por lo que respecta a Brasil, ¿hay posibilidades de que se sume a este contrapoder antiimperialista?
Tal como dijo Ignacio Lula da Silva, el Brasil ya no es un país emergente, sino “emergido”. Un país con influencia mundial, clave en el G-20, que en el actual contexto de crisis aporta su esfuerzo al Fondo Monetario Internacional para ayudar a sus amigos europeos. No parece, que quiera participar de un contrapoder de izquierdas radicales, pero si de alguna manera, en el plano diplomático, ha servido de apoyo en varias ocasiones a gobiernos como el de Chávez o Evo en la región.
* ¿Se inclina hacia las tesis socioliberales?
Sí, exacto. Opta por la vía económica tradicional de las “ventajas comparativas” y aprovechar su posición de “gigante” con inmensos recursos y tierras para ofrecer millones de hectáreas a Monsanto y otros. Pero no sólo es esto: ha creado sus propias “multilatinas”, con las que presiona a sus socios. De alguna manera, el Brasil se ha convertido en un “subimperio”, con una clara hegemonía respecto al resto de países de América del sur. Y ésto, habiendo sido referente en procesos de democracia participativa, del altermundialismo o gracias a la lucha del Movimiento Sin Tierra (MST), movimiento que sigue movilizado.
* ¿A qué atribuyes esta postura?
Tiene una de las burguesías más fuertes del continente, con la que el Partido de los Trabajadores ha actuado de manera muy benevolente y le ha permitido una acumulación de capital que ha acentuado las diferencias entre los más ricos y los más pobres. Es cierto que la extrema pobreza ha bajado de manera notable en términos generales, pero, de momento, no participa de la lógica postneoliberal a la que aspiran pueblos y movimientos en otros países de América central y del sur.
* Aún así, ¿eres optimista en cuanto al avance de un nuevo modelo económico y político en el continente?
Ya lo veremos. Existe una clara disputa entre los gobiernos que apostaban de manera casi “natural” al neodesarrollismo o al neoliberalismo y parte de movimientos populares. La Venezuela bolivariana ligada a los consejos comunales, la Argentina de las empresas ocupadas, o la Bolivia conectada con las autonomías indígenas ha dado un impulso esencial en esta dinámica continental, aunque existan inmensa diferencias entre países y regiones. Ahora vemos que algunos de los gobiernos más radicales se han distanciado de los procesos emancipadores salidos de la base, por tanto, tendremos que ver si esta tensión se profundiza o, por el contrario, se corrige y, de nuevo, se ponen las alternativas en el mismísimo centro de la agenda, “democratizando la democracia” y creando experiencias de poder popular. Hay que confiar en que el feminismo, los estudiantes, las mujeres, los trabajadores, el movimiento por la soberanía alimentaria y la reforma agraria, los pueblos indígenas lo harán posible y, lejos de institucionalizarse, podrán ser los motores de cambio y construcción de alternativas.
"Las experiencias populares pueden servir de espejo a Europa con la perspectiva de construir proyectos alternativos e igualitarios"
¿Qué tendría que aprender, Europa, de este volcán latinoamericano que comienza a emerger?
Latinoamérica es un buen espejo para los países europeos de cara a hacer frente a la crisis porque, en los años 80, ya experimentó los planes de ajuste que intentan aplicar el FMI y la troica en Europa. América Latina demostró que se podía combatir con la movilización y la formulación de salidas políticas más justas. Ecuador, por ejemplo, puso de relieve que se puede anular parte de la deuda con el soporte de un gobierno más ofensivo y los movimientos sociales. Y Argentina hizo lo mismo cuando anuló parcialmente la deuda. Si estos países del sur fueron capaces de imponerse -aunque parcialmente- al mundo financiero internacional, los pueblos europeos, también pueden hacerlo, desde el centro del capitalismo-mundo. Igualmente, las experiencias populares pueden servir de espejo con la perspectiva de construir cooperativas, medios comunitarios, fabricas ocupadas y otros proyectos alternativos e igualitarios. Latinoamérica también nos muestra que es posible tender puentes desde el ámbito social hacia el mundo político planteando alternativas a escala nacional y continental.

Sigue leyendo...

martes, 10 de julio de 2012

EL VERDADERO TERREMOTO QUE SE NOS VIENE ENCIMA (Alma Negra)


(En homenaje a los trabajadores de Konecta y Sintrac)

Pero si un día me demoro, no te impacientes,
yo volveré más tarde.
Será que a la más profunda alegría
me habrá seguido la rabia ese día,
la rabia simple del hombre silvestre,
la rabia bomba, la rabia de muerte,
la rabia imperio asesino de niños,
la rabia se me ha podrido el cariño,
la rabia madre por dios tengo frío,
la rabia es mío, eso es mío, sólo mío,
la rabia bebo pero no me mojo,
la rabia miedo a perder el manojo,
la rabia hijo zapato de tierra,
la rabia dame o te hago la guerra….

Los dueños del poder en Chile se ufanan. Muestran las cifras macroeconómicas y por todos los canales de la televisión, lacayos mediantes, se despachan frases para el bronce: Chile esta creciendo económicamente y estamos muy bien preparados para enfrentar los efectos de la crisis económica mundial. Y para refrendar, anuncian escuálidos bonos que obviamente son bien recibidos por los mas necesitados.

Mas allá de la demagogia, de las frases cuidadosamente construida para no decir nada y que se repiten en las pantallas de miles de televisores, en los anuncios, la prensa y las ondas radiales, basta una ola de frio polar para que los indigentes, las “personas en situación de calle” como el eufemismo manda a llamarlas, aparezcan por doquier. Pero muertos. Muertos de frio, muertos ante la indiferencia de miles que transitan diariamente y no los ven. No quieren ver. O solo ven cuando ya es demasiado tarde, como en el viejo poema de Brecht:  Primero se llevaron a los comunistas, pero a mi no me importó porque yo no lo era; enseguida se llevaron a unos obreros, pero a mí no me importó porque yo tampoco lo era, después detuvieron a los sindicalistas, pero a mí no me importó porque yo no soy sindicalista; luego apresaron a unos curas, pero como yo no soy religioso, tampoco me importó; ahora me llevan a mí, pero ya es demasiado tarde”.

Las clases dominantes chilenas no se inmutan. No quieren ver. Solo les interesa continuar con su exorbitante acumulación de riquezas. No importa el precio. No importa mantener a toda costa el modelo impuesto por las bayonetas, el terror y el asesinato y hoy legitimado y cuidado rigurosamente por la pléyade de títeres serviles a sus intereses que actúan diariamente en el tinglado político, mascarada y fachada que existe solo como cobertura y para seguir cazando incautos. Cegados por su ambición, no están dispuestos a entregar nada y al contrario, ciega, tozuda y brutalmente están cerrando todo espacio posible en que se expresa el descontento, el sagrado derecho al pataleo como mínimo.

Que lo digan los estudiantes que después de marchar y marchar, de volcarse multitudinariamente a las calles…tienen las manos vacías

Que lo digan los mapuches, que tratando de recuperar escuálidos pedazos de tierras robados por el winka, están cercados militarmente, allanadas permanentemente sus comunidades, baleados, golpeados, pisoteados reiteradamente humillados sus hombres, mujeres y niños, todos quienes reciben como única respuesta la detención y la cárcel.

Que lo digan los pescadores burlados una y otra vez en comisiones, diálogos, acuerdos con dirigentes vendidos mientras ven como las grandes empresas aumentan sus privilegios descaradamente.

Que lo digan los deudores habitacionales, que más allá de que pertenezcan a tal o cual  agrupación les recorre la angustia de ver como sus deudas crecen vertiginosamente y se llevaran el esfuerzo de toda su vida y sus viviendas finalmente rematada, mientras las promesas electorales de solución entregadas por unos y por otros se esfuma en el olvido y la amnesia.

Se dice en círculos científicos, que Chile debe esperar un terremoto de proporciones en el norte, terremoto que ocurre aproximadamente cada quince o veinte años, por la acumulación de energía y  liberación brusca de energía procedente de los bordes de las placas tectónicas. Las placas tectónicas chocan entre sí y producen una liberación de energía como consecuencia de los esfuerzos que estaban soportando.

¿Y la energía que se esta acumulando aceleradamente en la lucha de clases frente a la indolencia, la ceguera y el increíble afán de acumular, acumular que detentan los dueños del poder?
La rabia genera esa energía.
La rabia de ver como los dueños del país quieren seguir reforzando esa caja de hierro que describe Tomas Moulian que es el sistema político chileno, para cerrar toda posibilidad de cambio, para cerrar toda puerta posible, para negar cualquier avance por mínimo que sea.

Creditos piñuflas, raquíticos e insuficientes para los pequeños productores y comerciantes  presentados con bombos y platillos generan rabia y rencor cuando se ven los grados de acumulación de las grandes empresas.

Ira, rabia, rencor de ver a la clase política aumentándose sus sueldos millonarios en un par de minutos y aprobando migajas como aumentos salariales para los trabajadores, mientras dilapidan cifras estratosféricas en mega construcciones para resolver los temas de diversión de los poderosos, los temas de la energía que requieren la industria de los poderosos a costa de destruir los equilibrios mas elementales generados por la naturaleza y que permiten la vida.

Ira, rencor acumulado, desesperación que cunde y va creciendo en distintos sectores del pueblo a los que no llega ni por si a caso el famoso goteo.

Es la acumulación cada vez más aguda de esa presión social que no encuentra mecanismos de solución porque simplemente no existe ni ha existido nunca la voluntad de los poderosos de poner fin al lucro, a su afán de acumular en todas las actividades humanas. ¡Que decir de la salud, de la educación, de la vivienda, de los famosos negociados en torno a la reconstrucción! ¡Que decir de la lucha desesperadas de comunidades enteras a las que se les está negando lo más elemental que es el agua!

Desde el poder, lejos de resolver los problemas, apelan a la represión. Ya no les basta con la Ley de Seguridad del Estado, ni la Ley de Control de armas, ni la Ley Antiterrorista. Ahora el objetivo es usted, el que protesta por sus condiciones de vida, a usted que no les están dejando ninguna herramienta posible para expresar su rechazo. Perdón, solo le dejan una donde esta todo fríamente calculado para que siempre ganen: el modelo político, las canaletas institucionales donde los vericuetos de las presentaciones legales, las comisiones, las mesas de negociación permiten cansar, debilitar, agotar a los movimientos en lucha.

Pero también eso esta llegando a su fin. Eloisa Gonzalez, estudiante de 17 años, dirigente de ACES señala en reciente entrevista “...No creemos que estén dadas las condiciones para dar una batalla institucional. Hasta ahora lo que se ha ido demostrando es que, distintos referentes políticos que han hablado de una batalla institucional, han terminado cayendo, quizá no por voluntad propia, pero de todas formas han terminado cayendo en el mismo juego y siendo cero aporte a la construcción del movimiento.”
En el día de ayer, los sindicatos 2 y 3 de Konecta y SINTRAC se movilizaron por reivindicaciones negadas reiteradamente por sus patrones. Cerrados todos los espacios posibles, decidieron sacar a la calle y difundir su conflicto realizando un bloque parcial del una línea del metro arriesgando sus propias vidas como barricada humana. Como en el chiste de don Otto, donde el hombre vende el sillón para que su mujer no lo siga engañando, el Gobierno no enfrenta el problema de los bajos salarios, ni por si acaso. Detiene, amenaza con aplicar Ley de Seguridad Interior del Estado, cárcel y penas del infierno a los trabajadores y sus dirigentes. Si está cerrado el camino de la negociación, si está cerrado el camino de la manifestación callejera ¿Qué camino queda para que los trabajadores puedan luchar por sus intereses inmediatos?

Lo que nos lleva a una reflexión de fondo y que tiene que ver con lo que diferencia a los revolucionarios de quienes no lo son, mas allá de que puntualmente reformistas se reivindiquen como revolucionarios bajo “ciertas circunstancias”. Los revolucionarios creemos que no es posible conquistar cambios significativos para la clase trabajadora y el pueblo bajo el sistema de dominación que las clases dominantes imponen. Y no es posible, por la propia naturaleza depredadora y acumuladora de riqueza que poseen como clase dominante, lo que los lleva a mantener e incrementar sus niveles de explotación que no son otra cosa que niveles cada vez mayor de pauperización, miseria y pobreza de los trabajadores. Que en este proceso de lucha de clases los dueños del poder y la riqueza construyen mecanismos para mantener su dominación a toda costa, siendo el Estado, las FFAA y los aparatos y mecanismos jurídicos y políticos herramientas de esta opresión. Por ello es que los revolucionarios nos planteamos la lucha por el poder, por acumular la fuerza social, política y material necesaria para derrotar a una minoría explotadora y construir un poder de las mayorías.
Por el contrario, reformistas de todo tipo, dibujan un camino posible de “conquistas” espacios dentro del sistema de dominación, para desde esos espacios ir avanzando y mejorando las condiciones de vida de los trabajadores. Ocurre sin embargo, que entrar a dichos espacios implica jugar con las reglas que esos espacios imponen, que no son precisamente los espacios de acumulación de fuerzas favorables para el pueblo, ahora cada vez mas amenazados con leyes que criminalizan sus movilizaciones mas básicas, y mediados por una serie de personajes corruptos que en los espacios legales son simples peones de contención de la lucha popular como innumerables dirigentes sindicales que ya sea en la CUT o en el sindicato de base venden su fuero y su rol de dirigente en función de sus interese personales o de grupo.

La lucha de clases es inexorable. Sus leyes se cumplen contra la voluntad de quienes quieran negarla.  De modo tal que la mantención de  los niveles de explotación y miseria van generando las nuevas generaciones de luchadores sociales y alimentando un movimiento de masas que hoy día intenta caminar con fuerza propia.  La represión, las miles de formas usadas por el Estado para disuadir, confundir, engañar, llevar a la mesa de negociación, etc., son victorias pírricas en el largo plazo cuando se acumula la rabia, la ira, la desesperanza.

Cada mapuche lleno de perdigonazos genera hijos, hermanos, padres que superaran tarde o temprano el miedo porque su sobrevida esta en cuestión. Como los pobladores a quienes se les esta robando el agua de las napas y pozos, como el pescador que ya no tiene cuota de pesca, como el estudiante secundario cuyo único futuro es el ser reponedor de supermercado, como el terremoteado que hoy en la intemperie, igual que el indigente en “situación de calle” sobrevive a duras penas….como los trabajadores de Konecta que saben que solo la lucha los hará libre.

Pero…. si un día me demoro, no te impacientes, yo volveré más tarde.
Convertido en pueblo organizado y en Poder Popular.
Convertido en pueblo luchando para vencer.
Convertido en pueblo que no tiene otra alternativa que luchar para sobrevivir a la barbarie.
Convertido en Trabajadores al Poder.

Cuando escuches que viene el terremoto, ya sabes de cual estamos hablando y repite como decían tus abuelos: que venga, que venga, que nadie lo detenga……

Sigue leyendo...