jueves, 30 de junio de 2011

CARTA ABIERTA A UN PERIODISTA AMIGO (para Andres Figueroa)

Estimado compañero

En medio de mis reflexiones, después de la gigantesca marcha en que nos encontramos esta mañana, tropecé con los garabatos que me lanzaste porque no accedí a darte un comentario.
Querido Andrés, amigo, hermano, camarada de tantos años y luchas. Créeme que no podía en ese instante. Comprendo muy bien el papel de los periodistas que como tú, los de Radio Primero de Mayo, los de la Enrique Torres y tantos otros deben cumplir para llevar a nuestro pueblo las noticias y eventos que los otros periodistas no llevan ya sea porque no pueden editar, o porque simplemente están vendidos al poder de los patrones ( y no pocos al servicio de la represión).
Tú necesitabas la nota pero yo no podía.
 No podía porque mis ojos y mis sentidos están llenos de pueblo. De pelos multicolores, de rostros de jóvenes cantando, saltando, infatigablemente rebeldes y determinados a derribar la educación de mercado. Mis ojos se habían llenado de los abuelos que portaban el cartel “Estamos con nuestros nietos”, de los miles de disfrazados, de los rostros de los y las trabajadoras de la salud, de la educación, de los municipales, de los diversos colectivos. No podía perder ni un minuto porque quería leer todos los carteles, todos los lienzos, todos los papeles como ese que decía:”soy una madre pobre pero quiero educación para mi hijo”.  Trataba de escuchar todos los gritos, todos los canticos de esa enorme masa humana que congregaba casi cuatro generaciones. ¿Cien mil? ¿Doscientos mil? No lo se exactamente pero con toda seguridad los diarios reaccionarios y al servicio de las clases dominantes intentaran minimizar ese gentío constituido en fuerza, en una voluntad única de lucha contra la educación de mercado pero también determinada a salir de la pasividad, del estar doblegados. (Créeme que sentía en medio de la muchedumbre las palabras de Fidel diciendo
Nos consideraba rebaño impotente y sumiso; y ya se empieza a asustar de ese rebaño…Ahora, esta masa anónima, esta América de color, sombría, taciturna, que canta en todo el Continente con una misma tristeza y desengaño, ahora esta masa es la que empieza a entrar definitivamente en su propia historia…”).
Perdóname amigo mío, pero no podía detenerme a hablar contigo en ese momento. La emoción me embargaba porque veía, veo, a un pueblo entero que comenzando  nuevamente a ponerse de pie, como en aquellos memorables tiempos en que constituíamos comandos comunales, cordones industriales, mercados populares y tantas formas de poder popular para enfrentar la ofensiva contra revolucionaria que terminó derrotándonos, ese mismo pueblo de las miles de barricadas, tomas de recintos, huelgas de hambre, acciones milicianas en contra la dictadura.
Si, puede ser que me esté yendo en la volá  y las acciones de masas que se vienen sucediendo sean solo golondrinas que no hacen invierno. (Como dijo una compañera, entonces que vuelen muchas y muchas golondrinas). Pero lo gigantesco de la marcha convocada por nuestros retoños, los estudiantes secundarios, la adhesión a estas reivindicaciones por parte de tantas y tantas organizaciones sociales durante tantos días, me hacen pensar que finalmente la lucha de tantos y tantas que cayeron no ha sido en vano y que ya se está constituyendo nuevamente la fuerza que derribará al capitalismo y construirá el país de las mayorías explotadas y marginadas.  En medio del gentío pensaba en todas aquellas compañeras y compañeros asesinados bajo dictadura, asesinados bajos los gobiernos de la Concertraición que luchaban por las mismas razones que los miles y miles de asistentes a la marcha. Pensaba en todos aquellos que en las dos últimas décadas  se han levantado a luchar y han estado solos, ante el poder de los patrones y ante la indiferencia de muchísimos que callaban, bajaban la vista o miraba para el lado. Como no recordar las luchas solitarias de los mineros de Lota, de los pescadores que llegaron con un bote a las escalinatas del Congreso enfrentando a la represión, de los forestales y Rodrigo Cisterna, de los viejos del montaje industrial, de los madereros de Valdivia, de los pobladores de la Toma de Peñalolen, de los bancarios, de las y los funcionarios de las AFP y más cercano en el tiempo las luchas de mapuches,  estudiantes burlados una y otra vez en mesas de negociaciones, en fin. La enormidad de la protesta en que nos encontramos querido Andrés tiene sus raíces en ese difícil proceso de constitución de un pueblo que se sacude de cadenas, que ya no confía mas que en su propia fuerza, que no acepta interlocutores, que desprecia a quienes hoy vanamente intentan y maniobran para “representarlos” en mesas de negociaciones.
Emoción, sentimiento, mucha alegría es lo que sentía hoy al ver a ese “gigante popular” como dirían nuestros amigos del Lautaro, o la “clase obrera y el pueblo” como diría el inolvidable Miguel Enríquez, “patriotas” como diría Tamara y José Miguel.
 Así que, querido amigo, acepta mis disculpas por no haberte dado una declaración para tu trabajo en terreno. Estaba gozando de la multitud, estaba sintiendo por todos los poros a ese mismo pueblo que me dio las energía para soportar cárcel, envenamiento, apaleos y sobretodo la pena de ver tantos tránsfugas después de la derrota, de ver esa izquierda “llorona” que tu tanto criticabas, a esa izquierda que pretende “representar” al movimiento de masas y que se asusta cuando de verdad esa masa toma el timón en sus propias manos sobrepasando sus mesas de negociaciones, la política de los consensos, la política del mal menor y que se juegan por entero en las causas justas y dignas.
Ojalá estas movilizaciones que hemos visto en estos meses se transformen definitivamente en una nueva etapa de mayor amplitud, unidad y masividad, único camino en que finalmente como pueblo entremos a arruinarles el festín que durante todo estos años se ha dado la burguesía chilena, el capital extranjero y la cohorte de funcionarios vendidos al capital que tanta miseria y desesperanza han generado en nuestro pueblo. Han sido los jóvenes, precisamente los que ya tienen claro que no tienen futuro alguno bajo este sistema, los que están señalando el camino.
Un abrazo grande para ti, que como periodista has sido de los pocos consecuentes en estos años y por supuesto, nos estaremos encontrando en las luchas populares, porque lo decíamos ayer al salir de la cárcel y hoy lo reiteramos:  la lucha continua. Trabajadores al Poder.
P/d : Mañana estaremos en un Foro en la Escuela de Medicina, ojala podamos encontrarnos.
Alma Negra, 30 de junio 2011.   

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miércoles, 29 de junio de 2011

La crisis hegemónica y el cambio de régimen internacional (Oscar Ugarteche)


Servicio Informativo "Alai-amlatina"
http://alainet.org/publica/alai466.pdf

En el presente trabajo se hará una revisión de los elementos que marcan la crisis de hegemonía estadounidense y la crisis general del capitalismo en curso. Se revisarán los procesos que han afectado a la crisis económica y se intentará revisar la crisis hegemónica stricto senso. La hipótesis es que hay un traslado del poder de las viejas economías del G7 a otro conjunto de economías pero que hay una pugna por el poder de parte de las potencias en decadencia y una falta de toma de iniciativa de parte de las nuevas. Los países del nuevo G7 parecen estar comportándose igual que los viejos en América Latina. Todo indica que estamos en un cambio de tiempos que conlleva un cambio de régimen internacional.

La crisis hegemónica y su desenvolvimiento 2007-2011

Para quienes han reflexionado sobre la crisis, la actual ha demostrado estar mejor reflejada en ondas sinuosas, más cercanas a las ondas sonoras que a las letras. Lo cierto es que en efecto es una crisis de dos velocidades con lo que se demostró que la economía de Estados Unidos ya no cumple con su papel de difusor del crecimiento como entre 1930 y 1990. Se decía de Estados Unidos que si le daba un estornudo, al mundo le daba pulmonía. La verdad es que la pulmonía de Estados Unidos le dio unos estornudos a América del Sur, agripó a la Cuenca del Caribe y tras un breve dolor de cabeza, dejó a Asia intacta. En cambio a las economías más maduras y articuladas entre sí les transmitió la pulmonía en pleno, primero al sistema financiero, luego al productivo, y tras los ajustes, al consumo y al gasto público. Lo que diferencia esta crisis de la del 29 es la deuda pública de las economías ricas, que entonces no tuvo gran relevancia. La crisis de 1929 se llevó a las economías en desarrollo por la misma razón que en 1981: el alza de las tasa de interés y la baja de las materias primas. Este no es el caso ahora.
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    Aunque antes de la crisis no era evidente que Europa y Japón ya eran naciones ricas altamente endeudas (NRAE) la realidad fue que después del 2007 junto con Estados Unidos comenzaron a sentir los impactos de su alto nivel de endeudamiento privado y público. La dimensión del problema de 2007 en adelante fue menos evidente para Estados Unidos que con una altísima deuda interna por consumo, no se esperaba que entrara en una espiral contractiva marcada. Se pensó que habría un ajuste en las cuentas hipotecarias y se retomaría el camino del crecimiento. Cuatro años más tarde todos anticipan que no habrá crecimiento en ninguna de las economías líderes salvo quizás Alemania. Lo que empezó como un problema de finanzas, como en 1929, se está transformando en un problema mayor de paradigma productivo y de reglas del juego: es decir de paradigma teórico. Aunque este sea un aspecto académico, no debe dejar de remarcarse que los ajustes económicos que el FMI les pide a los europeos son análogos a los que le pedía a América Latina en su tiempo, y en esa medida, su visión teórica del mundo permanece estática aunque lo que causara esta crisis haya sido la teoría donde los mercados desregulados resuelven sus problemas y a menor intervención del Estado mayor crecimiento económico. Algunos alcances sobre el cambio de régimen internacional Las instituciones internacionales creadas para el orden mundial de post guerra se han ido convirtiendo lentamente en obsoletas. El régimen internacional construido en torno a la hegemonía estadounidense y la pax americana han llegado a su fin. La privatización de la guerra mostrada antes y la difusión del objeto de la guerra son parte del declive hegemónico. La imposibilidad de imponer sus reglas del juego al mundo y de liderar una salida de la crisis parece estar consolidando aún más la idea del cambio de régimen internacional. La Organización Mundial del Comercio es la primera institución cuya creación a fines del régimen anterior la hacen ver obsoleta antes de haber despegado. El propio Estados Unidos minó la multilateralidad a su favor para crear sistema bilateral que deslegitiman el multilateralismo de post guerra y abre una competencia singular. El temor neoconservador al multilateralismo de la era Bush es un síntoma del cambio de régimen. Si el nuevo esquema internacional pasa por acuerdos bilaterales en todos los campos, la competencia será en desmedro del hegemón y le abrirá las puertas a los hegemones regionales. En ese sentido, por ejemplo, el uso del dólar como moneda de intercambio posiblemente entre en decadencia junto con los cambios en el sistema monetario internacional que tienden a regionalizarse. De hecho, ante la volatilidad del dólar hay una tendencia al uso de monedas nacionales en el pago del comercio internacional, tanto desde China en su esfera de influencia, como de Brasil en la suya y de Rusia en la suya. La pérdida de la hegemonía estadounidense es evidente y su sostenimiento por la vía militar no parece facilitarle una nueva dinámica económica sino al revés, profundizar el declive tanto económico como de legitimidad política. Desde la economía política internacional, Ruggie (1982) propone que los regímenes internacionales han sido definidos como instituciones sociales alrededor de las cuales convergen expectativas de actores en un área dada de relaciones internacionales. Los regímenes internacionales dice, son semejantes al lenguaje: podemos pensar en ellos como la parte del "lenguaje de acción estatal" (380). “Las formaciones y transformaciones de regímenes internacionales puede representar una manifestación concreta de la internacionalización de la autoridad política” (380). Y agrega: “En la organización de un orden liberal, se le da su lugar a la racionalidad de mercado. Esto no quiere decir que la autoridad esté ausente de tal orden. Quiere decir que las relaciones de autoridad se construyen de tal modo de darle el alcance máximo a las fuerzas del mercado más que restringirlas” (381). Esto sin embargo no permite comprender las transformaciones de los regímenes internacionales. Para Ruggie, la estructura de la internacionalización de la autoridad política refleja la fusión del poder con el legítimo propósito social. Es el propósito social lo que diferencia una misma iniciativa desde dos ejes de poder distintos. La forma puede ser la misma pero el contenido distinto. Para comprender el contenido hay que ver cómo se fusionan el poder y el propósito social y cómo le proyecta autoridad política al sistema internacional. “La relación entre los regímenes económicos y las transacciones internacionales es intrínsecamente problemática, porque el ámbito de los regímenes internacionales consisten en el comportamiento de los estados, el uno con respecto del otro y de ambos respecto del mercado, no del mercado en sí mismo.”(383), “Los regímenes económicos internacionales proporcionan un entorno permisivo para la aparición de los tipos de flujos de transacción internacionales concretas que los actores toman como complementario a la fusión particular de poder y propósito social que está incorporado dentro de aquellos regímenes” (383). El modelo realista propone una fuente y dos direcciones de cambio de régimen, que muestra el ascenso o descenso del hegemón y la apertura o cierre. En la visión de Ruggie esto abre varias posibilidades: Más hegemonía con cierre, pérdida de hegemonía con apertura o, lo visto tras la Pax Americana, más hegemonía con apertura. Es necesario tener esto en cuenta para comprender las maneras como en las distintas regiones del mundo se están conformando espacios político-económicos nuevos, que dibujan un horizonte post Pax Americana, con hegemones regionales y una nueva arquitectura del poder internacional reflejo de nuevos flujos de comercio e inversión desde nuevos ejes de poder. Parece existir en los primeros años del siglo XXI una fuerte covarianza entre cambios de ejes de poder y cambios de propósito social. Estos son en parte reflejo de la debilidad del viejo poder plasmado en el “viejo” G7 liderado por Estados Unidos. Los problemas de la depreciación del dólar ante el euro y las monedas latinoamericanas entre el 2002 y 2010, expresan al revés el fortalecimiento de los nuevos ejes de poder y la dinámica del crecimiento económico desde nuevos ejes regionales en medio de la crisis global, reflejan la debilidad de los viejos ejes de poder. El llamado mundo post Consenso de Washington se refleja en América Latina en una docena de países, en Asia en casi todos, mientras en Europa hay una retractación a su diseño social de post guerra, que se alinea con el diseño del obsoleto Consenso de Washington en desmedro de su proyecto propio, como antes lo hiciera Gran Bretaña. La debilidad hegemónica no quiere decir que los intereses financieros que predominan en la dinámica capitalista contemporánea se han debilitado. Lo que parece es que dichos intereses se han despegado del interés nacional y, al igual que lo militar, se ha vuelto un fin en si mismo, acentuando la debilidad hegemónica. - Oscar Ugarteche, economista peruano, trabaja en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México. Es presidente de ALAI y coordinador del Observatorio Económico de América Latina (OBELA) www.obela.org

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