viernes, 8 de abril de 2011

EL LEVANTAMIENTO POPULAR DEL 2 Y 3 DE ABRIL Y LAS TAREAS DE HOY

(TRABAJADORES AL PODER)

Compañeras y compañeros.

Nos reunimos hoy a recordar una de las jornadas más importantes de la lucha de clases en Chile, que lógicamente los poderosos ocultan y tergiversan porque en si mismo los hechos ocurridos ya hace medio siglo, desmienten la imagen construida por la dominación de un proletariado y pueblo chileno sumiso, enajenado y carente de capacidad de lucha. Por otra parte, los hechos demuestran al mismo tiempo el rol asumido por los diferentes actores políticos: el rol de la iglesia, de las FFAA, de los partidos burgueses y reformistas, mostrando claramente la fuerza que surge desde abajo, desde los explotados y marginados cuando estos deciden el camino de la acción directa de masas.

Es cierto que hoy en Chile ese sujeto popular, consiente y combativo no está aún presente, o digámoslo de otra manera, está disperso, atomizado, fragmentado en luchas locales, sectoriales y parciales, pero está allí palpitante, gestándose. Es el mismo pueblo que se convirtió en protagonista directo del poder popular cuando la experiencia reformista de la Unidad Popular no podía contener las ofensivas contrarrevolucionarias de los patrones, es el mismo pueblo convertido en marcha del hambre, en cacerolazos, en barricada y jornada de protesta que obligó a la dictadura militar a sacar a 80.000 soldados a la calle y luego obligo a que el imperialismo, la propia dictadura y los mal llamados “socialistas renovados” en alianza con los democratacristianos levantaran la salida burguesa que impuso los gobiernos de transición de la Concertación hasta llegar al gobierno directo de los patrones que nos somete hoy.
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    En 1957 el ex dictador Carlos Ibañez a la cabeza de un gobierno derechista apoyado (¡que novedad!) por un sector del Partido Socialista, decretó el alza del transporte público lo que dio paso desde la última semana de marzo de ese año a una serie de movilizaciones en Viña, Valparaíso, Concepción y Santiago convocadas por el Comando Contra las Alzas. No se trató de simples marchas con banderas y discursos oficiales. Se trató de un vendaval de masas que tomó caminos, enfrento a carabineros, asumió control territorial durante días enteros lo que obligó al Estado a retirar a Carabineros y sacar a las calles a los marinos y a los soldados tratando de frenar la movilización. Quien quiera conocer más de estos sucesos pueden buscar un relato pormenorizado de estos hechos en la revista “El ciudadano” o en su pagina web.l Cuando en el debate de la izquierda chilena se habla de la lucha por derrocar al estado capitalista chileno y se pone al pueblo y a las masas como sujetos que solo votan, como sujetos que solo luchan por sus propias reivindicaciones parciales, cuando se les señala como posibles “ayudistas” de un partido, frente u aparato que hará la revolución, nosotros sostenemos: observen el 2 y 3 de abril y la calidad de las luchas desarrolladas; decimos observen quienes realmente fueron quienes desarrollaron el poder popular en el gobierno de la Unidad Popular, quienes tomaron en sus manos empresas, mercados, tierras, vehículos y ejercieron el control obrero de la producción, observen quienes fueron los que se organizaron en los territorios para enfrentar la represión pinochetista en las calles, en las barricadas, en las gloriosas jornadas de protesta nacional. Nosotros nos reunimos a recordar hoy estas movilizaciones, porque estamos convencidos que es posible luchar contra el capital y el imperio apoyados en la fuerza de las grandes mayorías nacionales, porque estamos convencidos que solo la organización, construcción y lucha de una fuerza social revolucionaria hará posible un verdadero cambio en Chile. Nos reunimos hoy para reflexionar colectivamente – como lo hemos hecho siempre- buscando los caminos para materializar nuestras ideas revolucionarias hacia un quehacer concreto. Nosotros, a pesar de las derrotas, a pesar de los evidentes cambios operados en la sociedad, venimos a decir y a decirnos, aquí y hoy, que existen las bases materiales y objetivas para trabajar por construir una alternativa revolucionaria cuyo centro sea el pueblo consiente y organizado. Porque la contradicción principal de la sociedad sigue siendo la misma: Dueños del poder y la riqueza de una parte y masas sometidas a la cesantía, a la explotación, a la miseria, a jornadas de trabajo extenuantes, con derechos históricos conculcados. Educación para ricos y migajas de educación para pobres reconocida cada año por el SIMCE. Salud para ricos y muerte, colas y mala atención en los hospitales para pobres. Ciudades, barrios, casas lujosas, balnearios para ricos amurallados y llenos de cámaras de vigilancia, barrios pobres que se anegan cada invierno, enormes deudas impagables por las casas para pobres. Justicia y leyes favorables para las empresas mineras, forestales, pesqueras, energéticas, depredación, contaminación, falta de crédito y asfixia para los trabajadores, artesanos, feriantes y todos quienes sufren los rigores de las empresas extranjeras adueñadas del agua, de las comunicaciones, de los minerales, del mar, de los bosques. Y la violencia. La misma violencia expresada contra el pueblo de forma aguda en los años recientes de dictadura, que día a día escala siempre empujada por los dueños del poder en contra de quien ose luchar por sus reivindicaciones al tiempo que se gastan enormes sumas de dinero en armamentos, aviones, tanques, buques de ultima generación y se militariza la policía para enfrentar a estudiantes que luchan contra la educación de mercado, contra mujeres porque luchan por el derecho a decidir sobre sus cuerpos, contra deudores habitacionales y pobladores que defienden el derecho a la vivienda, contra profesores que exigen sus reivindicaciones al igual que todos los empleados públicos y municipales, contra pescadores artesanales que luchan defendiendo sus fuentes laborales y contra la entrega del mar a las empresas privadas y a las salmoneras, contra los subcontratistas que se movilizan por sus derechos, contra los jóvenes ocupas que toman casas abandonadas para llenarlas de arte y vida, contra los jóvenes golpeados y detenidos por el simple delito de ser jóvenes y vestir diferente, contra mapuches que luchan por sus tierras y en contra de las empresas madereras. En definitiva, la misma violencia de los poderosos desatada contra el pueblo en la medida que este levanta sus luchas, demandas y camino propio, criminalizándolas, aplicando la ley antiterrorista, de seguridad del estado, en definitiva la ley del embudo que no castiga a los que se coluden para estrujar los bolsillos del pobre como las farmacias, los que contaminan y envenenan los ríos y tierras del país, los que se burlan de las leyes del trabajo obligando a los trabajadores a jornadas agobiantes, manteniendo miles de contratos a “honorarios” sin derecho laboral alguno, impulsando leyes de amnistía e indulto cuando no cárceles especiales para los esbirros responsable de las muertes de tantos y tantos camaradas. Compañeras y compañeros: Nosotros seguimos estando donde siempre estuvimos, seguimos enarbolando los principios que dieron origen a organizaciones revolucionarias como el MIR, el FPMR, el MAPU LAUTARO. Desde nuevas organizaciones, colectivos o comunidades, nosotros los viejos y nuevos de esta franja de pueblo que no acepta arrodillarse ni claudicar no tenemos otro camino que luchar. ¿Quién dijo que todo está perdido? No vamos a aceptar el apostar al mal menor, el luchar por pequeñas y miserables reformas, por un subsidio mas, por una dadiva que en nada cambia nuestro carácter de explotados. No vamos ni queremos abandonar el camino de construcción de la verdadera alternativa del pueblo explotado cambiándola por migajas de participación en ningún circo electoral donde los poderosos juegan sus cartas, todas a ganador. No vamos a comulgar con ruedas de carreta, por muy ilustre que sean los apellidos que detenten los operadores del sistema. Al camino de la claudicación oponemos el de luchar para construir las condiciones para la revolución. Al camino de la subordinación oponemos el camino de la reconstrucción del campo popular y sus organizaciones. Al camino del mal menor oponemos en de acumular y desarrollar fuerza propia en todos los espacios sociales. Al camino de las maniobras políticas efectistas oponemos en duro y tenaz trabajo por reconstruir conciencia política en el seno de las familias, del curso, del taller, del vecindario, del paking, de la fábrica, de la comunidad, Nosotros, los revolucionarios dispersos, los porfiados, los duros de mollera, seguiremos diciendo que nuestro único camino es luchar desde y con el pueblo organizado. A construir la fuerza social, política y material para luchar por la revolución. A construir nuevos 2 y 3 de abril. TRABAJADORES AL PODER