sábado, 22 de diciembre de 2012

HERNAN SANTOS PEREZ ALVAREZ REGRESA A BARRANCAS (ALMA NEGRA)


HOMENAJE A HERNAN SANTOS PEREZ ALVAREZ

 Aquí estamos hoy, los tuyos, querido compañero, amigo, hermano, padre, camarada.
Aquí venimos hoy a despedir los pocos restos de tu cuerpo que los criminales dejaron.
Aquí estamos hoy todos para conversar contigo, para entregarte nuestro cariño, nuestra admiración y respeto, para recordar tu estatura, para recordar tu caminar, para recoger tu ejemplo.

Ha pasado tanto tiempo, tanta lucha, tantos hechos desde esa vez que dejaste tu casa, tus hijos y caminaste hasta el Jardín Infantil con tu cámara fotográfica y tu radio. Sabías que los perros guardianes del poder se habían cebado contigo y estaban tras tus pasos. Te habían detenido el 6 de mayo del 74, te habían castigado duramente para quebrar tu compromiso con tu pueblo, con los pobladores de tu campamento, con el arte y cultura popular. No lo habían logrado.

Tú resististe y saliste de ese episodio quizás más fortalecido, más convencido. Quizás, en medio de esa primera vez en manos de los perros rabiosos, tus ojos se llenaban de esos rostros felices de niños disfrutando en El Tranque popular, quizás en esas horas difíciles te acompañaba la poderosa energía de los pobladores de tu campamento luchando, quizás, desnudo de esos mágicos estímulos, solo la conciencia de militante rojo y negro, de orgulloso y aguerrido mirista te acompañaba.

Tu sabías Hernán que la jauría no perdonaría tu consecuencia, tu fortaleza. En ese tórrido tiempo en que el miedo reinaba, en que muchos renunciaban a la lucha para proteger sus vidas, tu seguiste adelante, asumiste la conducción del MIR en tu zona, seguiste articulando voluntades, resistencia, sosteniendo la llama que solo años después se encendería.

Te siguieron, te emboscaron, te ametrallaron frente a tus propios vecinos. No les importaba, al contrario. Te asesinaron e hicieron desaparecer tu cuerpo descarada y desvergonzadamente. Para que el terror reinara entre tus vecinos, entre tu familia, en el partido. El odio feroz de los patrones y de sus esbirros buscaba no solo aniquilar tu cuerpo, tu existencia, sino que también aniquilar a los tuyos, a los pobladores, a las ideas y al proyecto de lucha que tú representabas.

Y hoy estamos aquí 35 años después para estar contigo, para entregarte nuestro cariño, para que sepas que el ejemplo que sembraste maduro en nuevas luchas, nuevos combates, nuevos pobladores, mujeres y hombres que se han seguido levantando una y otra vez, enfrentando los mismos miedos que tu enfrentaste, enfrentando los mismos temores, dudas, los mismos enemigos.

Hernán, tú fuiste leal, coherente, consecuente con tus palabras y proyectos. Hemos aprendido que demasiados no lo fueron, hemos aprendido que otros muchos se graduaron como tú de revolucionarios intachables, hemos aprendido, sobretodo hoy día, la vigencia de ese proyecto político por el cual te asesinaron: que habrá rebeldía mientras exista miseria y opresión.

Tu ejemplo, tu consecuencia, tal como la de Bautista van Schowen, de Miguel Enríquez, como el ejemplo de los combatientes de Neltume y de tantos y tantas que cayeron en la lucha, son hoy un legado de dignidad, de ética, de ejemplo para las nuevas generaciones, sobre todo para los jóvenes asqueados de dobles discursos, de maniobras politiqueras, de discursos vacíos de consecuencia, de la miserable vida política basada en el cálculo político y el contubernio, de la frustración y el conformismo proclamado como “política realista”.

Para que nos engañamos hoy, si tú fuiste en tu tiempo de aquellos “locos ultraizquierdistas” que llamabas a resistir con las armas a la dictadura, si tú eras “extremista” que desarrollaba resistencia. Tú no eras ni conciliador, ni medias tintas, ni solo un buen padre, o buen fotógrafo o buen dirigente de pobladores. Tú fuiste asesinado porque no aceptabas la sumisión, porque preferías arriesgar todo lo que te era más amado a quedarte pasivo, a esperar que cambiaran las condiciones de lucha, a asilarte, a aceptar vivir arrodillado y sometido. Te asesinaron porque eras semilla de rebeldía que se esparcía, porque tu proyecto era de un futuro sin patrones ni burguesía, porque eras un militante clasista y revolucionario.

Hoy, también el pueblo rojoynegro te despide a través de estas palabras. Nosotros seguimos sosteniendo en lo fundamental, las ideas y el proyecto que tú sostenías. Cierto es que estamos fragmentados, divididos, pero seguimos de una u otro forma construyendo la fuerza social revolucionaria que se requiere para materializar esas transformaciones sociales por las cuales tú luchaste.

Salud camarada Hernán, tú sigues viviendo en las luchas de tu pueblo, en las banderas rebeldes que enarbolan por centenares manos jóvenes y decididas como fueron las tuyas, tú sigues viviendo en la luchas del pueblo que comienza a despertar, como los de Dichato, de Aysen, de Freirina, como los estudiantes secundarios, los temporeros de Aconcagua, los parceleros que luchan contra el robo de agua, en los pescadores artesanales que enfrentan al poder,  entre las comunidades mapuches que recuperan tierra y fundan órganos de autodefensa territoriales.

Honor y Gloria para Hernán Pérez Álvarez,  hijo del pueblo, ejemplo de lucha y consecuencia, mirista de verdad.

¡LA LUCHA CONTINUA…HASTA LA VICTORIA FINAL!
¡SOLO LA LUCHA NOS HARA LIBRES!